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Hemeroteca al Día: Líster, el aldeano gallego que dirigió cuatro ejércitos y que nunca olvidó Teruel Hemeroteca al Día: Líster, el aldeano gallego que dirigió cuatro ejércitos y que nunca olvidó Teruel
DIARIO DE TERUEL recogió la información sobre la muerte de Líster tras anunciarse que no se esparcirían sus cenizas en Teruel

Hemeroteca al Día: Líster, el aldeano gallego que dirigió cuatro ejércitos y que nunca olvidó Teruel

Sus cenizas iban a ser esparcidas por estas tierras pero luego cambió de idea
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Moría a los 87 años en un hospital de Madrid, en España, el país al que regresó tras una azarosa vida. Pero las fotos que ilustraban aquellos días las informaciones sobre su muerte no eran de sus últimos tiempos, eran las del carismático líder militar que fue. Enrique Líster, ese aldeano gallego que emigró a Cuba a buscar fortuna, que fue cantero en Rusia y acabó dirigiendo ejércitos en España y la URSS en dos guerras, moría casi nonagenario en tras unos días en coma un 8 de diciembre de 1994. Dirigente militar idolatrado en la guerra civil española por los republicanos, en su faceta política tuvo sonados enfrentamientos, especialmente con Santiago Carrillo. A su muerte, este periódico revisó su figura y sobre todo su relación con Teruel, donde se casó y donde quiso que quedaran sus cenizas, deseo que cambió a tres semanas de su muerte.
El 9 de diciembre leíamos en la portada de este periódico que el dirigente comunista iba a ser incinerado en el Cementerio de la Almudena y, cumpliendo sus deseos, esparcidas sus cenizas en la zona donde tuvo lugar la batalla de Teruel, porque en aquel lugar había perdido su vida la flor y nata de la juventud antifranquista, según aseguraban los familiares que citaba la información.
No extrañaba este deseo en Teruel, por las vinculaciones de este militar y político con la provincia, que aquellos días se repasaron en varios artículos; Fue uno de los grandes protagonistas de aquella cruel batalla recordaba Manuel Pérez Rivera en un texto publicado entonces. La misión asignada en la misma fue vital: el cierre del anillo estrangulador de la capital -Teruel-, que realizó a la perfección salvo el tropiezo de Concud. En un extenso artículo titulado El legendario Enrique Líster y sus cenizas repasaba su papel en la Batalla de Teruel, donde selló un éxito militar indiscutible por el que recibió ese ascenso a teniente coronel, vedado hasta ese nombramiento a los mandos de las milicias.

Artículos sobre su figura
A lo largo de aquellos días se publicaron muchos artículos desde varias perspectivas, decía el periódico, pero había uno que ahondaba especialmente en los vínculos de este líder comunista con Teruel, del libro La Batalla de Teruel día a día firmado por Pompeyo García. Bajo el título Líster, gran triunfador en la batalla de Teruel, contaba el detalle de que el dirigente comunista se había casado el 20 de noviembre de 1937 en Castellote con una aragonesa, la hija del médico de la localidad, Carmen López Serrano y decía que ella incluso le había acompañado en el frente y había mediado para que Líster le salvara la vida a algunos prisioneros. 
De sus acciones en estas tierras, recordaba que Líster adelantó en unas horas la misión de cortar las comunicaciones de Teruel con Zaragoza, encomendada por el general Rojo, para ampararse en las sombras e infiltrarse en el campo enemigo por sorpresa. El primer día de la batalla, la noche del 14 al 15 de diciembre de 1937, lideró esta exitosa operación: A las ocho, cuando oficialmente se inicia el ataque por el resto de las otras cinco divisiones destinadas al efecto, él ya ha conseguido su objetivo. Ha llegado a San Blas y está posesionado de una línea de contención que va desde el río Guadalaviar hasta Cerro Gordo en Caudé. Solo le falla en parte, la toma de Concud que por un error o despiste de la brigada destinada al efecto le atacaba de frente cuando debía hacerlo del revés, tropezándose con las débiles defensas que lo guardan. Tienen que intervenir los tanques pero al atardecer está también dominado con un coste de bajas relativamente insignificante. 
A partir del día 15 se dedican a resistir, misión que se tambalea y entonces Líster en una de sus salidas peculiares, el día 30 exige -o impone- su salida inmediata del frente – no quiere ser perdedor- y su división es reemplazada por la 68, de menos garantías, menos baqueteadas que la II lo que provocaría, relata en el texto, que los republicanos fueran cediendo posiciones. Ese día 31 su superior el teniente coronel Ibarrola, jefe del XX Cuerpo de Ejército, le pide que ante la desbandada vuelva con sus tropas, pero él se niega. El  día 4 de diciembre recibe la orden de ir a Puerto Escandón pero no llega a cumplirla. 
El 5 de enero su División se traslada  del Valle del Alfambra a la zona de Segorbe, después hubo más traslados hasta el día 19 que llegan a la Aldehuela para el día 22, último día de la batalla de Teruel, recibir la orden de dejar una brigada en línea y con las otras dos tratar de romper el cerco en que estaba metido El Campesino: No se cumplimenta tampoco la orden.

