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Galve, la cuna de los dinosaurios españoles que reivindica su peso  en la paleontología de estos reptiles Galve, la cuna de los dinosaurios españoles que reivindica su peso  en la paleontología de estos reptiles
Reconstrucción en vida de ‘Aragosaurus’ en Tierra Magna, dentro del parque paleontológico de Dinópolis en Teruel capital

Galve, la cuna de los dinosaurios españoles que reivindica su peso en la paleontología de estos reptiles

Tras haber dado nombre a cinco nuevos géneros y especies, entre ellos ‘Aragosaurus’, el municipio refuerza sus recursos sobre estos gigantes
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No fue el huevo antes que la gallina, sino Galve el que puso el nombre de la provincia de Teruel en el mapa de la dinosauriología mundial. Cuando nadie imaginaba ni por asomo que los dinosaurios acabarían convertidos en uno de los más importantes recursos turísticos de la provincia, a mediados del siglo pasado un apasionado vecino de esa localidad, José María Herrero, les había puesto ya el ojo. En España no había tradición en ese momento por la paleontología de dinosaurios y gracias a este visionario empezaron a llegar científicos de otros países a estudiarlos, hasta que en 1987 un equipo español liderado por el paleontólogo José Luis Sanz describió Aragosaurus. Fue el primer género nuevo de dinosaurio definido en España. Hoy este municipio turolense reivindica su peso en la paleontología de dinosaurios al cumplirse el 200 aniversario de la dinosauriología mundial y refuerza sus recursos en torno a estos fascinantes gigantes del Mesozoico.

Galve es la tierra de Aragosaurus y de otros tres nuevos géneros de dinosaurios, además de una nueva especie, lo que convierte el municipio en un lugar excepcional con sus más de sesenta yacimientos paleontológicos, tanto de huesos como de icnitas. Pionero a principios de los años 90 del pasado siglo en la explotación de su riqueza paleontológica con fines turísticos, mucho antes de que surgiera la idea de crear Dinópolis, la localidad ha ido incrementando sus recursos en esa línea y tiene en marcha otros nuevos.

El municipio está reforzando ese potencial en torno a los dinosaurios después de que el año pasado se inaugurase la nueva sede del museo paleontológico, cuyo nombre está dedicado a José María Herrero, con una exposición totalmente renovada y muy atractiva. A ello se suma el anuncio por parte del Gobierno de Aragón de la próxima mejora de la sede de Dinópolis, llamada Legendark, que se abrió hace ya dos décadas, y la inminente inauguración de un nuevo corpóreo del dinosaurio Galvesaurus/Galveosaurus en el parque paleontológico que hay en la chopera. Esta última actuación está impulsada por la Comarca Comunidad de Teruel dentro de la iniciativa Dinoexperience en torno a la riqueza paleontológica que alberga este territorio.

Actuaciones

La Fundación Dinópolis ha acometido últimamente diferentes actuaciones, como el mantenimiento de los yacimientos de icnitas de Las Cerradicas y los Corrales del Pelejón. Sobre este último ha publicado también nuevas aportaciones científicas. A ello se suma la edición de una Paleoguía titulada Si te apasiona la paleontología de dinosaurios ¡Galve es tu destino!, donde ofrece un recorrido por todos los recursos paleontológicos y geológicos que ofrece el municipio de forma muy divulgativa.

Lugar de investigación por parte de equipos extranjeros y españoles, a finales de los 90 la Universidad de Zaragoza inició en Galve un trabajo sistemático con el equipo de investigación que acabó denominándose Grupo Aragosaurus. Cuando se creó la Fundación Conjunto Paleontológico de Teruel-Dinópolis, este equipo también empezó a desarrollar investigaciones con importantes resultados como la redefinición de Aragosaurus, que permitió su reubicación en el tiempo geológico y su mejor conocimiento, o la descripción de nuevas especies de dinosaurios como Iguanodon galvensis.

Cuando hace dos siglos en Europa se descubrieron los dinosaurios con la descripción de Megalosaurus en 1824, del que se cumple ahora el segundo centenario, Inglaterra y Francia eran las grandes potencias mundiales en el estudio de estos fósiles, hasta que se sumó Estados Unidos en la segunda mitad del siglo XIX. A la par que en Norteamérica la exploración del salvaje Oeste llevó consigo el descubrimiento de espectaculares dinosaurios en lo que se llamó la guerra de los huesos, en España, en 1872, se identificaron los primeros fósiles de dinosaurios en el país. Fue Juan Vilanova y Piera quien publicó el hallazgo de estos fósiles hallados en el municipio turolense de Utrillas y en Morella (Castellón).

A muy pocos kilómetros, en Galve, su subsuelo esperaba a que alguien se interesase por los restos de dinosaurios que albergaba. Pasaría casi un siglo hasta que un joven de la localidad, José María Herrero, empezase a sacarlos a la luz.

