Inma Ariño, celadora del Obispo Polanco que ha superado el coronavirus: “El Covid-19 ha generado incertidumbre y sobrecarga de trabajo en el hospital”
“En casa salía al baño con los guantes de fregar porque no había para comprar en la farmacia”Inma Ariño Espada es la responsable de los celadores del hospital Obispo Polanco, un equipo que actualmente cuenta con unas 80 personas. Lleva 32 años trabajando como celadora y apunta que estos días “hay una ingente cantidad de trabajo” debido al incremento en todos los servicios. La trabajadora ha superado el coronavirus en su propia casa, aislada de compañeros y familiares, y el pasado 7 de abril se reincorporó a su puesto de trabajo.
-¿Cuándo comenzó a notar los primeros síntomas?
-Empecé el día 16 de marzo con unas décimas de fiebre, 37,2. Justo entonces comenzó el estado de alarma, yo no pensaba que era Covid-19 pero lo comenté en el servicio de prevención y me mandaron a casa. Me iban llamando por teléfono pero mis síntomas eran unas décimas de fiebre y cansancio. Durante tres o cuatro días estuve muy bien, a los cinco días empecé con dolores musculares de rodilla y de cadera y seguía con esas pocas décimas de fiebre, la máxima fue de 37,5. A los de prevención les iba contando y cuando empecé con una congestión nasal ya me dijeron que me van a hacer la prueba del coronavirus, tenía unas pocas décimas pero me encontraba bastante bien, estaba en casa porque a todo el que tiene fiebre le mandan a casa. El día 22 me dicen que la prueba es positiva.
-¿Esos fueron sus únicos síntomas?
-Sí, he tenido pocos síntomas, los que he comentado, una poca de tos y dolor de garganta. También perdí el olfato y el gusto.
-¿Qué medidas se tomaron en el Hospital Obispo Polanco?
-Me enviaron a casa, a todo el personal que tiene fiebre le mandan a casa. La verdad es que empecé pronto porque durante los primeros días solo tenía fiebre y cansancio. Cuando ya el Covid-19 me dio positivo mandaron a mi hijo a casa, porque él también trabaja en el hospital, y empezó a hacer tele trabajo.
-¿Cómo fue su vida contagiada en casa?
-Me quedé aislada de mi marido y mi hijo, ellos tampoco salían a la calle porque se había cerrado la circulación de personas. Yo me quedé en el comedor y ellos en el resto de la casa, hacíamos vida separada. Cuando salía al baño lo hacía con mascarilla y guantes. Desde el servicio de prevención me mandaron un documento con lo que tenía que hacer en casa. Es muy complicado porque guantes no venden en farmacias, mascarillas tampoco, tuve que usar los guantes de fregar y un foulard para moverme por casa. No te venden en ningún sitio los medios para aislarte. Lavábamos todo con lejía, yo me hacía la limpieza de mi habitación y de mi baño todos los días, la higiene es muy importante, lavaba todos los días la ropa porque si tu cuerpo lo elimina y tienes el entorno lleno de virus no haces nada. La manta la lavaba cada tres o cuatro días pero todas las superficies que tocaba y la ropa todos los días. Además me servía para mantenerme ocupada. Entre el rato de la higiene, el de jugar con los idiomas con una aplicación del móvil y la lectura la verdad es que se te va pasando el día rápido. Han sido tres semanas lo que he estado confinada.
-¿Es llevadera la vida aislada de la propia familia?
-Es un poco triste, un poco deprimente, pero físicamente estaba bien, te sientes mal porque el día es muy largo, me entretenía haciendo cosas, como leer, repasando idiomas, salvo cuando estaba muy cansada que veía series de televisión.
-¿Qué es lo que más miedo le daba de la situación?
-Yo miedo no tenía porque no me encontraba mal, me daba mucha angustia ver cómo estaban en otros sitios, como Madrid o Barcelona. En Teruel hemos tenido la suerte de ser pocos y eso nos ha ayudado a llevar mejor la situación.
-Soria también es un sitio pequeño y la situación es dramática.
-La verdad es que aquí no nos ha desbordado como en Soria. Es verdad que hay mucha carga de trabajo en el hospital, pero compañeros de otras ciudades me han contado que han estado mal.
-¿Algún miembro más de su familia o de su entorno laboral ha dado positivo?
-Ni en mi familia ni entre los compañeros de oficina ha tenido nadie sintomatología, claro que no se les han hecho los test.
-Ha habido muchas críticas por la no realización de pruebas a los sanitarios. ¿Qué opina al respecto?
-Yo creo que todo se ha visto desbordado, nadie se esperaba esto. Cuando tenía algo de fiebre no me hicieron la prueba, solo te la hacen con fiebre más alta o a personas que están más graves. Se han ido utilizando los recursos tal y como se tenían, esta situación nos ha desbordado a todo el mundo y en todos los países. A mí me costó desarrollar la enfermedad pero cuando la sintomatología era más de Covid-19 me la hicieron como personal del Salud, si no no me la hubieran hecho.
-¿Por qué cree que hay tanto personal sanitario contagiado por coronavirus?
-No lo sé si hay muchos o no, no conozco la situación del personal sanitario. Sí sé que hay muchas bajas de celadores pero no porque hayan dado positivo, sino porque son personal sensible y en su casa están protegidos.
-¿Cuánto tiempo ha tardado en volver a reincorporarse?
-Desde el día 16 de marzo hasta el 7 de abril, 22 días. Tras 5 días sin fiebre me hicieron de nuevo la prueba, me hicieron 2 pruebas para no dar falso negativo y como dio negativo el día 7 empecé a trabajar.
-¿Le han dicho si ahora puede volver a contagiarse?
-Me han dicho que como no se sabe si puedo volver a pasarlo o no que utilice las mismas protecciones que los demás, los guantes y la mascarilla.
-¿En qué ha cambiado el coronavirus su trabajo diario?
-En los trabajadores ha generado mucho estrés y mucha incertidumbre además de sobrecarga de trabajo. Todo el mundo ha tenido que trabajar un montón hasta que se empezó a reforzar la plantilla, porque se ha reacondicionado todo el hospital. Hay mucho estrés por el miedo también. Es una enfermedad muy grave y eso ha creado incertidumbre, pero estoy contentísima del esfuerzo que han hecho mis trabajadores, se han esforzado muchísimo y ha sido admirable la respuesta de la gente en todos los servicios.