José Martín-Albo, futuro vicerrector del Campus turolense: “En Teruel podemos tener másteres que sean exclusivos y sería una muy buena vía”
Insiste en que “la investigación tiene que ser la punta de lanza" del Campus de TeruelTras las recientes elecciones a rector en la Universidad de Zaragoza, el reelegido José Antonio Mayoral ha confirmado que habrá relevo al frente del Campus de Teruel. El actual decano, José Martín-Albo, sustituirá a Alexia Sanz, aunque el nombramiento aún no se ha formalizado. Apuesta por el impulso a la investigación como la mejor forma para atraer talento y por potenciar las relaciones con el entorno.
-¿Cuáles van a ser las claves de esta nueva etapa en el Vicerrectorado de Teruel?
-En principio aún no soy vicerrector será cuando toque, en enero o febrero. En esta nueva etapa hay dos cosas que son importantes. Una está relacionada con las titulaciones que hay, tanto en orden a reforzarlas como en pensar en nuevas titulaciones que puedan ser interesantes para el Campus y para la comunidad turolense. Por otro lado, hay que seguir trabajando en la inserción del Campus en la sociedad. La forma de aprovechar todo el territorio y todo el talento es que se generen sinergias. El rector en su programa lo tenía muy claro. Habrá que trabajar en esa línea. Hasta ahora se ha ido haciendo, soy consciente de que se ha hecho pero ahora, gracias a la pandemia, nos hemos dado cuenta de que somos capaces de hacer muchas cosas que antes eran impensables como, por ejemplo, tener una semipresencialidad. La oferta de titulaciones semipresenciales puede ser un buen camino para el futuro del Campus y también la deslocalización que está tan de moda porque los estudiantes pueden estar en cualquier parte del mundo. Eso es un buen elemento para estudiar y potenciar. Habrá que ver cuál es la realidad pero hay potencialidad. De hecho la Universidad de Zaragoza es una de las que más presencialidad tiene de toda España. Hemos conseguido terminar casi el semestre con presencialidad.
-¿Cuáles son las prioridades para ampliar la oferta académica del Campus de Teruel?
-La oferta académica puede ir dirigida a varios sectores y cada uno tiene que tener su título académico. Ahora mismo tenemos en la Facultad cinco grados y dos másteres, en la Politécnica tenemos dos grados y un máster oficial. Creo que la oferta de másteres es la más dinámica y la más fácil de ofertar y de atraer gente. Hay que tener en cuenta que montar un grado son cuatro años, por lo tanto, la estructura que hay que darle es más costosa en tiempo y en docentes. No estoy diciendo que no se tenga que ir a eso, pero el mercado ahora se mueve mucho, las necesidades de la sociedad son muy cambiantes y la herramienta más útil son los títulos de máster. Dentro de los másteres hay que distinguir lo que son oferta de títulos propios y lo que se llaman másteres oficiales, que los dos son oficiales lo único que uno viene avalado por la propia Universidad y el otro tiene que pasar por unos criterios de acreditación. Todavía tengo que entrar y analizar cómo es la realidad. Conozco muy bien la Facultad pero no conozco la Politécnica o la Escuela de Enfermería y es algo que hay que hacer. Podemos tener másteres que sean exclusivos, que se puedan impartir aquí por las características que tenemos, sería una muy buena vía.
-¿Se plantea colaboraciones entre varias titulaciones o con otros recursos de Teruel?
-Más que combinar títulos, por ejemplo, en ADE tenemos docentes de Derecho, de Económicas, Estadística,... en la Politécnica tenemos matemáticos, físicos, ingenieros... puede haber títulos que ahora son muy demandados que cogen sinergias de diferentes profesionales para dar respuesta, por ejemplo, a la robótica. Hay una iniciativa en la Politécnica de un máster de drones, a lo mejor hay que retomarlo o repensarlo. Creo en esas sinergias de los profesionales. No olvidemos al Cefca, Dinópolis, el Aeropuerto, Motorland… es que tenemos mucho talento y lo que hay que ver es cómo podemos encajarlo. Eso pasa por conocernos todos y llevo intención de que nos podamos conocer todos para presentar este tipo de herramientas. Algunos pueden ser másteres oficiales, otros títulos propios, cursos de experto... que podamos abrir al exterior. Tenemos un mercado en Latinoamérica. La Universidad de Zaragoza es una muy buena universidad, está reconocida entre las 200 mejores del mundo. Eso hay que intentar atraerlo hacia aquí y Teruel tiene esa posibilidad: tenemos muchos profesionales de diferentes áreas que pueden generar sinergias.
-Otro de los temas pendientes es la ampliación de espacios con el edificio de Anejas.
