Hemeroteca: La primera UVI móvil de Teruel llegó hace 30 años para traslados entre hospitales
La presión social y ciudadana está detrás de la extensión de estos y otros servicios sanitariosLos soldados que hacían la “mili” en los puestos de Cruz Roja repartidos por la provincia eran quienes acudían al lugar de un accidente y con los conocimientos que habían adquirido en un curso de primeros auxilios, atendían a los enfermos y los trasladaban al hospital. Ni médicos, ni enfermeros ni un vehículo especial. Solían ser Citroen o Simca, más bien largos y altos, pero cualquiera tenía que entrar tenía que hacerlo agachado para colocar al enfermo. Así era la atención sanitaria, recuerda Manuel Jimeno, médico y miembro de Teruel Existe, antes de la llegada de la primera UVI móvil a la provincia, hace ahora 30 años.
Una ambulancia muy especial leíamos en la portada del sábado 14 de mayo de 1988. Llegaba gracias a la Diputación de Teruel que hizo entrega de esta Unidad Móvil de Cuidados Intensivos a la Dirección provincial del Instituto Nacional de la Salud (INSALUD). En el acto estaban los titulares de ambas instituciones, Isidoro Esteban y Alberto Larraz, con la presencia del gobernador civil, Rafael García, y la información ofrecía los detalles del vehículo y su coste. Valorada en once millones, especialmente diseñada para atender dentro del propio vehículos a los pacientes en caso de traslados urgentes, prestará servicio en Teruel, decía el texto, mientras que el INSALUD, respondiendo a un convenio que firmó con la Diputación, ha puesto por su parte una segunda Unidad Móvil que tendrá su sede en Alcañiz.
Con la entrada en servicio de estos dos vehículos, los soldados de Cruz Roja siguieron atendiendo los accidentes porque estas UVIs estaban destinadas a los traslados urgentes entre centros, pero así y todo, el avance era notable. La asistencia sanitaria en la provincia, con dificultades en el traslado de enfermos a causa de la adversa orografía y dispersión de población, ha dado un paso adelante destacaba la crónica del interior.
Ambas unidades presentaban características parecidas, detallaba el texto, ya que habían sido equipadas por la misma empresa, Fridesa, con una unidad de respiración automática, otra de parada cardíaca, bomba de infusión volumétrica y los elementos complementarios que permitan atender los casos de urgencia hasta su traslado al hospital’.
La unidad adquirida por la Diputación, continuaba el texto, se había montado sobre una furgoneta Fiat Ducato, y su coste era de 11 millones de pesetas, dos más que la Mercedes adquirida por el INSALUD para Alcañiz, ya que la primera era totalmente nueva mientras que la segunda procedía del Mundial 82, y con seis años a sus espaldas, comenzará a prestar sus servicios a partir de la próxima semana desde el hospital de Alcañiz, concretaba la noticia.
Se trata de lo que se conoce como transporte medicalizado secundario, que sirve para el traslado entre hospitales y que, tal y como recuerda Jimeno, no incluía personal sanitario. “Cuando había que hacer un traslado había que echar mano del médico y la enfermera que hubiera disponible, normalmente en Urgencias, y tenía que dejar lo que estaba haciendo para ir, daba igual la situación familiar de cada facultativo porque tampoco había guardias localizadas”, apunta este profesional, médico de Urgencias en el Hospital Obispo Polanco durante aquel tiempo.
Habría que esperar más para que se pusiera en marcha el transporte medicalizado primario, aquel que va a buscar al enfermo desde la base al lugar donde se ha producido el infarto o accidente. Mientras tanto, eran aquellos jóvenes soldados que hacían lo que se conocía como “la mili” en los puestos de socorro que tenía Cruz Roja por la provincia los que atendían a los accidentados o las urgencias. “Hacían el transporte primario, no medicalizado. Los cogían y metían en los coches que funcionaban como ambulancia, pero que eran poco más que coches normales. Hacían lo que podían estos soldados con 18 o 19 años pero vimos situaciones dramáticas, y gente que moría durante el trayecto” explica.
Los sanitarios eran conscientes de que esta era una situación muy precaria, y empezaron a movilizarse, de la misma manera que ahora se toma como modelo para la nueva plataforma por la sanidad de Teruel. “Hubo una reunión de trabajo con máximos responsables del transporte sanitario en España, los sentamos a todos para que elaboraran un documento de consenso de qué era lo que necesitaba Teruel para atención primaria, y se vio la necesidad de contar con UVI móvil en Alcañiz, otra en Teruel y una tercera en la zona del Jiloca”.
Poco a poco también el resto de la población se dio cuenta de que había que cambiar esta situación, y Jimeno recuerda un suceso que fue un punto de inflexión. “Un joven sufrió un accidente en Cella y no había ambulancia para trasladarlo a Teruel, así que lo llevaron en un coche particular donde le hicieron una reanimación pero no pudieron salvar su vida” explica Jimeno, lo que sensibilizó a vecinos y amigos. “El joven ingresó en muerte cerebral y la familia tuvo la generosidad de donar los órganos para trasplantes. Para transportar los órganos vino hasta una helicóptero de vuelo nocturno, lo que sensibiliz a pensar que para llevar órganos había hasta helicópteros pero no había una ambulancia para intentar salvar una vida” evoca ahora de lo vivido aquellos días.