Los fósiles que sirvieron para definir el primer género de dinosaurio en España, ‘Aragosaurus’, en el Museo de Galve

Cuna de la dinosauriología

Galve tiene hoy día el honor de ser la cuna de la dinosauriología española y de haber sido en este municipio donde se definió el primer nuevo género de dinosaurio de España, es decir, que nunca antes se había encontrado en el resto del registro mundial. Su nombre, Aragosaurus ischiaticus, fue un reconocimiento a Aragón por haber sido pionero en este campo.

Ese dinosaurio es un saurópodo, un gigante de entre 14 y 17 metros de longitud, según qué grupo de investigación haga los cálculos, y un peso de 20 toneladas. Era cuadrúpedo, con patas que parecían columnas, y una cola muy larga, al igual que su cuello, que acababa en una cabeza relativamente pequeña en proporción con el resto del cuerpo.

Tras comunicar Herrero la existencia de los fósiles de este gigante, el profesor Dimas Fernández Galiano impulsó las primeras excavaciones y publicaciones sobre su descubrimiento. El primero en estudiarlo científicamente fue el francés Albert F. de Lapparent tras oír hablar de los fósiles gracias al interés de José María Herrero. En 1960 publicó un artículo en el que aseguraba que los fósiles pertenecían a un nuevo tipo de saurópodo. Fue en cambio en 1987 cuando José Luis Sanz junto con Ángela Delgado Buscalioni, M. L. Casanovas y J. V. Santafé realizaron su definición científica, corroboraron que era una nueva clase de dinosaurio saurópodo, y le pusieron el nombre de Aragosaurus ischiaticus.

La especie hace referencia al isquion del animal, un hueso de la cadera, cuyas características especiales lo diferencian de otros saurópodos, de ahí que sea considerado una especie distinta de cualquier otra.

Sus huesos se han excavado únicamente en el yacimiento de Las Zabacheras, junto a la antigua carretera. En 2014 la Fundación Dinópolis volvió a abrirlo y los hallazgos que se produjeron ampliaron la parte del esqueleto que se conoce de Aragosaurus.

Sus fósiles se exhiben en los dos museos que acoge Galve, el municipal con los fondos de José María Herrero, y la subsede de Dinópolis llamada Legendark. Otros dinosaurios encontrados en el municipio también se exhiben entre ambos edificios, aunque es el Museo Paleontológico José María Herrero el que alberga la gran diversidad de fósiles hallada en el término. Legendark acoge por su parte un fósil histórico de la paleontología turolense, los restos de Iguanodon del yacimiento de La Maca publicado por Lapparent en 1960.

En el Museo José María Herrero, además de Aragosaurus, puede verse el holotipo (fósil que es referente de un nuevo género) de Galvesaurus/Galveosaurus herreroi. Su doble nombre se debe a que fue publicado en dos estudios paralelos.

Este otro es un dinosaurio controvertido, según los expertos, porque harían falta más huesos para poder terminar de clasificarlo correctamente. Es un saurópodo, cuadrúpedo de cuelo y colla largos, que en vida habría medido unos 15 metros de longitud y pesado unas 10 toneladas. Vivió en el Jurásico Tardío, hace entre 154 y 145 millones de años.

Este dinosaurio es uno de los cuatro nuevos géneros de saurópodos que se han definido en la provincia, es decir, que nunca antes de habían encontrado en ninguna parte del mundo. Además de Aragosaurus, que es del Tránsito Jurásico-Cretácico, entre hace 152-144 millones de años, está Turiasaurus riodevensis, descubierto en Riodeva y que es del Jurásico Tardío, un coloso de entre 25 y 30 metros de longitud y unas 40 toneladas de peso; y Tastavinsaurus sanzi, hallado en Peñarroya de Tastavins, de 17 metros de longitud y del Cretácico Temprano, entre hace 129 y 125 millones de años.

Junto a Aragosaurus y Galvesaurus/Galveosaurus, que fue definido en 2005 aunque sus restos se habían encontrado mucho tiempo antes, el Museo José María Herrero de Galve exhibe también los fósiles originales (holotipos) de otros dos dinosaurios del municipio que son géneros nuevos, si bien no se trata de saurópodos: son los ornitópodos Delapparentia turolensis, definido en 2011, y Gideonmantellia amosanjuanae, descrito en 2012, pero esa es otra historia del apasionante mundo de la dinosauriología turolense.

Diversidad

Dos de los nuevos géneros de dinosaurio que ha dado Galve a la dinosauriología mundial son saurópodos, que se caracterizan por su tamaño gigantesco, ser cuadrúpedos con patas como si fueran columnas y tener una cola y un cuello muy largos, y con una cabeza muy pequeña en proporción con el resto de su cuerpo. El más conocido es Aragosaurus por haber iniciado una estirpe y ser el primer nuevo género de dinosaurio definido en España. El otro es Galvesaurus/Galveosaurus herreroi, cuya especie está dedicada a José María Herrero por ser quien descubrió los huesos en el yacimiento de Cuesta Lonsal. Sus fósiles son otro de los atractivos del Museo Paleontológico de Galve, donde se exhibe además una reconstrucción de cómo sería este animal en vida.
 

Reconstrucción en vida de ‘Galvesaurus/Galveosaurus’ en el Museo de Galve

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