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José Luis Soro, consejero de Vertebración: “Hemos reorientado el Fondo de Cohesión para que además de servir de lucha contra la despoblación sea un instrumento para la reconstrucción” José Luis Soro, consejero de Vertebración: “Hemos reorientado el Fondo de Cohesión para que además de servir de lucha contra la despoblación sea un instrumento para la reconstrucción”
El consejero de Vertebración del Territorio, Movilidad y Vivienda, José Luis Soro

José Luis Soro, consejero de Vertebración: “Hemos reorientado el Fondo de Cohesión para que además de servir de lucha contra la despoblación sea un instrumento para la reconstrucción”

“Viajar en autobús ahora es absolutamente seguro si todos cumplimos con nuestra parte”
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Esta semana ha empezado la desescalada en el transporte público, que prácticamente había quedado suspendido por completo en la provincia de Teruel. El consejero de Vertebración del Territorio, Movilidad y Vivienda, José Luis Soro, asegura que con las medidas que se están tomando “viajar en autobús ahora es absolutamente seguro si todos cumplimos con nuestra parte”.

-Han pasado dos meses de la declaración del estado de alarma. ¿Podemos estar ya tranquilos?

-Yo creo que nadie estaba preparado para afrontar una pandemia mundial de esta magnitud, ni la sociedad ni tampoco las administraciones. Esta crisis, en primer lugar sanitaria, ha puesto a prueba nuestro sistema en su conjunto, la capacidad de reacción; ha habido un estrés a todos los niveles inmenso, pero la cuestión fundamental es que no depende solo de las administraciones; aquí los protagonistas tenemos que ser la ciudadanía. O nos mentalizamos de que cada uno tenemos la obligación de protegernos a nosotros mismos y a los demás, o es muy difícil que las medidas que se puedan plantear desde las Administraciones sean eficaces. Dentro de esa dificultad se han ido tomando decisiones que había que tomar; no es una cuestión de improvisación sino de adaptación. Quiero pensar que hemos hecho las cosas bien pero colectivamente, porque esto va a depender de cada uno de nosotros de cumplir unas normas que son muy básicas.  

-Cada vez se ve más relajación de la gente. ¿Hay riesgo de un rebrote con la desescalada?

-Ni soy médico ni epidemiólogo, pero evidentemente debemos ser todos absolutamente responsables en nuestro día a día en las cuestiones más básicas que nos llevan machacando durante dos meses. Si hacemos todos las cosas bien se minimiza el riesgo, y  mientras habrá que ir gestionando la situación hasta que se encuentre un remedio. La clave es que no nos podemos relajar, hemos llegado hasta aquí con mucho esfuerzo y hay que afianzar los avances.

-Donde más riesgo puede haber es en espacios cerrados y pequeños, como el transporte público. ¿Hay garantías para moverse en estos medios?

-La movilidad y el transporte público ha sido un factor clave en todo momento, y podía ser un foco de contagio importante, por eso se redujo de forma drástica  el aforo de ocupación máxima, al principio en un tercio. Las comunidades autónomas reivindicamos la necesidad de que se impusiera el uso de mascarillas, y al final el Gobierno central estableció esa obligatoriedad. Hay que tener en cuenta que la demanda cayó de forma drástica. De media no ha superado el 2% de la demanda que teníamos, excepto en la ciudad de Zaragoza. Empezamos con en torno al 16% de las expediciones y la fuimos reduciendo hasta el 7% del transporte público de autobús, con una demanda del 2%. Hemos mantenido una oferta muy superior a la demanda que podían cubrir las necesidades de movilidad de carácter general.

-Esa oferta se está aumentando ya con la desescalada.

-Una vez que se adopta la mascarilla, que es clave, y en esta nueva fase de recuperación de la normalidad, el lunes incrementamos del 7% al 24% de la oferta. Ese es el inicio. No hemos suprimido servicios, hemos suspendido, y volveremos a recuperar el 100% de los mismos. Estamos viendo la evolución y el objetivo es que vayamos de forma escalonada adaptando el servicio a las necesidades de movilidad.

-¿Es completamente seguro en el momento actual viajar en autobús?

-El mensaje fundamental es que el transporte público es seguro si se lleva mascarilla, se guarda la distancia y solo ocupamos una parte de los asientos. Ahora mismo viajar en autobús es absolutamente seguro si todos cumplimos con nuestra parte, y la gente no debe tener miedo. Y quiero hacer un agradecimiento al sector, a las empresas operadoras por el espíritu de colaboración y cooperación que han tenido a lo largo de estos dos meses tan complicados.

-Hay transportistas que se quejan de que acude gente a coger el bus sin mascarilla. ¿De quién depende proveerse, del usuario o de la compañía?

