

Hace un cuarto de siglo que se firmó el Pacto por el desarrollo de Teruel y la provincia sigue esperando
De lo seis puntos programáticos que suscribieron los partidos mayoritarios el 2 de marzo del año 2000, el que más retraso acumula son las carreterasHace un cuarto de siglo que se firmó el Pacto por el desarrollo de Teruel, que suscribieron los cinco partidos mayoritarios que se presentaban a las elecciones generales de aquel año por la provincia, y que se comprometían a desarrollar seis puntos programáticos en los que se sustentaban las reivindicaciones de la recién nacida coordinadora ciudadana Teruel Existe. Veinticinco años después la provincia continúa esperando todavía, porque se han conseguido avances, algunos importantes, pero en cuestiones como las infraestructuras de comunicación el retraso sigue siendo no solo considerable sino hasta escandaloso con las autovías A-68 y A-40, que no hay forma de que arranquen, o la eterna demanda de que se arregle la carretera N-330 entre la capital turolense y el límite de la provincia de Cuenca.
El 2 de marzo del año 2000 Teruel acogió un debate que provocó una gran expectación ante la efervescencia ciudadana que había con la irrupción, pocos meses antes, a finales de noviembre del año anterior, de la coordinadora Teruel Existe. Fue ella la que lo organizó para que los políticos diesen la cara juntos en una misma mesa, y se comprometiesen si así lo consideraban oportuno, a trabajar de forma conjunta por el futuro de la provincia.
Los seis puntos programáticos sobre los que se pronunciaron los candidatos a las elecciones generales de ese año siguen estando hoy entre las demandas ciudadanas, aunque en este cuarto de siglo la situación ha cambiado en la mayoría de esos asuntos y prueba de ello es la próxima inauguración de dos nuevos hospitales en la capital y Alcañiz. Otra cosa distinta es que haya tenido que pasar tanto tiempo para que se hiciese realidad. No obstante, han surgido nuevas necesidades y problemáticas en el ámbito de los servicios públicos, como ocurre con la sanidad. Es la falta de avances en las infraestructuras por carretera lo más llamativo pasado todo este tiempo, y ver cómo los compromisos no solo no se han realizado en cuestiones tan sencillas como las travesías, sino que en lo que se refiere a grandes vías de comunicación el retraso que acumulan es más que preocupante. Al menos la A-23 se hizo en un tiempo razonable y Teruel dejó de ser la única provincia española sin un solo kilómetro de autovía.
El debate se realizó en el salón de actos de la Casa Blanca y el lugar se quedó pequeño por la gran afluencia de público. En aquellos tiempos era tal la efervescencia ciudadana por el hartazgo que existía, que los actos que organizaba la coordinadora llenaban cualquiera de los espacios en los que se celebraban. Hubo gente que no pudo entrar porque el salón estaba lleno y en las puertas de acceso se acumularon para ver si los candidatos políticos eran capaces de comprometerse a trabajar juntos por la provincia.
Iniciativa legislativa
Eso es lo que pedía el Pacto por el desarrollo de Teruel, en el que los firmantes, que eran los candidatos números uno del PP, PSOE, PAR, IU y CHA, se comprometían a que una vez constituidas las Cortes Generales tras las elecciones que iban a celebrarse el día 12 de marzo, instarían a sus respectivos grupos parlamentarios en el Congreso de los Diputados “para que se transforme en una iniciativa legislativa (del tipo que jurídicamente proceda) el Pacto por Teruel que la ciudadanía turolense reclama”.
Dicho pacto contemplaba los seis puntos recogidos en un manifiesto elaborado por la coordinadora ciudadana Teruel Existe, que se centraban en la mejora del transporte ferroviario y por carretera, una asistencia a las emergecncias sanitarias eficaz, una asistencia a la salud mental acorde a lo que marcaba la ley, planes de empleo contra la despoblación, y una enseñanza de calidad con un mayor impulso a los estudios universitarios.
Por los partidos políticos asistieron los números uno de las listas de las cinco formaciones mayoritarias de la provincia: Santiago Lanzuela por el PP, Gerardo Torres por el PSOE, José María Fuster por el Partido Aragonés, Antonio Pérez por Chunta Aragonesista y Pablo Jorge Pinazo por Izquierda Unida.
