José Ramón Gómez, presidente de los Voluntarios de Protección Civil de la Comarca de Teruel: "Entre tanta tristeza, la gente encontró en nosotros compañía"
El personal de Protección Civil ha vivido una prueba de fuego en el confinamientoJosé Ramón Gómez, popularmente conocido como Chete, ha vivido en primera fila la experiencia de la cuarentena social por la pandemia del Covid-19 y también ha visto de cerca los efectos que produce la infección. A su condición de presidente de la Agrupación de Voluntarios de Protección Civil de la comarca Comunidad de Teruel une su profesión de empleado de una funeraria. Está acostumbrado a ver la muerte de cerca, pero lo de estos meses ha superado en ocasiones su capacidad de asombro y de compasión por el prójimo.
-¿Qué es lo que más le ha impactado personalmente entre todo lo vivido en los meses más duros de la pandemia?
-La imagen de los vehículos del Ejército, de la UME, en la plaza del Torico, me ayudó a ver de cerca la dimensión del problema que se nos venía encima. Emocionalmente me afectó mucho la entrada en el Hogar San José para retirar el primer cadáver que se cobró el virus. Fue una situación especial, apenas sabíamos a lo que nos enfrentábamos y luego está lo de los funerales de las víctimas, unas situaciones realmente trágicas porque ves a los pocos familiares que asistieron rotos de dolor, primero por la pérdida y luego por la soledad de la despedida.
-¿Qué cometidos ha desempeñado Protección Civil en el estado de alerta?
-Además de prestar ayuda en necesidades varias de algunos ciudadanos, hemos sido los encargados de nutrir a las comarcas de material sanitario necesario para combatir los posibles contagios. Íbamos a Zaragoza para recoger geles hidroalcohólicos, mascarillas y pantallas de protección, entre otras cosas, para repartirlo entre las zonas más alejadas de los núcleos principales de población.
-¿Cómo han vivido los turolenses el día a día del confinamiento, qué tipo de apoyos les prestaba Protección Civil ?
-Además de los materiales con los que abastecíamos a residencias y hospitales que ya he comentado, hemos tratado de combatir lo mejor que hemos sabido determinadas situaciones emocionalmente complicadas. Por ejemplo hemos intentado que los niños que cumplían años tuvieran su correspondiente homenaje por nuestra parte, siempre desde la calle, y luego nos regalaban dibujos y otros detalles. Atendimos a muchas personas mayores que aparecían solas en sus balcones y que no recibían visita alguna, claro. Nosotros les hacíamos visitas periódicas para darles ánimo al igual que a gente de mediana edad que psicologicamente estaban mal porque habían vivido situaciones muy tristes; en nosotros encontraron compañía, primero, y consuelo después, que eran algunas de las cosas que más necesitaba la gente en aquellos días-
-Ahora se habla mucho de las colas del hambre que se ven en las grandes ciudades. ¿Cómo está la situación aquí?
-Si bien es este un tema que gestiona Cáritas, desde Protección Civil hemos colaborado con el Banco de Alimentos, repartiendo suministros a diferentes domicilios en pueblos de la comarca, evitando así los desplazamientos de las familias para recogerlos, que en fase cero estaban prohibidos.
-¿Cómo se vivieron los días más duros del estado de alerta en los pueblos?
-Creo que en los pueblos la cosa estaba más relajada y con menos presión social y ambiental. El aislamiento físico y la escasez de población han contribuido a evitar males mayores.
-¿Cree que la obligación de llevar mascarillas debería haber llegado mucho antes de lo que llegó?
-Ahora, con todos los avances en la investigación del virus, he de decir que sí, que debería haber llegado antes. Al principio hasta nos llamaba la atención ver gente con mascarilla y resulta que estaba en lo cierto porque es el mejor método para combatir la propagación del virus junto al lavado de manos.
-Entiendo que Protección Civil ha estado en contacto estrecho con personal sanitario y de seguridad. ¿Les transmitieron sus sensaciones en los días más duros de la pandemia?
-El contacto fue el justo y el tema de los riesgos apenas se tocaba, era una forma de distanciarte psicologicamente un poco del peligro que se corría, pero cada uno llevaba su miedo a cuestas.
- ¿Ha aumentado el número de voluntarios que se presentan para colaborar con Protección Civil a raíz de todo lo ocurrido durante estos meses?
-El ser voluntario requiere una formación sobre el Sistema de Protección Civil, Primeros Auxilios, Atención Psicosocial, Cartografía y Orientación, Seguridad Vial, etc, por lo que uno no puede ser voluntario de la noche a la mañana, pero sí que han llamado ex voluntarios para volver a ofrecer su ayuda, así como particulares que también querían colaborar en la medida que fuera posible.
-¿Si llega un rebrote potente de la infección están ya preparados para enfrentarlo?
-Si volviera todo ahora ya sería distinto, estamos perfectamente preparados, sí. Se ha remitido un informe de necesidades al Gobierno de Aragón y ya se han pedido materiales susceptibles de ser utilizados en situaciones futuras; estamos perfectamente equipados.
-Por todo lo vivido, ¿qué consejo le transmitiría a la ciudadanía para evitar volver a pasar por todo lo anterior?
-Desde el final del estado de alarma y con lad aglomeraciones de gente que vemos en televisión, pediría mucha precaución. La gente no debería descuidarse, la infección sigue en la calle y parece que está repuntando.