-Es obligación del usuario y así lo establece la orden que lo regula. Desde las administraciones se han entregado esas mascarillas, y ahora la obligación de cada uno es llevar esa mascarilla. No se puede subir a un autobús sin mascarilla, así de sencillo. No me cabe en la cabeza que alguien lo haga y sea tan irresponsable e insolidario.

-Hay compañías en la provincia que pidieron a la consejería empezar esta semana con un servicio a demanda, pero no lo aceptaron, ¿por qué?

-Estamos en un momento de tránsito en nuestro sistema de transporte público en bus que se ha retrasado por el coronavirus. Llevamos tiempo trabajando en el mapa concesional, que va a mejorar de forma sustancial la oferta y los horarios. Una pieza clave en el transporte rural es el transporte a demanda, y no me tiene que convencer a mí nadie;  que no es un taxi, esa no es la fórmula. Con el nuevo mapa concesional garantizaremos que en todos los sitios que tengan al menos 10 habitantes haya una expedición de ida y vuelta a la semana a la localidad donde está el centro de salud, porque es la de referencia. Lo que no puede ser es que tengamos ahora un sistema ineficiente y estemos pagando buses en vacío; hay que optimizar los recursos públicos. 

Hemos empezado ahora con una oferta de servicios, no podemos ir de cero a cien, y el objetivo es recuperar el cien por cien, y recuperar también el tiempo perdido con el mapa concesional, que eso va a ser una auténtica revolución, y supondrá una mejora brutal de lo que se tiene en Aragón. Movilidad es un requisito previo a poder ejercer el resto de los derechos, y eso que es así en cualquier sitio, en el medio rural todavía más. El objetivo es avanzar en el mapa concesional y de forma transitoria ir recuperando el nivel de servicio.

-La situación es difícil para las empresas, porque si ya de por sí ofrecer un transporte público en territorios como el turolense es complicado, la crisis ha agravado su situación.

-Por un lado tenemos concesiones, algunas muy antiguas, pero luego en las zonas de débil tráfico con menos demanda, lo que tenemos son contratos programa a través de una autorización administrativa especial, se firma y se les paga una subvención por el servicio que se presta. Las concesiones son a riesgo y ventura, y a través de subvenciones compensamos y cubrimos. Con el contrato programa pagamos el servicio, y suspendimos todos porque no estaba viajando nadie. Los servicios desde el 14 de marzo de los contratos programa se van a pagar. El cálculo de los costes que vamos a sufragar es el 65,6%, excluimos solo rodadura, combustible, neumáticos y mantenimiento, todo lo demás lo vamos a pagar como si se hubiese prestado el servicio, incluidos los gastos de personal.

La situación de las concesiones es diferente porque cada año se convocan unas subvenciones con las que se sufraga una parte del déficit. Para este año teníamos una dotación de 1,8 millones de euros, que era la misma que habíamos tenido el año pasado, y se ha incrementado hasta los 2,2 millones de euros, y sobre todo hemos agilizado todo para poder convocar cuanto antes. El jueves firmé ya la convocatoria así que la semana que viene espero que podamos publicarla en el BOA, y las empresas podrán solicitar las subvenciones. Una cuestión clave, este año la convocatoria lo que hace es cubrir el déficit del año pasado, y hemos establecido el pago a cuenta para inyectar liquidez a las empresas, y cuando se resuelva ya haremos cuentas. Creo que hemos apoyado al sector.

-Son las subvenciones del año pasado.

-El problema es que estamos cubriendo el déficit de 2019, y estas semanas hay servicios que no se han prestado y otros que han tenido muy poca demanda e ingresos tarifarios, y hasta que recuperemos la demanda van a pasar meses. Desde el principio hemos trasladado al ministro que desde el Ministerio hay que adoptar un fondo específico igual que hay para otros sectores, porque las empresas de transporte prestan un servicio público y son los que garantizan esa movilidad. Creo que hay buena disposición en el Ministerio de que haya ese fondo.

-La línea que conecta Teruel con Madrid y Valencia, que está en situación crítica y que con el estado de alarma no presta servicio, no es competencia de la Comunidad Autónoma sino del Estado, ¿qué solución puede haber?

-La conectividad de Teruel con Madrid y Valencia es clave, igual que lo es con Zaragoza. Ahora estamos hablando mucho con el Ministerio, y creo que hay cosas que estamos aprendiendo de esta situación que deberían quedarse, como la cogobernanza, que las decisiones se tomen conjuntamente desde la lealtad en el ámbito de las competencias que cada administración tiene que cumplir. Gracias a que me planté hace unos años diciendo que no estaba dispuesto a seguir pagando el ferrocarril entre Zaragoza y Teruel conseguí que vuelva a pagarlo el Ministerio de transportes. No podemos tener esa actitud dócil y sumisa frente al Gobierno central.

