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Hace un cuarto de siglo que Teruel enmudeció para hacerse oír  y tomar las riendas de su futuro Hace un cuarto de siglo que Teruel enmudeció para hacerse oír  y tomar las riendas de su futuro
Concentración frente al Senado el 13 de diciembre de 1999, pocos días después del paro silencioso de Teruel

Hace un cuarto de siglo que Teruel enmudeció para hacerse oír y tomar las riendas de su futuro

El paro silencioso de 5 minutos celebrado el 1 de diciembre de 1999 marcó el inicio del movimiento ciudadano que hizo ‘existir’ a la provincia
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Hay hitos que hacen historia porque suponen un antes y un después, y eso es lo que sucedió en Teruel hace un cuarto de siglo cuando la ciudadanía respaldó de forma mayoritaria un paro silencioso de cinco minutos convocado por una coordinadora ciudadana que acababa de constituirse, Teruel Existe, a partir de la confluencia de varias plataformas que reclamaban un ferrocarril digno, un transporte sanitario de emergencias y el acceso a la asistencia de salud mental. Mientras el resto del país progresaba y se subía a la modernidad gracias a los fondos de cohesión que llegaban de Europa, la provincia agonizaba y sus gentes se hartaron. Aquel grito en silencio que dieron los turolenses hizo renacer Teruel y empezó a existir fuera de sus límites provinciales.

El nacimiento de Teruel Existe dio lugar a la mejor campaña publicitaria de un territorio que jamás ha existido, y a coste cero, porque la provincia pasó a ser conocida de la noche al día. A la vez, sus habitantes expresaron un sentimiento de orgullo y de autoestima que fue acompañado de un crecimiento del emprendimiento a la vez que empezaban a llegar inversiones como Dinópolis, que iban a funcionar como un motor de desarrollo turístico junto a las pistas de esquí mientras que en otras comarcas se impulsaban otros proyectos para atraer visitantes.

De aquel grito en silencio, el del derecho a existir y a ser atendido en igualdad de condiciones por las administraciones públicas, se cumplen ahora veinticinco años. La provincia no es la misma y aunque los problemas a causa de la despoblación no han desaparecido sino que se han agravado, es un territorio pujante, con iniciativa, con un sector empresarial que ha tenido que pelear más que el de otros territorios por las limitaciones que tiene precisamente a causa de la escasa población que tiene, y sobre todo con un orgullo de sentirse de Teruel y de defender su tierra que se fortaleció aquel 1 de diciembre de 1999. Nació en Teruel capital, aunque otras localidades se sumaron al paro silencioso porque su vocación era provincial, como se puso de manifiesto sólo dos meses después al pasar del silencio al ruido con un desfile de todos los pueblos turolenses en una nueva acción reivindicativa, que llevaría a finales del año 2000 a otra movilización más potente todavía que consiguió paralizar a toda la provincia con una huelga general que volvió a hacer historia y tuvo eco en todo el país.

 

Manifestación de la huelga general de 2000, un año después del paro silencioso


A la vez, Teruel con su eslogan de Teruel Existe se ganó la simpatía de todo el mundo fuera de la provincia y la gente quiso conocer un territorio virgen, rico en patrimonio y lleno de oportunidades, aunque la carencia en infraestructuras sigue lastrando su desarrollo al no poder competir en igualdad de condiciones con otros territorios.

Fue un éxito colectivo, de todos los turolenses, que hizo ponerse las pilas a la clase política y que unió a los agentes económicos y sociales, a la patronal y los sindicatos, algo que no ha sucedido en ninguna otra parte del país, hasta el punto de que acabaron convertidos en los portavoces de las reivindicaciones de la provincia ante las instituciones, mientras que detrás el movimiento ciudadano alentaba al unísono con sus movilizaciones.

Hay infraestructuras históricas cuya reivindicación viene de entonces y que siguen demandándose, porque han pasado a figurar de forma permanente sobre el papel en los presupuestos, pero no hay forma de que se materialicen. En cambio se han logrado otros avances y la pregunta ya no es lo que sigue pendiente de hacerse, sino qué habría sido de una provincia en la que los trenes descarrilaban constantemente y la línea de ferrocarril se daba ya por amortizada y su cierre parecía inminente; en la que un helicóptero podía llegar de noche desde fuera para llevarse los órganos para un trasplante de una víctima en un accidente mortal, pero en cambio no existía un transporte sanitario de urgencias que hubiese podido salvar esa vida; y en la que la salud mental estaba dejada de la mano.

