Hemeroteca: La Residencia Sanitaria del Seguro de Enfermedad de Teruel cumple 65 años desde su inauguración
El actual Obispo Polanco fue estrenado en 1953 por Franco como un centro pionero y hubo críticas por sus grandes dimensionesEstaba construido en las afueras de la ciudad, sin casas alrededor ni apenas calles, y con la ambición de ser un equipamiento pensado para dar servicio a más personas de la que entonces se beneficiaron del hospital, que por cierto no comenzaría a funcionar realmente hasta algo más de un año después. Este año se cumplen 65 de la inauguración oficial del Hospital Obispo Polanco de Teruel, en sus inicios Residencia Sanitaria del Seguro de Enfermedad, de la que presumió el dictador Francisco Franco en una visita contada en la prensa fiel del régimen con tintes épicos en los que no faltaban las muestras de aclamación popular.
No era para menos. La inauguración de la Residencia solo era una de las múltiples paradas que hizo Franco en una jornada en la que dio su “bendición” oficial, junto a la pertinente de los altos cargos religiosos, a todos los edificios que había levantado Regiones Devastadas para que Teruel se recuperara de los estragos de la Guerra Civil: el Seminario, el Palacio de Archivos y Bibliotecas, la Diputación Provincial, el grupo escolar Juan Espinal y 46 viviendas “Virgilio Aguado” como las llamaron, y conoció otros todavía en obras.
De la Residencia Sanitaria, como del resto de obras que se inauguraban en aquellos tiempos, es iluso esperar que el rotativo ilustrara la crónica de la jornada inaugural con detalles como los presupuestos concretos de las actuaciones o las características del edificio. Pero sí sabemos que fue una de las tres primeras residencias hospitalarias de la Seguridad Social creadas en España. Entraría en funcionamiento en septiembre de 1954 y los primeros médicos en trabajar en el centro sanitario fueron Fernando Pascual, Fernando López, Luis Gracia, Román Navarrete, Pedro Serrano, Antonio Navarro, José María Valero y Felipe Hidalgo.
Lo hacían en un hospital que comenzó con habitaciones de seis camas y baño común, y que solo abrió dos de sus cinco plantas con unidades de Cirugía, Maternidad, Traumatología y Especialidades Quirúrgicas.
De la inauguración del edificio, la amplísima crónica de LUCHA que se hace eco de toda la visita de Franco, recogía que la ‘Declaración del Fuero del Trabajo que la previsión proporcionará al trabajador la seguridad de su amparo en el infortunio’ y para cumplirlo se había levantado ese ‘enorme y magnífico edificio’.
Obra de futuro
De cómo se veía entonces aquel equipamiento para la ciudad nos da una idea lo que se recogía en la sección ‘Prisma Local’ de LUCHA, en la que se decía que ‘ese edificio es muy grande para el Teruel de hoy, pero cuando se hace una obra de ese tipo, debe pensarse en el Teruel del mañana, que si se quedara estrecho, al cabo de unos años sería muy difícil conseguir una ampliación’.
Estas palabras las incluía en un artículo publicado en el Boletín Oncológico del Área Sanitaria de Teruel José Moreno, entonces doctor Jefe del Servicio de Tocoginecología de Hospital Obispo Polanco, texto en el que recogía que había habido algunas críticas en la época de su inauguración porque se consideraba demasiado grande para las necesidades de entonces.
En ese artículo hace un detallado repaso de aquellos inicios, con los nombres y apellidos de quienes trabajaron en el centro en los primeros tiempos y los medios con los que contaban. En ese mismo texto recoge que solo empezaron a funcionar dos plantas de hospitalización: la primera destinada a Cirugía, Traumatología y Especialidades y en la que se ubicaban también los quirófanos; y la cuarta destinada a Maternidad y Nidos.
El artículo recoge que la “antecesora modesta” del hospital era una pequeña clínica ubicada en un chalet del Ensanche “que posteriormente fue clínica privada, titulada Sanatorio San Fernando”, y que Antonio Moreno sería el primer director y promotor de la residencia.
En el año 2003 se celebraron diversos actos para celebrar el 50 aniversario del hospital turolense y este periódico recogía las palabras de uno de aquellos primeros facultativos, Luis Gracia, especialista en Otorrinolaringología. “En los primeros años la presión asistencial era mucho menor que ahora, atendíamos a unas 9.000 personas. Pero éramos pocos médicos y estábamos de servicio de día y de noche, hacíamos una guardia permanente”.
Una jornada inaugural para mayor gloria del régimen
La visita en la que Franco inauguró la residencia sanitaria estuvo cargada de simbolismos, como el descubrimiento de la placa en la actual plaza San Juan que daba el nombre del General Varela, que había sido quien, en nombre de Franco, había dado unos años antes el pistoletazo de salida a la reconstrucción de Teruel. “Deseaba venir a Teruel pero quería que Teruel hubiera resurgido antes de sus ruinas; hubiéramos reparado los daños de la guerra, que se hubiera renovado esta vieja ciudad para poder traeros toda la gratitud de las tierras de España por haberla defendido con vuestro sacrificio desde esa puerta de la meseta española” dijo Franco en su visita, según recogía entonces LUCHA.
Estaba todavía muy fresco el duro enfrentamiento entre los dos bandos de la guerra precisamente en aquellas calles y plazas, y el régimen se afanaba en destacar el resurgir de las ciudades que, como Teruel, habían sido especialmente castigadas durante la guerra.
Así, en los días previos a la visita de Franco se podía leer en las páginas de LUCHA un destacado despliegue, por el espacio que ocupaba y las fotografías que lo ilustraban, sobre la reconstrucción. Con el título ‘Contribución del Movimiento a la labor de RESURGIMIENTO DE TERUEL’, detallaba algunas de las obras llevadas a cabo, y en otro artículo aseguraba que ‘Regiones Devastadas ha invertido en obras, dentro de la Comarcal de Teruel, más de 66 millones de pesetas’. De este importe, decía el periódico, el 88,5 por ciento correspondía a la capital. En el texto, en el que no faltan las referencias a la ‘saña’ de los rojos contra la ‘heroica Teruel’, se incluyen las loas al régimen: ‘Terminó la Cruzada y volvieron los turolenses cautivos a la ciudad. Parecía imposible que Teruel, pudiera volver a ser habitado. Pero el Caudillo había prometido su reconstrucción y el 7 de octubre de 1939, Teruel es adoptado por Franco y llega Regiones Devastadas para levantar de entre los escombros, la ciudad heroica y mártir’. Un texto que ilustran además con fotos de cómo quedaron lugares emblemáticos de la ciudad tras la contienda.