Juan Manuel Calvo y Jesús Aguirre, en las Jornadas sobre Memoria Histórica de Teruel: “El Día de las víctimas del nazismo llega tarde. Esa es la historia de nuestro país”
Charlas en el CampusEl historiador ejulvino Juan Manuel Calvo y el escritor riojano Jesús Vicente Aguirre protagonizaron la tercera de las Jornadas sobre la Memoria Histórica que organiza Pozos de Caudé en el Vicerrectorado del Campus Turolense. Juan Manuel Calvo ofreció una interesante conferencia sobre el fenómeno de la deportación de españoles republicanos a los campos de concentración nazis tras la invasión alemana de Francia, que superaron las 9.000 personas, más de 1.000 de ellos aragoneses y casi 300 turolenses.
Por su parte Jesús Aguirre presentó Lo que pasó. Historia de una saca del 36, una novela de ficción que sintetiza la historia de la represión y del terror que se impuso en España tras el final de la contienda.
Juan Manuel Calvo comenzó su intervención recordando la noticia de que, ayer mismo, el Consejo de Ministros aprobó que el 5 de mayo sea reconocido oficialmente como el Día de Homenaje a estos deportados republicanos, oficialmente Día de homenaje a los deportados y fallecidos en Mauthausen y en otros campos y a todas las víctimas del nazismo en España.
Es una buena noticia, sin duda, pero una buena noticia “que llega tarde”, aseguró Calvo. “Demasiado tarde... y esta es la historia de nuestro país”. Este experto en el fenómeno de los españoles que tras la victoria de Franco en España marcharon a Francia y, tras la invasión de Hitler fueron capturados y enviados a campos alemanes, mayoritariamente Mauthausen, explicó que solo quedan media docena de supervivientes de esa catástrofe. “Hace unos días murió Neus Catalá con 103 años; la última superviviente de Mauthausen española que seguía viviendo en España”. Como para casi todos de los en torno a 4.500 de españoles que sobrevivieron al horror nazi –aunque muchos de ellos murieron pocos años después por las condiciones de vida de los exiliados sin patria–, el reconocimiento simbólico también ha llegado parte para Neus Catalá.
Para hablar de los deportados españoles del nazismo, Juan Manuel Calvo habla de la guerra civil española como la guerra de España, “en el sentido de que es el primer gran conflicto europeo contra el fascismo, y esos hombres y mujeres republicanos españoles fueron los primeros combatientes contra el fascismo”.
En 1939 cruzaron los Pirineos huyendo del franquismo, y en mayo de 1940, cuando Hitler toma París, se enfrentaron a una segunda retirada. “Miles de españoles huyeron por el norte hacia Dunkerque, y fueron apresados sin que se les permitiera embarcar durante la evacuación”. Junto a los que había elegido otras rutas para huir, fueron detenidos por las autoridades nazis y, dado que en su mayor parte no habían sido soldados del ejército francés –muchos fueron obreros en las líneas defensivas que el gobierno francés preparó infructuosamente contra la previsible invasión alemana–, fueron considerados civiles enemigos del Reich. “Fueron identificados por la Gestapo, calificados de apátridas” –dado que ningún país se hizo cargo de ellos, pues la España franquista y filonazi no estaba por la labor–, “y enviados mayoritariamente a Mauthausen con un objetivo muy claro: muerte mediante trabajo esclavo en las canteras de las SS”.
En esa primera oleada llegaron al campo unos 9.000 españoles, unos 816 de ellos aragoneses, 242 de ellos turolenses, aunque esas dos últimas cifras se elevaron en los siguientes meses a 1016 y 286 respectivamente, debido a que llegaron nuevas remesas de presos españoles que formaron parte de la resistencia francesa. Juan Manuel Calvo destacó el enorme porcentaje de aragoneses sobre el total de españoles, ya que Aragón, junto con Cataluña y Valencia fueron las comunidades que más presos aportaron, y Teruel, dentro del cómputo de Aragón, “también tuvo una presencia porcentual sorprendentemente alta”.
En ese invierno de 1940 a 1941 fallecieron 550 aragoneses, 165 de ellos turolenses, por las penosas condiciones de vida de Mauthausen.
Presentación de ‘Lo que pasó’
Tras Juan Manuel Calvo el turno fue para Jesús Vicente Aguirre, escritor y cantautor riojano que presentó Lo que pasó. La obra toma el testigo de Aquí nunca pasó nada (2007) y Aquí nunca pasó nada II (2010), un ensayo documentado sobre la represión franquista en La Rioja, y la novela Al fin de la batalla y muerto el combatiente (2014).
Lo que pasó es una ficción sobre la guerra, la represión y la humillación de las víctimas ya en tiempos de democracia que arranca en los Sucesos de Arnedo de 1932 en los que murieron once personas tiroteadas, pero que está ambientada en una población ficticia. “Lo que cuento en la novela pudo haber ocurrido, y de hecho ocurrió, en tu pueblo, en el mío o en el de cualquiera”, explica Aguirre. “Es una síntesis de lo que pasó en España, por eso decidí situarla en un lugar imaginario con personajes imaginarios, porque además”, subrayó, “el trabajo de documentación histórica ya lo había hecho en los dos libros anteriores”.
Juan Manuel Calvo, que junto a su esposa Carmen Medrano e Iñaki Ramos formó un grupo de música folk protesta entre 1970 y 1979, año en que falleció Medrano –a cuyo funeral acudieron La Bullonera o José Antonio Labordeta, entre otros–, explicó que la novela es un reflejo que la historia de represión y venganza que sucedió, aunque no siempre aparezca en los libros de historia y, “a día de hoy, siga negándose su reconocimiento a las víctimas”.