Una gran pancarta de Teruel Existe presidía el escenario donde los cinco candidatos, tras mantener un debate sobre los compromisos de cada formación con la provincia, firmaron el documento en el que se comprometían a desarrollar el Pacto por Teruel.
La actitud de los partidos fue muy criticada por los representantes del recién surgido movimiento ciudadano, ya que lamentaron que los candidatos hubiesen querido hacer campaña electoral y los hubiesen tratado como votantes, cuando lo que se perseguía era un compromiso real para hacer piña en Madrid todos juntos y presionar unidos por el futuro de Teruel con independencia de colores políticos.
Teruel Existe acababa de nacer y tras su primera gran movilización de diciembre del año anterior afrontó en el 2000 uno de sus años más intensos de movilizaciones, que culminarían con el paro general de 24 horas en toda la provincia celebrado el 29 de noviembre.
Demandas ciudadanas
Un cuarto de siglo después, lejos de conseguir que los partidos se unan desde Teruel al margen de sus ideologías y colores políticos para llevar a Madrid un discurso reivindicativo unido sobre las necesidades que tiene la provincia, las demandas ciudadanas se siguen utilizando como ariete en la confrontación parlamentaria con un discurso que varía en función de que se esté gobernando o en la oposición. Ha pasado eso con los cinco partidos que suscribieron ese Pacto por Teruel, aunque con responsabilidades muy distintas. El PP y el PSOE las han tenido plenas, porque son partidos de gobierno, mientras que los otros han tenido también su corresponsabilidad con las consiguientes consecuencias para mantener la coherencia. El PAR ha concurrido en elecciones con el PP, mientras que tanto IU como CHA forman parte hoy día de la coalición de gobierno a través de Sumar.
La asistencia eficaz a la emergencia y al transporte sanitario fue una de las demandas que con más rapidez se abordó en aquel entonces, al igual que una asistencia a la salud mental integrada en el sistema sanitario nacional y ajustada a la ley, que era otro de los puntos que recogía el manifiesto. Hoy esas necesidades han evolucionado y prueba de ello es la situación de la sanidad rural y de los especialistas en los hospitales periféricos, que si bien responde a un problema estructural, está lejos de solucionarse y peligra con ir a peor.
Esta es una de las cuestiones en las que Teruel Existe, tras convertirse en partido político, está incidiendo, incluido el tema de la salud mental, que vuelve a cobrar hoy día protagonismo. De hecho, en el pleno de las Cortes de Aragón de esta semana, la formación nacida del movimiento ciudadano llevará a debate y votación una Proposición no de Ley sobre la necesidad de dotar las plantillas de los centros de salud con profesionales de psicología clínica para atender la salud mental.
En educación y estudios universitarios se han producido desde entonces avances importantísimos, al margen de que siga habiendo necesidades en el medio rural. En cuanto a la demanda de planes de empleo que impidiesen la despoblación progresiva de la provincia por falta de futuro, la situación actual es precisamente de falta de mano de obra, como reclaman los empresarios.
En cambio, de momento se está perdiendo la gran oportunidad que supuso en su día la autorización por parte de la Comisión Europea de las ayudas al funcionamiento de las empresas, que permitía bonificar hasta el 20% de los costes laborales tanto en la provincia de Teruel como en las de Cuenca y Soria por ser las más despobladas y con mayores problemas demográficos. El empecinamiento del Gobierno central en no aplicar el máximo contemplado para estas ayudas, cuando apenas está dando el 1%, amenaza seriamente con truncar una de las políticas emanadas de la Unión Europea que más expectativas había generado, pero que tiene que ejecutar el Estado español y se niega a desarrollarlo al máximo porque no entiende la ventaja competitiva que tendría para estas tres provincias de cara a fortalecer las empresas ya existentes y atraer otras.