Con el autobús de Madrid y Valencia hemos hecho lo que teníamos que hacer, hablar con el Ministerio y la empresa, lo que tenemos que hacer todos es exigir al Gobierno central que preste un servicio de calidad, porque cuando se dirige esa responsabilidad hacia mí le estamos quitando responsabilidad a la Administración que es competente, la central. Deberíamos exigir al Gobierno central todos juntos que cumpla con sus obligaciones.

-En materia de obras públicas están en el aire proyectos como la A-68 o el corredor Cantábrico-Mediterráneo. El mundo post-Covid no va a ser igual y es una incógnita cuáles son las prioridades, pero la obra pública siempre es un incentivo para impulsar la economía. ¿Cuál va a ser el posicionamiento de su departamento con estas infraestructuras?, que dependen también de la Administración central.

-Las inversiones en infraestructuras van a ser clave para la recuperación económica y social, y ahora desde lo público debemos impulsar políticas expansivas de crecimiento de la inversión. Es una manera de generar empleo, tanto en carreteras como en vivienda. Con las infraestructuras debe ser lo público quien lidere y este ha de ser un momento de grandes inversiones que generen empleo y vertebren el territorio. Si ya eran necesarias las inversiones en el Cantábrico-Mediterráneo o el desdoblamiento de la N-232, ahora todavía más. Hay que exigir un corredor equiparable al Mediterráneo y el Atlántico, potenciar todo lo que es unir nodos portuarios y logísticos. Esto nos carga de razones, son obras necesarias durante su ejecución, pero también en el futuro para generar oportunidades en el conjunto del territorio. Yo desde el Gobierno de Aragón claro que pienso que se tiene que impulsar la obra pública, y confío que el Gobierno central también lo haga porque son generadoras de empleo y de oportunidades.

-Lo que va viento en popa es el Aeropuerto de Teruel. Cuando comenzó todo esto estaba inmerso en un proyecto de ampliación y crecimiento. ¿Se mantendrán esas inversiones o se replanificarán?

-Las inversiones del Aeropuerto de Teruel se hacen con cargo al Fite, cofinanciado por el Gobierno de Aragón y el Estado. Habíamos avanzado muchísimo en las nuevas inversiones, teníamos prácticamente culminados los procedimiento de licitación del nuevo hangar, para otro de pintura, tres naves, la segunda fase de la plataforma de estacionamiento, la tercera fase de pavimentación de la campa; todo eso después del proceso de licitación nos quedaba prácticamente firmar los contratos a las empresas que iban a resultar adjudicatarias y empezar las obras. Esto está garantizado que va a continuar, y espero que cuanto antes se puedan firmar esos contratos y puedan empezar las obras, y que simplemente hayan supuesto un retraso de unas semanas. Es el aeropuerto 2.0, el nuevo impulso inversor que era necesario después de siete años de éxito.

No nos vamos a quedar ahí, estamos viendo que Tarmac, que no es solo nuestro cliente principal, es más, es un aliado, es un socio, es la clave del futuro y de la viabilidad. La complicidad con Tarmac es clave, están batiendo todos los récords, por eso no nos podemos quedar en las inversiones que estamos a punto de firmar contratos y que espero que las obras empiecen cuanto antes, sino que ya en el consorcio hemos hablado que hay que elevar la vista y mirar al futuro. Hay que empezar a trabajar ya en una cuarta fase de pavimentación de la campa, que hay que ampliarla sustancialmente porque es necesaria. En estas situaciones Tarmac presta unos servicios a las compañías aéreas que necesitan, y el Gobierno de Aragón tiene que estar a la altura.  El Aeropuerto de Teruel puede seguir creciendo conforme crece la necesidad de los clientes,  y una vez que contamos con Tarmac esto nos permite diversificar y haber convertido el Aeropuerto de Teruel en un nodo de tecnología aeronáutica. Hay que empezar a pensar que necesitaremos ampliar sustancialmente la superficie del aeropuerto.

-Tomaron la decisión de aplicar una moratoria en el pago de alquiler de viviendas del Gobierno de Aragón, y también en el pago de préstamos. ¿Cómo ha sido la respuesta, se ha acogido mucha gente?