-Todavía no sé como está el tema, supongo que se está avanzando en ello. Ese edificio es muy necesario para el Campus. Simplemente en la Facultad -que es la que más conozco- es que ya no cabemos más. Si quisiéramos, por ejemplo, que la Escuela de Enfermería se incorporarse a la Facultad no tenemos espacios ni de aulas ni de despachos. Los despachos estamos tres profesiones, la mayor parte. Ahora con la pandemia ha habido que organizarse para que no se crucen, para poder limpiar. Ese edificio permitirá cuestiones que son necesarias: tener laboratorios de investigación; necesitamos aulas específicas que habría que diseñar. La docencia de hoy no es la docencia de hace 30 años, necesitamos más espacios como laboratorios docentes, no solo de investigación, donde los chavales puedan tener acceso a lo último que hay en su formación. Esperemos que ese edificio vaya adelante, que se pueda diseñar bien y que podamos tener todo esto.
-¿Qué propuesta tiene en materia de investigación?
-La apuesta por la investigación es imprescindible y necesaria. Intencionadamente este año en la felicitación de Navidad incorporé que el conocimiento es lo que nos saca de los problemas, que es evidente en estos tiempos que nos ha tocado vivir. La investigación tiene que ser la punta de lanza del Campus. Tenemos buenos investigadores. Se han incrementado en los últimos años los proyectos nacionales que se han conseguido y tenemos que seguir en esa línea. Hay que pensar que cada euro en investigación son tres euros que se reporta de transferencia. Necesitamos que la gente venga aquí con la idea de que pueden desarrollar su investigación y eso, a medio plazo, lo que nos reportaría sería que el talento se quedase y fuese un sitio de llamada de más talento. Eso tiene que ser una apuesta clara. El rector ya ha dicho que se va a incrementar en un millón de euros el presupuesto en investigación. Hay que animar a la gente a que siga siendo competitiva, que pida proyectos y hay que facilitarlo todo lo que se pueda. Me gustaría que en los próximos años desde el Vicerrectorado se fomentase la cultura de investigación, a través de congresos. En la Facultad lo hemos hecho. Esa línea hay que continuarla. Hay que buscar alianzas estratégicas que nos permitan trabajar con diferentes partes de España y del mundo, intercambiando investigadores. Ya hay programas que lo hacen. Aquí en Teruel tenemos que ponerlo como bandera. A veces hay un falso debate de si tenemos que ser un campus más docente o un campus investigador. Es que somos PDI. Investigación y docencia tienen que ir de la mano, cuanto mejor seamos en investigación también seremos mejor en docencia.
-¿Eso permitiría también estabilizar más las plantillas que es uno de los problemas que hay en el Campus?
-Efectivamente, es que sin investigación no hay acreditación. Puedes tener 30 años de docencia, ser el mejor del mundo pero no te vas a acreditar, necesitas la investigación para acreditarte. Esas son las reglas del juego y no van a cambiar en los próximos años. Alguien que vea que aquí puede hacer investigación, que se puede acreditar y que puede seguir su investigación seguramente se quedará porque aquí se vive mejor que en otras universidades. Casi todos mis compañeros cuando hemos hablado viven mejor aquí que en las universidades de las que vienen porque entre otras cosas la docencia es mucho más llevadera y la ciudad es un ciudad amable para vivir. Si conseguimos un campus donde la gente pueda empezar y terminar su carrera académica, no tendremos los problemas que hemos tenido hasta ahora. Hay que pensar que tenemos todavía áreas de conocimiento, no solamente en el Campus de Teruel sino en general, donde la acreditación es muy complicada porque no se tiene ese perfil de investigación pero es que si tienes que tener equis artículos, equis proyectos para poderte acreditar, pues tienes que tenerlos y si son buenos artículos y buenos proyectos, muchísimo mejor.
-¿Hacia dónde deben ir las acciones para fortalecer la relación con la sociedad?
-Primero se necesita que la sociedad nos diga sus necesidades. El título propio que se hizo junto con CEOE y CEPYME ha funcionado muy bien porque la idea no surgió del centro, surgió de una necesidad real. Ese modelo es el que nos tendría que servir para poder generar transferencia. Tenemos una herramienta muy buena en el Campus de Teruel que no tienen en otros sitios que es la Fundación Antonio Gargallo que se puede utilizar para generar esa transferencia. Ver qué necesidades hay, montando cursos, cursos de verano o títulos propios. Ese debe ser el camino. Nunca he creído que un profesor universitario, por mucho que sepamos, seamos capaces de saber lo que está sucediendo en la sociedad porque vivimos a veces en una burbuja. Hay que generar esa sinergia de manera que nos digan qué necesidades hay. El máster que ojalá se hubiera puesto ya en marcha de innovación educativa iba en esa línea: las necesidades de los centros llevadas a los investigadores para que investiguen y reporten a los centros las herramientas necesarias. Creo mucho en ese modelo.
-¿Se va a tratar de activar este máster?
-Sí, hemos pedido la renovación para ver si se consigue ya. La verdad es que nos ha pillado en medio la pandemia. Entiendo que la Consejería de Educación tiene que estar, como estamos todos, de cabeza. Pero creo mucho en ese máster porque es necesario y es el modelo a seguir. Las necesidades de la sociedad y la investigación en la Universidad tienen que encajar.
-Otro de los temas pendientes es la integración de la Escuela de Enfermería.
