La asistencia de patologías psiquiátricas en la provincia de Teruel: un trabajo en red e interdisciplinar para la atención integral
La cobertura en el ámbito rural es la asignatura pendiente por la gran dispersión de la poblaciónLa atención a la salud mental en la provincia de Teruel ha experimentado una gran transformación en las últimas dos décadas y ofrece actualmente diferentes recursos que se adaptan a cada paciente y con los que se busca no solo el tratamiento médico sino que esté lo más normalizado posible en la sociedad.
El jefe del servicio de Psiquiatría del Hospital Obispo Polanco de Teruel, Carlos Iglesias, explica que la salud mental es “un trabajo en red y multidisciplinar”, donde están implicados diferentes profesionales: psiquiatras, psicólogos clínicos, enfermeras especialistas, terapeutas ocupacionales y trabajadores sociales. Los distintos recursos implican al centro de salud, al Hospital Obispo Polanco y al Centro de Rehabilitación Psicosocial San Juan de Dios, además de entidades con las que se mantienen conciertos: Cruz Roja y Salud Mental Teruel (Asapme) y todos ellos están estrechamente coordinados. En el sector Alcañiz hay una mínima representación de estos servicios pero el CRP San Juan de Dios atiende a los dos sectores sanitarios de la provincia.
Iglesias insistió en la importancia de que la sociedad conozca estos recursos y de luchar contra el estigma que todavía existe ante la enfermedad mental puesto que “uno de los síntomas de estos pacientes es que no tienen conciencia de estar enfermos y si a esto se suma que lo que no se conoce da miedo pues hay veces que por las reticencias del paciente y su familia se retrasa el inicio del tratamiento y esto lo hace más complicado”.
Las consultas ambulatorias en las unidades de salud mental -que están ubicadas en el centro de salud Ensanche pero dependen del Obispo Polanco- son el núcleo de esta red asistencial. “Ahí estamos los profesionales que intentamos hacer un seguimiento del paciente a lo largo de toda su evolución y es donde se canalizan los recursos que cada persona necesita en cada momento”, explicó Carlos Iglesias que recordó que se busca una atención integral y la inserción socio-laboral de estas personas.
En el hospital está la unidad de agudos de hospitalización, que tiene doce plazas. Su responsable indicó que solo una pequeña parte de quienes tienen enfermedad mental necesitan esos ingresos que se hacen “bien para para hacer un mejor diagnóstico o, sobre todo, por una sintomatología que no puede ser tratada en el ambulatorio porque sobrepasa las posibilidades de los profesionales o el apoyo de la familia”.
Tras estos ingresos los pacientes vuelven a ser atendidos desde la unidad de salud mental ambulatoria o si lo requieren pasan a los recursos del San Juan de Dios y también se cuenta con las entidades que tiene conciertos con el Salud: Cruz Roja, para adicciones, y Asapme, para rehabilitación y pisos tutelados.
El director del CRP San Juan de Dios, Javier Oncins, explica que este centro dispone de tres unidades: la de Larga Estancia/Psicogeriatría, la de Media Estancia (UME, con 15 plazas) y el Centro de Día (20 plazas), estas dos últimas para tratamientos rehabilitadores intensivos. El responsable del centro destaca que para Teruel se buscó la fórmula de un complejo para UME y centro de día para “optimizar el personal” porque por separado “a lo mejor sería inviable”. También comenta que junto con el de Romareda en Zaragoza son los únicos dos centros de día públicos y que además el de Teruel es el único en el que se puede comer lo que facilita que se pueda alargar hasta las 17.00 horas la rehabilitación con los pacientes.
“La clave de todo en la atención en salud mental está en intentar encontrar soluciones personalizadas con los medios que tenemos”, insiste Oncins.
En cuanto a la unidad de larga estancia es el final del recorrido al que llegan pacientes con muchos años de evolución de la enfermedad, que han pasado por casi todos los dispositivos y, bien a nivel de soporte familiar porque se quedan sin sus padres o bien a nivel clínico tienen síntomas que son muy difíciles de tratar, que no se pasan a pesar de haber probado muchos tratamientos. “Necesitan un sitio donde vivir, realmente la unidad de larga estancia es un hospital pero es su casa”, señala Blanca Gómez, psiquiatra de esta unidad.
La especialista comenta que siempre intentan buscar qué es lo que les gusta hacer a cada uno, lo que se consigue “conociendo muy bien a cada persona”. Así varios grupos: unos se ocupan del huerto, otros ayudan en el costurero con la ropa y otros se encargan del club social, entre otras cosas.
Carlos Iglesias asegura que la red de salud mental en Teruel en los últimos 20 años ha dado “un salto espectacular”, tanto en recursos físicos como humanos pero reconoció que sigue habiendo carencias.
Los profesionales de salud mental reclaman aumento de plantillas porque uno de los temas pendientes es la atención a las zonas rurales por ellos, si se dispusiera de más personas se podría poner en marcha equipos de atención domiciliaria. “Si la gran dispersión de la población dificulta que pacientes del ámbito rural puedan acceder a los recursos que tenemos pues tendremos que ser nosotros los que vayamos hasta ellos”, argumenta el jefe del servicio de psiquiatría quien insiste en que el tratamiento no es solo la medicación sino que es fundamental la rehabilitación y la inserción sociolaboral del paciente.
Lorena Pereyra, psiquiatra de la Unidad de Agudos, indica que con más personal también se podrían hacer guardias presenciales y no localizadas como ahora, lo que mejoraría la atención.