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Fernando Galve, presidente de la Ruta del Tambor y Bombo: “Romper la Hora siempre es brutal, pero coge auge el cese de redobles que la gente vive intensamente” Fernando Galve, presidente de la Ruta del Tambor y Bombo: “Romper la Hora siempre es brutal, pero coge auge el cese de redobles que la gente vive intensamente”
Fernando Galve, presidente de la Ruta del Tambor y Bombo. M. N.

Fernando Galve, presidente de la Ruta del Tambor y Bombo: “Romper la Hora siempre es brutal, pero coge auge el cese de redobles que la gente vive intensamente”

La asociación se estrena como miembro del proyecto Aragón con Alma, de turismo religioso, por su ejemplo de preservación de tradiciones ancestrales
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El presidente de la Ruta del Tambor y Bombo, Fernando Galve, invita a participar en los actos más multitudinarios de los nueve pueblos, pero también en los más auténticos que, como el cese de redobles, que ponen la piel de gallina. La asociación sigue volcada en preservar la tradición, heredada de padres a hijos desde tiempos inmemoriales.

-¿Qué objetivo se marca la Ruta del Tambor y Bombo 55 años después?

-Seguir en la labor de difusión y de dar valor a nuestra tradición para que la gente la conozca lo máximo posible. Somos Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, y Fiesta de Interés Turístico Internacional, y estos reconocimientos nos obligan a seguir cuidando y mimando la tradición para seguir en cotas altas de prestigio.

-¿Tienen algún proyecto nuevo como consorcio?

-Seguimos ampliando la exposición itinerante de la Ruta que circula por los nueve pueblos para darla a conocer de forma sencilla y amable. Se puede llevar a Fitur o donde sea, es como una maleta gigante. Y hace pocos días presentamos, junto con el Gobierno de Aragón, la iniciativa Aragón con Alma para posicionar a la comunidad autónoma como un destino espiritual de referencia. Entre otras manifestaciones como el Pilar, la Ruta Mariana a la que quiere pertenecer Calanda con su milagro o la Semana Santa de Zaragoza, está la Ruta del Tambor y Bombo. Según los datos que se ofrecieron en la presentación, genera 10 millones de euros de impacto económico global cada año. Como no podía ser de otra forma, en el acto estuvo la Cuadrilla de la Ruta con sus tambores y bombos.

-Año tras año, los alojamientos estarán a rebosar en el Bajo Aragón. Sin embargo, la Ruta está constantemente de promoción en cualquier acto que la demande para que la conozca cada vez más gente.

-Siempre es importante seguir promocionando y dar a conocer nuestra forma de vivir y sentir la Semana Santa, que además es abierta a todo el mundo porque solamente hace falta colgarse un tambor y vestirse una túnica para participar en el ritual con nosotros. Tocamos el tambor sin artificio porque lo hemos hecho así siempre. Así nos lo han transmitido nuestros padres y abuelos, y tenemos el deber de transmitírselo a nuestros hijos para conectar la tradición con el futuro.

-¿Cómo marcha el Museo de la Ruta?

-Tenemos un guía magnífico que es Alfredo Martínez Tirao, que previa llamada (600 247 281) lo enseña junto a otros elementos patrimoniales del Bajo Martín (recientemente ha incorporado la Sinagoga de Híjar). Es un espacio didáctico que brinda la oportunidad de vibrar y emocionarse con el resonar de los tambores y bombos de los nueve pueblos de La Ruta durante todo el año. El visitante puede contemplar, escuchar, tocar y sentir nuestra tradición. Además, muchos municipios también tienen sus museos y centros de interpretación de la Semana Santa, en los que guardan sus peanas y hacen referencia a la Ruta. Es muy difícil desestacionar la Semana Santa, pero con esto lo intentamos.

-¿Tal vez sería posible ligando la tradición a la figura de Luis Buñuel, de cuyo nacimiento se cumplen 125 años este 2025?

-Sin duda, Buñuel es nuestro mejor embajador. Gracias a sus películas, el sonido de nuestros tambores y bombos se ha conocido en todo el mundo. Este año la Ruta y Calanda tienen un especial significado debido a la efeméride. En las Jornadas de Convivencia, a propuesta del Ayuntamiento de Calanda, entregamos el Tambor Noble a título póstumo al genial cineasta. No podía ser de otra manera, es una cifra redonda y le debemos buena parte de nuestro prestigio. Solo hay que ver cómo se pone la plaza de España de Calanda cada Viernes Santo a mediodía. Este año romperá la Hora Diego Buñuel, nieto suyo y también cineasta, por lo que se cierra el círculo y será impresionante.