-Como dijo el rector, es una cuestión que está todavía por decidir cómo se integra. Lo único que puedo decir es que estaría encantado de tener a Enfermería dentro del Campus porque puede haber muchas sinergias con Psicología, es evidente, e incluso con Educación. Ya se está trabajando con la Politécnica, con nosotros,... sería un paso natural que Enfermería estuviera dentro de la Universidad. Espero que al final haya acuerdo. Sería el momento óptimo porque, si luego tenemos el nuevo edificio, se podrían adecuar las aulas específicas para la docencia. Sería un buen momento.
-¿Cree que para el alumnado la pandemia ha puesto en valor las ventajas de estudiar en centros pequeños?
-Creo que sí. Pero también pienso que si esto ha sido el detonante, la gente que haya entrado y que haya visto cómo funciona será un buen transmisor. Servirá para promocionar la forma de trabajar que tenemos. La verdad que tanto la Politécnica -que ha tenido presencialidad cien por cien- como nosotros que aún con el tamaño que tenemos hemos conseguido mantener cuatro de las siete titulaciones totalmente presenciales y las otras tres rotando semana a semana ha sido un éxito. Pero ha sido posible gracias a que teníamos las aulas ya hechas y que tenemos ya más personal a tiempo completo.
-¿Qué cree que le va a aportar la experiencia de cuatro años al frente de la Facultad para esta nueva etapa en la gestión?
-La Facultad es un centro muy grande, el sexto más grande de la Universidad de Zaragoza, y creo que es el más complejo de la Universidad de Zaragoza. Me quedaría con dos cosas, una es el conocimiento del funcionamiento de la institución. Conocer cómo funciona facilita la interpretación de la realidad que nos rodea dentro de la Universidad. La otra pienso que es una de las cosas que ha valorado el rector para ofrecerme el cargo y es que, si hay problemas, hay soluciones. No hay que ir con los problemas hay que ir con las soluciones, es decir, este es el problema y estas son las soluciones. Eso creo que debe ser la vía del Vicerrectorado que si hay problemas lo que hay que hacer no es que otros te lo arreglen sino tú buscar las soluciones que te son más cercanas.
-¿Qué balance hace de estos cuatro años como decano?
-Han sido cuatro años intensos. Los problemas que teníamos eran problemas que llevábamos arrastrando desde hacía muchos años como el problema del profesorado. Se montó mucho revuelo al principio por los grupos de Magisterio. En realidad solo trascendió lo de eliminar los grupos pero había dos opciones una era esa y la otra era la de las comisiones de servicio, se optó por esta otra y ha funcionado. Llevamos tres años empezando el curso sin problemas, salvo bajas que pueden ocurrir o bajas de maternidad. Llevamos tres años sin este tipo de incidencias. Eso ha significado, por un lado, que tenemos más personal a tiempo completo en todas las titulaciones. Esto ha conseguido a su vez dar estabilidad a los horarios, cuando yo llegué se habían cambiado 47 veces los horarios, nosotros no hemos cambiado prácticamente nada y cuando ha habido algún pequeño cambio ha sido del propio profesor en una franja, sin mover absolutamente a nadie. Hemos dado más estabilidad a la estructura.
-También se han transformado las infraestructuras.
-Hemos acometido obras porque, ante las situaciones de falta de profesorado, también unir grupos en un momento determinado te puede venir bien para cubrir la docencia que te falta. Hemos hecho muchas obras en la Facultad. Ahora tenemos aulas grandes, aulas de informática, hemos conseguido también sistemas para hacer más sostenible el edificio. Ha sido un trabajo duro. En cuanto a la parte académica, lo más destacable es que hay dos másteres que se han iniciado y que por equis razones no se ha podido terminar ahora pero espero que el próximo Decanato lo pueda establecer. Siempre dije que mi Decanato era un Decanato de transición. Era caminar hacia el siglo XXI porque teníamos todavía una escuela universitaria y los tiempos han cambiado. La docencia tiene que ser diferente, el perfil del profesorado es diferente. Ahora son investigadores que además son docentes. Eso creo que lo hemos leído bien, ahora tenemos más becarios. Recientemente hemos tenido que cambiar una sala de becarios más pequeña por otra más grande porque tenemos más becarios. Ha sido una labor de muchas horas de dedicación y estoy muy contento. Quitando el plan estratégico que no lo he podido hacer porque los problemas que me he encontrado eran urgentes. No podíamos seguir saliendo en los periódicos por no tener profesores porque, al final, eso repercute en que los alumnos no se fíen y no vengan. Este año prácticamente hemos llenado y el año pasado también tuvimos muy buena matrícula. Hemos pasado de tener cerca de 150 quejas de estudiantes a tener cinco o seis. Nos podemos dar por satisfechos. Los coordinadores han hecho muy buen trabajo. Hemos estado más en la sociedad hemos hecho congresos, jornadas, hemos tenido las puertas abiertas para todas estas cosas. No sé la sociedad turolense cómo lo ve pero creo que la Facultad ha estado y se ha visto de otra manera.