Fueron precisamente esas plataformas, las del ferrocarril, la del transporte sanitario de urgencias y la de salud mental las que se unieron, al abrigo de la Federación de Asociaciones de Vecinos San Fernando, para mostrar que desde la unidad se puede tener mucha más fuerza, como así sucedió.

 

El Campus de Teruel repleto de estudiantes que participaron en el paro silencioso de cinco minutos el 1 de diciembre de 1999


Hay nombres propios en la historia del movimiento ciudadano, personas que pusieron rostro a los primeros meses de la movilización, algunos de los cuales siguen siendo portavoces históricos de Teruel Existe, mientras que otros se retiraron o pasaron a un segundo plano, a la vez que otros rostros se han ido sumando a este movimiento ciudadano, como gente joven que cuando surgió la coordinadora no habían ni siquiera nacido. Pero los protagonistas de Teruel Existe, del movimiento ciudadano, no han sido ellos. Su implicación y dedicación fue imprescindible para impulsar multitud de movilizaciones, para poner en pie el movimiento y extenderlo como un reguero de vida por toda la provincia, si bien los auténticos protagonistas fueron, son y serán los miles de turolenses anónimos que estuvieron en cada una de esas movilizaciones, desde el paro silencioso de 1999 a la gran huelga general de 2000, o a la impresionante movilización de marzo de 2019 cuando junto con movimientos reivindicativos de las zonas rurales de todo el país estalló la Revuelta de la España Vaciada en Madrid.

Los tiempos han cambiado. Ahora hay un transporte sanitario de urgencia, que existe, cuando entonces no existía y a pesar de que debe seguir mejorándose; existe una asistencia en salud mental, por la que se pelea ahora para que llegue a la atención primaria, primera puerta de acceso a la sanidad pública; y existe un tren, a punto de electrificarse, que de no haber sido por el estallido de Teruel Existe en 1999 seguramente ya no existiría, y a pesar de que sigue sin ejecutarse el corredor de altas prestaciones Cantábrico-Mediterráneo, de doble vía electrificada y para tráfico mixto de mercancías y viajeros, que situaría a Teruel en igualdad de condiciones con el resto del país.

Teruel sigue sin equipararse en servicios con otros territorios, pero no es el mismo, sin el movimiento ciudadano seguramente habría dejado de existir, pero en cambio hoy existe y es ejemplo para muchos. La reivindicación no ha cesado y los protagonistas de estos veinticinco años han sido los turolenses que lo han hecho posible no solo con su participación en las movilizaciones sino con su implicación en su vida profesional y privada para hacer crecer cada día a la provincia, por resistir en los pueblos, por enseñar a la gente de fuera su patrimonio, por su capacidad de resiliencia para hacer ver al mundo que Teruel existe, y por apostar por su tierra y quedarse a vivir en ella.

 

Dos años después del paro silencioso, Teruel Existe se manifestó en Bruselas


En noviembre de 1999 Teruel dijo basta. Una coordinadora ciudadana aglutinó el descontento de distintas plataformas e hizo salir a los turolenses a las calles. Ver las fotografías de aquel paro silencioso del 1 de diciembre impresiona. A los portavoces del movimiento ciudadano se les preguntó entonces lo mismo que después de cada nueva movilización: ¿y ahora qué? Eso llegó entonces a los pocos días, el 13 de diciembre, cuando sendas delegaciones turolenses se plantaron en el Senado en Madrid y en las Cortes de Aragón en Zaragoza para entregar las reivindicaciones de la provincia avaladas por 107.000 firmas. Y se fueron encadenando después las movilizaciones hasta llegar a la huelga general de 24 horas del 29 de noviembre de 2000. Así se siguió con un ritmo frenético que salpicó Bruselas en noviembre de 2001 con una manifestación medieval. Estos días lo que se conmemora es eso, el estallido de rebeldía, de dignidad y de orgullo por defender su tierra de miles de turolenses anónimos.

Un estallido incontenible

Fue en noviembre de 1999 cuando se fraguó la coordinadora ciudadana Teruel Existe. Desde la Federación Vecinal se atrajo a las tres plataformas reivindicativas que peleaban entonces por el ferrocarril, el transporte sanitario de urgencias y la salud mental. Al final, el objetivo era el mismo, visibilizar la provincia y sus problemas, y reclamar soluciones e inversiones. Salir del olvido. Las asambleas fueron multitudinarias y las reuniones de la coordinadora en el antiguo local de la Federación, donde estaba el mercado municipal, interminables. Fue un estallido incontenible de ganas por luchar por la tierra con un ritmo frenético de protestas y de propuestas, que dieron rienda suelta a la imaginación e hicieron de Teruel Existe un sentimiento propiedad de todos.

 

Estudiantes durante el paro silencioso en Alcorisa