-Ofrecimos inmediatamente esa posibilidad de moratoria a quienes viven en viviendas que son propiedad de la Dirección General de Vivienda o de la empresa pública Suelo y Vivienda de Aragón, y también de préstamos en viviendas que promovió en su día la Administración. No ha habido un porcentaje muy elevado de solicitudes de moratoria, en todo caso seguimos en plazo e iremos viendo. Y después se han tomado medidas muy importantes por parte del Gobierno central que gestionaremos desde el Gobierno de Aragón, por un lado la posibilidad de avales, de ayudas transitorias de financiación, pero sobre todo de las ayudas Covid a alquiler, que convocaremos espero que a la mayor brevedad porque acabamos de recibir la transferencia de 3,8 millones del Gobierno central  para poder convocar esas ayudas al alquiler. Ayudas que van a cubrir tanto a las personas que hayan solicitado esos préstamos avalados por la Administración general y personas que no hayan podido pagar alquiler por causas vinculadas al Covid. Son ayudas que están pensando en las personas que a causa de la crisis han perdido su empleo, están en un ERTE, autónomos que han tenido que reducir o paralizar su actividad. A todas estas personas les ayudaremos a pagar el alquiler, y espero que a la mayor brevedad podamos publicar la convocatoria de esas ayudas.

-En marzo iban a salir las bases del Fondo de Cohesión Territorial, ¿en qué va a quedar la convocatoria, podrán ofertarse finalmente estas ayudas?

-El 2018 fue el primer año que sacamos esta convocatoria, y en ese momento fueron dos millones y medio dirigidos a las entidades locales y fue un éxito. Acertamos en que esa era la forma de trabajar de abajo arriba, dando protagonismo a la gente del territorio y quién mejor que ella para saber lo que se necesita para combatir todos estos desequilibrios demográficos y poblacionales. En esa convocatoria conseguimos financiar 140 proyectos en 80 municipios. Esa microcirugía que nos permitía combatir nuestros desequilibrios fue imposible convocarla en 2019, y este año teníamos todo ya preparado con una convocatoria a empresas y asociaciones. Habíamos incrementado la dotación a 3 millones con 21 líneas en las que se podía pedir subvención, y a todo esto estalla la crisis del coronavirus. Hemos estado trabajando a lo largo de estas semanas en reorientar el fondo, para que además de un instrumento de lucha contra la despoblación, creo que muy eficaz, sea una herramienta para la reconstrucción económica y social post-Covid. 

-¿En qué va a cambiar sobre lo previsto?

-Hemos estado valorando cuáles de las líneas previstas no tenían demasiado sentido ahora mismo, o al menos había que priorizar otras cuestiones relacionadas con la creación de empleo en el medio rural, tanto empleo femenino como contratación de jóvenes; cuestiones muy vinculadas a lo social, asistencia domiciliaria, entornos adaptados para la gente mayor y las personas con discapacidad, transporte social adaptado, la actividad cultural que es clave también para luchar contra la despoblación. Hemos estado reorientando las ayudas con una cuestión previa que es clave, que es convocar subvenciones que no existan. No se trata de duplicar lo que ya convocan otros departamentos, sino que tenemos que llegar donde no se llega con otras subvenciones. Ahora mismo la situación que tenemos es una suspensión de los procedimientos administrativos, y lo que estamos es intentando desbloquear. 

Mi intención y voluntad es convocar este Fondo de Cohesión Territorial muy vinculado al Covid cuando antes. Yo no renuncio en absoluto a convocarlo porque puede ser una gran ayuda junto con otras iniciativas. Insisto en que esto debe ser complementario a ayudas desde otros ámbitos. Lo que no tenía sentido, después de lo ocurrido estos dos meses, era convocar lo de febrero; las cosas han cambiado y había que adaptarlo, porque siempre ha tenido mucho sentido y ahora más si lo focalizamos a luchar contra el Covid y contra la despoblación.

-Se anuncian planes para la reconstrucción, ¿qué deberían tener en cuenta para no dejar el medio rural atrás en ese proceso?

-Tenemos que preservar la esencia de Aragón, es una prioridad, sin desatender a las ciudades. La clave es hacerlo desde el diálogo, por eso era importante que hubiera una mesa en la que los representantes de los agentes sociales y políticos, y también los municipios a través de la Federación Aragonesa de Municipios, Comarcas y Provincias, hicieran propuestas. Me consta que se está trabajando mucho y bien y con mucha sensibilidad. Se trata de que las medidas además de luchar contra los efectos inmediatos del Covid sirvan también de una forma más estructural para luchar contra estos desequilibrios que hemos arrastrado durante décadas.

-¿Cómo ve la sociedad post-Covid? No la de este verano solo, sino la de los próximos años.

-Yo creo que va a ser diferente. Una crisis tan traumática incide en nuestras vidas, en el ámbito colectivo. También hay que hacer el esfuerzo de ver cosas positivas. Hemos aprendido que necesitamos flexibilizar los horarios laborales para la conciliación y el transporte público. Hemos aprendido el potencial del teletrabajo y las videoconferencias, que es algo que no deberíamos olvidar y superar el presentismo laboral; y lo bien que se vive en los pueblos, hay que hablar de esto en positivo, transmitiendo lo bueno y no lo malo. Tenemos que hacer el esfuerzo de sacar algunas enseñanzas de todo esto.