-El año pasado, en las Jornadas Nacionales de Andorra, cambió la junta del Consorcio Nacional de los Pueblos del Tambor y el Bombo ¿Qué nuevos aires está trayendo?

-Se están dando pasos importantes. Paco Pastor, presidente, ya fue secretario con el mítico Antonio Mesa, por lo que sabe perfectamente qué teclas tiene que tocar. Se ha redactado un reglamento de régimen interno con una serie de normas para procesos electorales porque se quedaban cojas, se ha lanzado un nuevo logotipo y las Jornadas Nacionales de Exaltación del Tambor y el Bombo pasan a llamarse Tamborada Nacional, lo que les dará más repercusión. Se están renovando redes sociales, página web y se han revisado las cuotas de todos los ayuntamientos asociados. En definitiva, y puede estar mal decirlo, el Consorcio quiere funcionar como la Ruta del Tambor y Bombo, que por cierto ostenta la vicepresidencia nacional por representar a 9 de los 22 municipios. Se ha decidido aportar fondos a la localidad que organiza las jornadas, especialmente a las más pequeñas.

-Cuestiones administrativas y de forma al margen, lo más importante sigue siendo el sentimiento tamborilero que reúne a pueblos tan distintos y tan lejanos entre sí.

-Eso está claro y sigue al pie del cañón. Esos 22 municipios pertenecen a cinco comunidades autónomas y siete provincias y, aún así, el sentimiento de unión es importante. Como en la Ruta, el hermanamiento es total y juntos formamos una marca muy potente. En Moratalla podría haber unas 600 o 700 personas este año procedentes del Bajo Aragón, desplazadas en autobuses, coches particulares y muchas autocaravanas.

-A partir de 2026, la Tamborada Nacional va a tener mucho peso en el Bajo Aragón.

-La Puebla de Híjar la va a organizar en 2026, en 2027 Albalate del Arzobispo, en 2028 Hellín (Albacete), en 2029 Valderrobres, en 2030 Baena (Córdoba), en 2031 Samper de Calanda, en 2032 Híjar y en 2033 Mula, para conmemorar el 40 aniversario en el mismo lugar donde todo comenzó. Hasta ahora, en nuestra zona siempre habían organizado pueblos más grandes, pero ahora se nos han lanzado La Puebla y Samper y hay que apoyarles. La Puebla ha presentado ya la imagen y está trabajando muy bien. La Ruta va a acompañarle y estoy convencido de que van a ser un éxito. Hay que agradecer especialmente el apoyo, cada vez que se organizan jornadas en la zona, a comarcas, ayuntamientos, Diputación de Teruel y Caja Rural.

-A título personal lleva ya seis años como presidente. ¿Cómo vive la Semana Santa desde esta perspectiva institucional un acérrimo tamborilero como usted?

-Ya me he sometido a una reelección. Entré en 2019 y en 2020 y 2021 me tocó suspender todos los actos por la pandemia. En 2022 disfrutamos de las Jornadas de Convivencia en Alcañiz, en 2023 en Albalate, en 2024 en Urrea y este 2025 en Calanda con homenaje a Buñuel. Tengo que decir que, hasta que no fui presidente, nunca había visto una procesión en Alcañiz, ni la Pasión de Alcorisa, ni Romper la Hora en ningún pueblo que no fuera Andorra. En 2022, por primera vez no rompí la Hora en Andorra porque fui a La Puebla, donde el ayuntamiento nos dio el Tambor de Honor. Me ha abierto mucho los ojos esta circunstancia. La peculiaridad que tenemos en la Ruta es que los tamborileros nos centramos tanto en la Semana Santa de nuestro pueblo que no salimos a otras localidades. Hablamos de homogeneidad por los terceroles, hábitos, nombre de las procesiones, igualdad de pasos, horarios, calvarios y mil cosas. Pero luego cada pueblo tiene una pequeña cosa que lo hace absolutamente diferente a los demás y que merece la pena conocer. Algo que está cogiendo mucho auge en la Semana Santa de la Ruta son los ceses de redobles. La gente lo vive intensamente porque se acaba. Romper la Hora siempre es brutal, pero el cese tiene un punto especial, más íntimo, que lo hace increíble.

 

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