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Hemeroteca: de la mujer ama de casa y adorno de última página a la lucha por la igualdad Hemeroteca: de la mujer ama de casa y adorno de última página a la lucha por la igualdad
La sección Ellas y su Casa en los 60 refleja la percepción que había de la mujer y en los 70 la encontramos en las contraportadas

Hemeroteca: de la mujer ama de casa y adorno de última página a la lucha por la igualdad

El cambio de percepción de la imagen femenina en la sociedad se aprecia en la prensa
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Desde las mujeres de la Antigua Grecia que empezaron una huelga sexual contra los hombres para poner fin a la guerra, hasta las que hace ahora justo un año llenaron calles y plazas de lazos morados por la igualdad, han pasado siglos de opresión y conformismo, de lucha y avances y de retrocesos. Se trata de un viaje sin retorno, aunque algunos aviven fantasmas de un pasado ya superado. La escenificación de la lucha por la igualdad entre hombres y mujeres tiene fecha, el 8 de marzo, desde hace 44 años cuando la ONU declaró esta jornada como el Día Internacional de la Mujer. Pero este cambio de mentalidad, y por tanto de la sociedad y sus leyes, da pasos cada día, y el repaso a la imagen de la mujer que ha dibujado este periódico es una buena forma de ver con cierta distancia este camino.

En 1975, cuando la Organización de las Naciones Unidas declaró este 8 de marzo como el Día Internacional de la Mujer, no encontramos en LUCHA ninguna referencia sobre esta decisión. La buscamos entre informaciones sobre cambios en el Gobierno de España, un “intento de golpe contrarrevolucionario” en Portugal, leíamos, o en el plano más local, la noticia de la instalación de una fábrica de confección en Teruel que, decía, iba a crear 1.500 puestos de trabajo. Buscando buscando, la referencia más cercana a la situación de la mujer era un artículo a toda página que se publicaba el propio 8 de marzo titulado Guarderías infantiles, una solución para que las madres jóvenes puedan trabajar, acrecentar el patrimonio económico del país y de su propia familia.

Tampoco en 1976 encontramos referencias a esta conmemoración, pero en varias ediciones de aquel mes de marzo el periódico nos despedían en su contraportada con fotografías de mujeres dispuestas como reclamo y acompañadas por textos socarrones. Como ejemplo, el espacio que dedicaba en la edición del 5 de marzo a La Contrahecha, según titulaba un texto que decía: ¡Qué injusticia!.... y la llaman La Contrahecha. Pues -¡caramba!--, cómo serán las bienhechas en el pueblo de quien le puso tal apodo. Coqueta, medio ocultando su rostros con esa hermosa mata de pelo que posee, nos observa desde la lejanía de esa postal que hoy les ofrecemos y que -seguro- ustedes nos agradecerán, ¿verdad?....

En el plano informativo, en aquellos días leíamos que salía a subasta la construcción de un pabellón polideportivo en Teruel o que el Ayuntamiento de Teruel había dejado desierto el concurso-subasta de la plaza de toros.

La década de los ochenta, que empezó sin referencias a la conmemoración de este día, sería en la que comenzarían a despegar las actividades reivindicativas. En la edición del 9 de marzo de 1985 descubrimos una referencia al Día de la Mujer Trabajadora por los actos en la Casa de la Cultura, organizados por el aula de la mujer del Ateneo Turolense. Intervinieron Teresa Agustín como presentadora y Francisca Sánchez leyendo textos. También se dio lectura a declaraciones de las mujeres de Greenham Common (Campamento pacifista de mujeres inglesas) decía la crónica, que citaba también otros textos del recital, que acabó con una fiesta.

Mayor repercusión

El despliegue que encontramos en marzo de 1990 es destacado, con fotografía de portada dedicada a las mujeres y titulares que daban cuenta de lo que les afectaba. Así, leíamos 50 mujeres denunciaron malos tratos en Teruel según datos de los juzgados, y el 63% del total de parados registrados en la provincia de Teruel son mujeres. Apuntaba en aquella portada que estas informaciones eran dos tristes botones de muestra de la realidad femenina en un día en el que se pretende llamar la atención sobre los problemas de la mujer a través del Día Internacional de la Mujer Trabajadora.

Ya en páginas interiores desglosaba estas cifras y además dedicaba una página a recoger testimonios de distintos perfiles de mujeres. Pocas mujeres en la vida pública, social y laboral de Teruel decía el antetítulo de la información que se titulaba Ellas lo ven así. Y recogía el testimonio, entre otras, de Ana Castañer, senadora por el PSOE; Mercedes Laguía, miembro de la ejecutiva del PP; Carmen Colás, alcaldesa de Calamocha por el CDS; Mariví Oraa, guardia civil; o Pilar Pascual, presidenta de la Asociación del Centro Histórico, entre otras. 