Compromiso
En materia de infraestructuras de comunicación el ferrocarril ha sido el mejor parado si se compara lo que había con lo que hay ahora, aunque se esté incumpliendo el compromiso posterior de construir un corredor de altas prestaciones de doble vía. En el año 2000, cuando se suscribió el Pacto por Teruel, la vía de tren estaba a punto de cerrarse por su mal estado y los continuos descarrilamientos que se producían. Hoy la infraestructura se ha mejorado sustancialmente y está en proceso de electrificación, aunque su trazado sigue siendo decimonónico y por tanto escasamente competitivo por más que el discurso político se empeñe en decir lo contrario.
La mejora del tren fue una de las cuestiones con la que más rápidamente se vieron compromisos y ejecución de inversiones. Con el PP se planteó la transformación de la línea en vía de alta velocidad entre Teruel y Zaragoza, aunque sin desdoblar, pero con la eliminación de los puertos de montaña de Paniza y Cuencabuena. Sobre el papel era un logro, que luego en la práctica se truncó porque no se hicieron los puertos de montaña.
Mercancías y pasajeros
La causa de no acometer los trazados más complicados de la línea fue que, al entrar a gobernar el PSOE, el nuevo compromiso fue hacer un corredor, el Cantábrico-Mediterráneo, de alta capacidad y doble vía electrificada para tráfico mixto de mercancías y pasajeros. Eso provocó que los nuevos trazados en los puertos de montaña no se hiciesen, mientras que el corredor se estancó en los estudios informativos hasta que volvió a gobernar el PP y lo aparcó por completo, a pesar de que ahora lo reivindica porque quien gobierna en Madrid es el PSOE.
El PP lo que hizo fue poner en marcha un plan director de mejora de la línea que retomaba de alguna forma lo planteado a principios de siglo, pero sin atender los puertos de montaña, si bien incluía el arreglo y la electrificación hasta Valencia. Ahora que los populares están en la oposición en las Cortes Generales, acusan al PSOE de que este plan director es poco ambicioso, como si no se acordasen de que lo único que hacen los socialistas es continuar con lo que empezaron ellos, eso sí, con la misma lentitud de siempre. El olvido y la incoherencia son constantes en la acción política.
De los seis puntos programáticos, donde menos avances se han visto ha sido en la demanda de unas comunicaciones por carretera propias del siglo XXI. Salvo la autovía Mudéjar, que se construyó dentro de unos plazos razonables, el resto de carreteras y autovías siguen pendientes y con poca esperanza de que se hagan.
Es desesperante la situación con la A-68, que después de haberse comprometido el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero a que estuviese hecha en el año 2010, hoy sigue sin haber obras dos décadas después, cuando lo reglado con este tipo de infraestructuras es que se hagan en no más de diez años.
La A-40 y la A-25, que se sumó después, siguen bloqueadas y lo que es peor, amenazan con acabar siendo, en el mejor de los casos, carreteras de 2+1. En cuanto a las variantes de población o el acondicionamiento de la N-330, la inacción es total. Prueba de ello es que en este último caso no avancen ni los pocos kilómetros que se adjudicaron hace ya tiempo en lo que podría verse como una metáfora de lo que son las inversiones en esta provincia, el cuento de nunca acabar.
Propuestas de acción
Veinticinco años después de que los partidos mayoritarios suscribiesen el Pacto por el desarrollo de Teruel, Teruel Existe impulsó en plena crisis de la pandemia de la covid un documento con propuestas de acción para la reconstrucción de la provincia fruto de la inteligencia colectiva al que también se llamó Pacto por Teruel.
Ese documento sigue vigente aunque da la impresión de que ha caído en el olvido por parte de las instituciones públicas. Se implicó mucha gente en su elaboración y fue presentado en las Cortes Generales. El objetivo era no dejar atrás a la provincia durante la reconstrucción del país tras la covid. Las propuestas y planteamientos que se hicieron son válidos y emanaron desde el propio territorio, no desde los despachos alejados de la realidad de lo que es Teruel, como suele trabajarse desde arriba.
Este Pacto por Teruel sigue siendo hoy día la mejor referencia para trabajar por el reequilibrio territorial. Esa era la idea y por eso se elaboró, fruto de un ejercicio colectivo de reflexión, consenso y diálogo. Participaron más de 75 entidades del territorio y alrededor de 120 personas que se reunían de forma telemática.