Su carácter
De Líster decía el articulista Julio Monzón que tuvo un gran protagonismo en las principales batallas de la Guerra Civil, como Belchite, Guadalajara y el Ebro, pero fue en Teruel donde cosechó como militar el ascenso que obligó a cambiar la ley entonces. 
Monzón le describía así: Era poseedor de una virulenta visceralidad, escaso tacto y, un valor bien probado y contrastado al frente de tres ejércitos: el español, el ruso y el polaco. Fue un galleo impetuoso, de los pan, pan y vino, vino, y tozudo como pocos y esto último, a nuestro juicio, le restó a lo largo de su vida reconocimientos y posibilidades. Su recuerdo es difícil de olvidar para quines le conocimos, aunque solo fuese de visu y su figura imponente, inconfundible, nos producía una sensación de temeroso respeto, sin saber muy bien por qué, pero que permanece en nuestra memoria con una aureola de hombre temerario, fiel a unas convicciones (compartidas o no), y de fanática visceralidad que la parafernal propaganda de la república le había adjudicado machaconamente en todos los medios de difusión entonces existentes.

A su muerte
Esa faceta militar es la que destacó Santiago Carrillo, secretario general del Partido Comunista de España entonces, con quien Líster tuvo intensos enfrentamientos internos que le llevaron incluso a salir del partido y fundar el suyo propio. Pero Carrillo dijo entonces de él: “Fu un jefe militar con coraje y capacidad” y lo calificaba como “uno de los más notables jefes militares del ejército popular que defendió la República”.
También el presidente de Comisiones Obreras y miembro del Comité Central del PCE, Marcelino Camacho, se refirió a él diciendo que era un “hombre firme en sus convicciones” y destacaba que Líster siempre defendió la libertad y luchó contra el fascismo.
En el crematorio de La Almudena de Madrid fue despedido por amigos y simpatizantes, entre los que se encontraba el entonces coordinador general de Izquierda Unida, Julio Anguita, y muchos de los que aquellos días participaban en la IV Asamblea Federal de IU, que se interrumpió para permitir que quienes lo desearan pudieran acudir a la ceremonia. 
Finalmente sus cenizas descansarían en el Cementerio Civil de la Almudena, leíamos el 10 de diciembre. Ya no se esparcirían por Teruel, como había sido deseo de Líster, porque según aseguraba un portavoz de la familia éste cambió de propósito tres semanas antes de su muerte y aseguró que quería que no se jugara con su memoria y se le considerara, simplemente, un comunista más.
Tras cubrir el féretro con una bandera republicana y otra del PCE y cantar el himno de “La Internacional”, Anguita se dirigió a los presentes y destacó la “coherencia” de Líster gracias a la cuál, aseguró, el partido comunista había seguido existiendo, y a “saber decir no cuando hay que decirlo” dijo entonces el líder de Izquierda Unida, que afirmó que igual que hizo Líster, “merece la pena quemarse por algo, por una idea”.