La periodista que firmaba aquella información, Mª José Prieto, destacaba las dificultades que había tenido para buscar mujeres de diversos sectores que pudieran ser representativas por su papel en la sociedad. Como ejemplo, apuntaba que como cargos electos solo había una senadora y tres alcaldesas. Solamente en el campo de la enseñanza hay mujeres desempañando cargos directivos en Teruel, y citaba a Pilar Abós, Micaela Muñoz y Floripes Bruna.

Lo que aquí se recoge no es más que una pequeña muestra pero observen cómo, a pesar de las disparidades ideológicas de algunas de ellas, y de las diferencias de sus ámbitos, todas coinciden en una cosa: queda mucho camino por recorrer hasta la igualdad, decía el texto periodístico.

El primer 8 de marzo del siglo XXI coincidió de lleno con la campaña electoral que terminaría con la mayoría absoluta del Partido Popular liderado por José María Aznar. Así que, entre mítines y promesas, la referencia que encontramos a la situación de la mujer fue la denuncia del sindicato UGT que, en una concentración, ponía de manifiesto que la tasa de paro femenino en Teruel era la más alta de la comunidad aragonesa.

Justo la información contraria a la que descubríamos en 2010, cuando leíamos en la edición del 8 de marzo: Teruel es la provincia española con menos mujeres desempleadas.

Al día siguiente, la información principal estaba dedicada a la conmemoración de esta día: El grupo 8 de Marzo pide acabar con la doble moral sexista en una jornada con talleres, homenajes y una concentración, actividades organizadas por el movimiento sindical que entonces estaba liderado en Teruel por dos mujeres: Mari Luz Benedicto como secretaria provincial de Comisiones Obreras y Fina Lanzuela en UGT.

Y se paró el mundo

La conciencia de las desigualdades y la necesidad de reivindicar, sí o sí, un cambio completo de mentalidad de la sociedad, se plasmó de manera definitiva el pasado año demostrando, como decía el lema, que si las mujeres paran se para el mundo. Así lo contaba este periódico en un despliegue sin precedentes, fiel reflejo de la implicación social que el movimiento tuvo hace ahora un año. 

Con una foto de la gran manifestación de Teruel ocupando toda la portada, leíamos el titular Un 8M para la historia de Teruel y destacaba que miles de personas reclamaron en las calles igualdad real entre hombres y mujeres. Ya en el interior, el periódico mostraba una paginación especial de 14 páginas dedicadas a las movilizaciones, tanto los paros y la huelga como la manifestación, así como otros actos a lo largo de la provincia con motivo de esta conmemoración, a pesar de que parte de la plantilla del periódico se sumó a los paros parciales o totales convocados en aquella jornada. Hasta 5.000 personas, citaba el periódico, salieron a la calle en Teruel en aquella manifestación, encabezada decía por las jóvenes. Pero  además de la manifestación multitudinaria, se hacía eco de los actos de los estudiantes, de los sindicatos, plataformas ciudadanas y distintos colectivos que vistieron de morado la provincia.

Origen en el siglo XIX

Desde hace 44 años, el mundo reivindica la igualdad el 8 de marzo, proclamado Día Internacional de la Mujer por la ONU, pero la llama feminista prendió ya en la Antigua Grecia y ha ido prosperando especialmente desde el impulso del movimiento sufragista en el siglo XIX.

Aunque el consenso internacional con respecto al Día Internacional de la Mujer se alcanza en 1975, la primera ola feminista batalló por la igualdad de voto y por los derechos civiles para las mujeres a principios del siglo XIX. Y la discriminación por razón de género se denuncia desde mucho antes.

La ONU recuerda que en “la Antigua Grecia, Lisístrata empezó una huelga sexual contra los hombres para poner fin a la guerra, y que en la Revolución Francesa, las parisienses marcharon hacia Versalles por el sufragio universal”.

La reivindicación de la mujer en la sociedad no es nueva y el reclamo de la igualdad no es cuestión de moda sino de justicia.

“El derecho al voto, los derechos sexuales y reproductivos, el derecho a la educación, a tener un puesto de trabajo y un salario digno... Ninguno de los derechos que disfrutamos actualmente nos han sido regalados, todos ha habido que lucharlos. (...) Y esa lucha la han encabezado, defendido y sostenido las feministas”, explica a Efe la escritora y experta en feminismo Nuria Varela.

