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Jornadas Nacionales de los Polos del Frío: cómo transformar  el frío en un recurso de valor científico y para promocionar el turismo Jornadas Nacionales de los Polos del Frío: cómo transformar  el frío en un recurso de valor científico y para promocionar el turismo
Pablo Solsona, de la Asociación Valenciana de Meteorología, al inicio de su ponencia. M. A.

Jornadas Nacionales de los Polos del Frío: cómo transformar el frío en un recurso de valor científico y para promocionar el turismo

Medio centenar de personas se dan cita en Alcalá de la Selva
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Tanto desde un punto de vista científico como desde el ámbito de la promoción turística es de vital importancia que crezca la red de estaciones meteorológicas que, tanto en localidades como en puntos despoblados de la provincia de Teruel, monitoricen las variables de temperatura, precipitación o dirección y magnitud del viento para alimentar las series estadísticas de datos.

Esa fue una de las principales conclusiones a las que se llegó en Alcalá de la Selva, durante la primera sesión de las II Jornadas Estatales de los Polos del Frío que organiza Meteo Ibérico Sureste, la red de estaciones de la Comarca Gúdar-Javalambre, y que reúnen en la localidad a cerca de 50 personas entre profesionales y aficionados al clima y la meteorología.

Según recordó Rafael Requena, delegado de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), esa red de estaciones sigue siendo escasa en la provincia de Teruel. Las previsiones del tiempo se construyen en base a modelos estadísticos que son más potentes cuanto mayor es el número de datos de que disponen, por lo que a más mediciones más fiables son, y en mayor medida es posible pronosticar olas de frío que permitan poner en marcha los mecanismos de viabilidad invernal o lanzar advertencias y recomendaciones a la población, cuando sea oportuno, o más improbable es errar en una previsión que pueda arruinar una campaña turística, ya sea por la falta de nieve en invierno o por el mal tiempo durante un puente en primavera o verano.

La red Meteo Ibérico Sureste (www.meteoibericosures-te.com) cuenta con once estaciones meteorológicas en localidades como Alcalá, Cabra, Fortanete, Gúdar, Mora, Linares o Villarroya, entre otras, que no solo almacenan todos los datos recogidos sino que además se pueden consultar en tiempo real a través de la web, e incluso varias de ellas cuentan con webcams en directo. “Esto es importante”, explica Manuel Sabater, “porque además de aportar datos valiosos para la ciencia son muy consultados por la gente, que quiere saber si ha llovido para ir a recoger setas, hay nieve en las estaciones de esquí de la zona o hace fresco para pasar unos días en verano”.

Por esa razón el proyecto Polos del Frío en Teruel quiere implicar a las administraciones públicas para que impulsen la creación de nuevas estaciones de medición en otras zonas de la sierra de Gúdar y de la provincia.

Por el momento la Diputación de Teruel y la Comarca de Gúdar-Javalambre ya han mostrado su interés, y de hecho el vicepresidente provincial Alberto Izquierdo y el presidente comarcal Ángel Gracia acompañaron a la alcaldesa de Alcalá, Amparo Atienza, en la inauguración de las jornadas.

Polos del frío

En la provincia de Teruel la particularidad climática son las bajas temperaturas, y a eso hace referencia el término Polos del frío. “Son aquellos lugares donde, por determinadas características, más bajas son las temperaturas”, explica Sabater. “Tenemos localizados algunos, como Fortanete y Monteagudo en nuestra sierra y Royuela y Griegos en Albarracín, además del Triángulo del Frío de Teruel-Calamocha-Molina de Aragón. Pero creemos que todavía hay más, y seguimos buscándolos”.

Lo curioso es que Teruel no solo cuenta con algunos de los Polos del Frío más importantes de la península Ibérica, sino que además concentra algunos de los episodios de temperaturas extremas más llamativos, dándose casos, como el de este mismo año, el que se ha dado un amplitud térmica interanual que superan los 70 grados en un mismo lugar.

Requena recordó que 2021 marcó un mínimo histórico en Teruel capital, desde que se tienen datos, rozando los 30 grados bajo cero, “el mismo año en que el 15 de agosto se batió el record de calor con 41.3 grados”. Lo mismo ocurrió en Torremocha, donde el escritor, meteorólogo y divulgador científico Vicente Aupí tiene una estación meteorológica oficial integrada en el Banco Nacional de Datos Climatológicos de Teruel. “Allí se registró en 2021 el mínimo histórico con 26.5 grados bajo cero y el máximo histórico, desde que empecé a hacer mediciones hace 35 años, con 41.2 grados”.

Aunque Sabater admite que todavía maneja pocos datos y a lo largo de poco tiempo como para vincular el comportamiento de estos episodios extremos con el Cambio Climático, Rafael Requena explicó que, en el ámbito general de toda España, se puede relacionar en dos sentidos; por un lado tanto las máximas y las mínimas están incrementándose en términos absolutos. Pero por otro, los fenómenos extremos de máximo calor o de máximo frío también se están haciendo más exagerados. Aupí, por su parte, añade que los episodios de frío extremo en la provincia, aunque están alcanzando temperaturas más gélidas, se están espaciando más en el tiempo. “La ola de frío que llegó este enero después de la borrasca Filomena llegó 20 años después que el último episodio similar, datado en diciembre de 2001. Sin embargo sabemos que durante los años 40, 50 y 60 tenían lugar más frecuentemente, quizá cada 5 o 6 años”.

