Fiscalía y acusación particular mantienen la petición de 5 años de cárcel por un apuñalamiento en La Zona de Teruel
La defensa presenta a última hora una pericial en la que se alega que el acusado había actuado así por situación de "miedo insuperable"La Fiscalía y la acusación particular mantuvieron este miércoles su petición inicial de 5 años de prisión para un joven que apuñaló a otro en la Zona tras haber mantenido un altercado momentos antes. El juicio se reanudó en la Audiencia Provincial después de que a finales de mayo se suspendiera al no comparecer uno de los testigos que la defensa consideraba fundamental, que declaró ayer por videoconferencia desde Colombia. El letrado de la defensa aprovechó para introducir in extremis una nueva pericial, a la que no se opusieron las otras partes, en la que alegó que el acusado había actuado así al encontrarse en una situación de “miedo insuperable” para defenderse.
El caso quedó visto para sentencia después de que declarara el testigo que faltaba, se informase de la prueba pericial incorporada a última hora, y las partes expusiesen sus conclusiones finales, que elevaron a definitivas sin modificar ni el tipo penal por el que acusan al joven ni las penas solicitadas.
El ministerio público mantuvo su petición de 5 años de prisión para J. A. M. P. por un presunto delito de homicidio en grado de tentativa, así como el pago de una indemnización para la víctima de 6.000 euros, que el encausado depositó previamente en la caja de la Audiencia para restituir el daño. En su escrito plantea también la sustitución de la pena por la expulsión del país durante un tiempo de 10 años, ya que no tiene regularizada su situación en España. El acusado se encuentra actualmente en prisión provisional.
Acusación particular
La acusación particular, en representación de la víctima, solicitó también por un delito de homicidio en grado de tentativa una pena de 5 años de prisión menos un día. En cuanto a la indemnización, la elevó a 7.832 euros, además de los 2.827,37 euros por los gastos ocasionados en el Servicio Aragonés de la Salud y que también pide la Fiscalía. El letrado de la acusación se interesó igualmente por el máximo cumplimiento de la prisión hasta los dos tercios y la sustitución del resto por la expulsión del país.
El abogado de la defensa pidió la libre absolución frente al presunto delito de homicidio en grado de tentativa que se imputa a su representado, por entender que había actuado en legítima defensa. De forma alternativa, pidió al tribunal que si no lo estimaba así, lo condena fuese por lesiones teniendo en cuenta la concurrencia de tres atenuantes que le reducirían sustancialmente la pena privativa de libertad: la de confesión, la de reparación del daño al haber ingresado ya la indemnización, y el miedo insuperable u obcecación.
Los hechos juzgados ocurrieron a principios de diciembre del año pasado en la Zona, cuando tras mantener un primer altercado con otro joven volvieron a encontrarse y el encausado lo apuñaló e intentó hacerlo una segunda vez antes de darse a la fuga.
Ocurrió de madrugada en la calle Abadía cuando el coche en el que iba de copiloto, y en el que viajaban en la parte de atrás su madre y otra persona, golpeó con el espejo retrovisor a otro joven que estaba en la calzada en la parte donde se estrecha. A raíz de eso bajaron del vehículo y se entabló un altercado, sobre cuyos pormenores dan distintas versiones las partes implicadas.
El incidente
Tras el incidente, la madre y el acompañante se marcharon a pie, y el encausado montó en el coche con el conductor y se fueron por otro sitio. Al rato regresaron al lugar, en dirección contraria por la calle Abadía, sentido la Ronda, y detuvieron el coche a la altura del salón de juegos.
Al pasar a su lado el joven con el que previamente había mantenido el altercado, el encausado le clavó un arma blanca en el pecho, que asegura que era un destornillador que estaba en el vehículo y que cogió para defenderse. En cambio, el informe forense sostiene que era un cuchillo, puñal o navaja por el tipo de lesión que dejó. El arma la arrojaron después y no ha aparecido.
Según la víctima, al pasar al lado del coche, el agresor le apuñaló una primera vez desde dentro del vehículo a través de la ventanilla y lo intentó una segunda, pero lo esquivó, y se dieron a la fuga. El acusado sostiene en cambio que el otro se acercó a pegarle y que para defenderse cogió lo primero que encontró en el coche para defenderse, pero sin ánimo de matar, para zafarse de la agresión.
El conductor no pudo declarar en su día, al vivir ahora en Colombia, y se suspendió el juicio hasta ayer para tomarle la testifical por videoconferencia. Dijo que volvieron al lugar porque buscaban a la madre del encausado, que tenían “miedo”, que fue todo muy confuso y que el destornillador lo llevaba siempre en el coche, sin explicar para qué.
Nueva prueba pericial
La defensa aprovechó la reanudación del juicio para presentar una nueva prueba pericial con un perito que argumentó que por el tipo de herida el acusado no actuó con el ánimo de matar, sino de forma disuasoria y en una situación de “miedo insuperable”.
El ministerio público mantuvo su solicitud de pena inicial y argumentó que existía “dolo homicida” porque dirigió su agresión a órganos vitales, en modo eventual, es decir, que podría haberse representado en el mismo el resultado letal. Rechazó la legítima defensa, aunque reconoció la atenuante de confesión y la de reparación del daño causado.
El abogado de la acusación en representación de la víctima mantuvo los mismos argumentos, rechazó que hubiese existido “miedo insuperable”, y consideró que el resultado no fue fatal “por centímetros”. El abogado de la defensa insistió en que había sido un “golpe disuasorio” sin ánimo de matar por el miedo que tenía y para defenderse.