Tras el movimiento sufragista, la segunda ola luchó por el acceso a la educación y por los derechos políticos de la mujer a mediados del siglo XX, que mantuvo la reivindicación sufragista, ya que cuanto mayor acceso tenían las mujeres a la educación menos admitían que se les negara su voto.

Fue precisamente en el siglo pasado cuando la lucha contra la discriminación adquirió una visibilidad notable.

A comienzos del siglo, en 1909, Estados Unidos celebró por primera vez el Día Nacional de la Mujer un 28 de febrero y ya en la segunda mitad de la centuria, el 24 de octubre de 1975, las mujeres de Islandia secundaron la primera huelga feminista de la historia.

Es en la década de los sesenta cuando prende la tercera ola feminista, que se centra en luchar por la igualdad en el ámbito privado, en la libertad sexual y reproductiva de las mujeres.

Se trata, detalla Varela, de nombrar el “problema que no tiene nombre” porque hasta entonces la mujer se identificaba como madre y esposa, “lo que cercenaba toda posibilidad de realización personal y culpabilizaba a las mujeres que no se ajustaban a vivir sus vidas dedicadas solamente a los demás”.

Las acciones públicas de protesta de las feministas más radicales -que acuñaron la expresión “lo personal es político”-, su destreza intelectual y su nueva forma de hacer política marcaron esta ola, que reivindicó la autonomía de las mujeres en las relaciones de pareja.

Y tiene que llegar el siglo XXI para que el feminismo vea nacer una nueva ola, la cuarta, que se gesta en el entorno digital y coge cuerpo gracias al movimiento de denuncia #Metoo.

Esta última ola que se caracteriza por la implicación de activistas muy jóvenes, la lucha contra la violencia sexual y otros tipos de violencia que padecen las mujeres tanto en el ámbito íntimo como en el público, por la reivindicación de la igualdad real en todas las esferas, el rechazo del neoliberalismo y la asunción de la ecología.

En este contexto, España vivió el 8 de marzo del pasado año 2018 su primera huelga feminista, “la mayor movilización feminista que se recuerda” en este país, según la Federación Estatal de Organizaciones Feministas, de la que se hicieron eco medios de comunicación e internacionales. La lucha continúa en 2019: la búsqueda de la igualdad se extiende por varios siglos, pero la discriminación por razón de género o sexo sigue existiendo y por ello el día 8 de marzo volverá a servir para celebrar los logros alcanzados pero, sobre todo, para reflexionar y denunciar los asuntos aún pendientes, el camino que queda por recorrer. 

La dignidad del matrimonio

¿Hace falta un día para reivindicar la igualdad? A la luz de los datos que leemos cada año sobre brecha salarial o la diferencia de puestos de responsabilidad , por ejemplo, no hay duda. Pero conviene recordar que ha habido avances, al menos de cambio de perspectiva en nuestra sociedad. Y una manera muy gráfica de ver ese cambio lo encontramos en la mujer que dibujaba este periódico a finales de los años sesenta. Lucha publicaba entonces una sección, Ellas y su casa, dedicada a la mujer, y en la que abordaba temas como la moda o la cocina, y lanzaba preguntas a modo de cuestionario de consultorio para responder a la pregunta ¿Respeta usted la dignidad del matrimonio? en el que invitaba a la esposa, o esposo, a contestar cuestiones como: ¿Hace usted a su esposo -o a su esposa- preguntas de carácter personal delante de extraños?, ¿Supervisa o vigila sus actividades?, ¿Se inmiscuye en los asuntos privados de su familia? o ¿Abre su correspondencia o registra su cartera o la caja de su dinero?. 

Si algo llama la atención ahora de aquella sección es la parte dedicada a Humor, decía, con perlas como: Las mujeres se dividen en dos grandes grupos: las que no creen lo que dice su esposo y las que no están casadas, La mujer es más consciente para el peligro que el hombre; la prueba es que casi todas lloran el día de su boda y remataba con: La niña pregunta a su mamá:  

- Mami, ¿se les puede pegar a los hombres?

Y la mamá responde:

- Hijita, mientras estés soltera no es conveniente.

En las páginas de Lucha de los sesenta veíamos informaciones ilustradas sobre las novedades de la minifalda o anuncios como el de los rombos de la comodidad Flex donde una mujer aparecía sentada sobre uno de esos colchones, vestida de arlequín. A esos rombos hacía referencia explícitamente, aunque jugaba con la idea de los rombos de entonces que avisaban de imágenes censuradas por su carga considerada erótica. Encontrábamos en esta sección también consejos de belleza, decoración o de cuidados de niños. Y raro era el día que no encontrábamos alguna joven mis, fuera del rincón que fuera, adornando las páginas del periódico.