Alberto Izquierdo y Ángel Gracia acudieron a la apertura de las jornadas.M. A.

Intercambio de experiencias

En las Jornadas sobre los Polos del Frío como las que se están celebrando en Alcalá de la Selva se promueve el encuentro y el intercambio de experiencias y conocimiento entre aficionados a la meteorología de muy diversas procedencias, desde la propia provincia de Teruel o AVAMET, de la Comunidad Valenciana, hasta los ambiciosos proyectos Noromet en Castilla León o FROSTSE en Murcia, que son dos de las redes meteorológicas más importantes y con mayor número de colaboradores que existen en España.

Miguel Iglesias participó como ponente en nombre de Noromet, hablando sobre el fenómeno de las piscinas de aire frío, que en general se dan en todos los Polos del Frío aunque en el noroeste peninsular tienen ejemplos paradigmáticos. Piscina de aire frío es el nombre que reciben ciertas hondonadas de terreno, dolinas o pequeñas depresiones, que debido a la inversión térmica y otros fenómenos físicos y climatológicos son capaces de arrojar ocho o nueve grados menos que otro punto más elevado, situado apenas tres o cuatro metros más alto y a pocos centenares de metros de distancia.

Por su parte David Espín explicó el proyecto FROSTSE, radicado en la región de Murcia y en el que un grupo de cincuenta profesionales y aficionados está trabajando en los polos del frío que existen en la cuenca del Segura y el territorio a caballo entre las provincias de Albacete, Jaen y Murcia. Para alguien no iniciado puede resultar un lugar poco propicio para los fríos extremos, pero el equipo de Espín, cuya tesis doctoral fue el inicio del proyecto, ha documentado un mínimo histórico de 28.8 grados bajo cero en Nava de los Troncos, en la provincia de Jaen. El proyecto lleva cinco años funcionando y Espín está convencido de que pronto localizarán polos donde se superan con cierta frecuencia los 30 grados bajo cero, aunque se encuentran con el mismo problema que en Teruel, “la inestabilidad de las redes que impiden en ocasiones que los datos se envíen automáticamente”, y el costo de instalar estaciones de medición con todos los estándares necesarios para que sus datos sean verificados oficialmente. Para contribuir a paliar esos problemas, “estamos empezando a ofrecer esos datos que recopilamos a casas rurales e instalaciones turísticas que pueden explotarlos de cara a su promoción turística”.

Apoyo Institucional

Además de un intercambio de conocimientos entre los expertos, las Jornadas Estatales Polos del Frío también persiguen dar visibilidad a la labor de recogida de datos climatológicos y conseguir el apoyo de las administraciones, ya que tanto para la vialidad invernal como para la explotación turística “creo que es un proyecto de interés público”, apunta Sabater.

Y es que las estaciones de medición son generalmente puestas en marcha por aficionados a la meteorología, que en la mayor parte de los casos ni siquiera su actividad profesional está vinculada a ella, y que asumen todo el coste económico y humano que generan. Y no es cosa sencilla, porque una rígida normativa internacional regula los tipos de sensores, las garitas que tienen que protegerlos de la radiación solar directa, la altura a la que deben ser colocados ­-necesitan estar sobre una varilla de entre metro y medio y dos metros de altura según el firme- y otras especificaciones técnicas que han de cumplir para que los datos recogidos sean verificables y tengan valor oficial. “Para que una medición que haces aquí se haga en idénticas condiciones que otra hecha en Australia”, explica Sabater.

En ese sentido, Antonio García Pedre explicó su experiencia como cazador de frío. Nacido en Guadalajara pero afincado en Teruel, va en busca de polos del frío con equipos de medición itinerante que ha situado en numerosos puntos de la provincia de Teruel, en el Pirineo, Guadalajara y otros puntos de España. Esa actividad le ha dado grandes alegrías pero también le ha obligado a pernoctar en lugares inhóspitos, pasar algunos momentos de apuro o de peligro por las inclemencias del tiempo y la orografía, y a sufrir en varias ocasiones el robo o la destrucción fortuita de los equipos instalados, que no son precisamente baratos.

A pesar de todo la afición por la meteorología aumenta, y buen ejemplo son las 50 personas que siguieron atentamente las primeras ponencias de las Jornadas de los Polos del Frío de Alcalá de la Selva. Vicente Aupí, que ha escrito obras como Guía del clima de España, El triángulo de hielo o El general Invierno y la Batalla de Teruel, afirma que “por la nieve o por la razón que sea el frío atrae a la gente a Teruel, y el clima interesa. Interesa mucho”. Un último dato que lo atestigua: cuando surgió en 2012 el proyecto Los Polos del Frío con la instalación de la estación meteorológica online en Alcalá, su web registró 40.000 visitas el primer año, y la cifra se ha incrementado hasta las 300.000 visitas este año, 12.000 de ellas en un único día durante la Borrasca Filomena.

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