Elisa Gómez, artista conocida como Nylon Silvestre: "El mural de Muniesa era un reto porque nunca había pintado nada tan grande ni tal alto"
La joven ha terminado un trabajo de decoración de una pared de 250 metros cuadradosA sus 37 años, Elisa Gómez, conocida como Nylon Silvestre, acaba de pintar un mural de 250 metros cuadrados en la Plaza de las Cuatro Esquinas, en Muniesa. Elisa Gómez estudió Arte en la Escuela de Arte de Teruel y después Bellas Artes en Bilbao para terminar su formación en Estrasburgo, en Francia. Trabaja en el mundo forestal combinándolo con su trabajo artístico. Asegura que la vigilancia de incendios le “ancla a la tierra” y apuesta por mantener esa combinación.
-¿Cómo surge la oportunidad de pintar el mural de la Plaza de las Cuatro Esquinas, en Muniesa?
-Fue a través de la Comarca, con la que ya había hecho varios trabajos de ilustración para ellos. Me conocían de eso y decidieron contar conmigo para el proyecto de pintar un mural en esa pared tan grande. Me lo propusieron desde el Ayuntamiento y decidí aceptar.
-Un pintor se enfrenta constantemente al reto del lienzo en blanco pero ¿qué sintió al ponerse delante de un paño de 25 metros de largo y 10 de alto?
-Me planté con un poco de miedo y con muchas ganas. Para mí era todo un reto porque nunca había pintado nada tan grande ni tan alto. Pero tenía muchas ganas así que acepté encantada.
-¿Cómo eligió los temas y cómo definió su distribución en la pared?
-El Ayuntamiento me pidió que hiciera una composición que reuniera los trabajos tradicionales de Muniesa, que eran el pastoreo, el cereal, el azafrán y la viña. Y querían una composición realista, no un collage, sino algo que tuviese un sentido espacial y que fuera como un continuo. A través de fotografías que he tomado yo y que me ha pasado mi familia, que también tiene campo, compuse la escena. Y de ahí pasó a la pared.
-Con su obra ha logrado que, lejos de que una pintura tan grande resulte avasalladora para el espectador, ésta abra la plaza con perspectivas.
-Era importante que tuviera profundidad. Por eso quise dejar el cielo y meter planos traseros para que le dieran profundidad al conjuntos. Pero también quise poner cosas en un muy primer plano para que hubiera contraste y generase esa espacialidad.
-¿Qué técnica ha empleado?
-He utilizado brocha, rodillo y pincel de todos los tamaños.
-¿Por qué apostó por estas herramientas en lugar de, por ejemplo, usar spray?
-El spray no lo domino. Nunca he trabajado con spray y me siento más cómoda con la brocha.
-A la hora de diseñar el contenido del mural, ¿cuánto le condicionó el formato de la plaza?
-Mucho, sí, porque es una pared que tiene un ángulo, una ventana y varios escalones por lo que tuve que jugar con que la composición tuviese sentido en su conjunto pero, además, que las figuras importantes no cayesen justo en una esquina. Tuve que distribuir los motivos para que fuese factible. Si hubiera un retrato en mitad de la esquina hubiera sido muy complicado y no se hubiera visto bien desde según qué perspectiva. Por eso tuve que combinar esas dos cosas: que el global tuviese sentido pero hacerlo evitando esas complicaciones. De alguna manera, eso me ayudó a estructurar las distintas escenas porque, aunque sea n continuo, sí que están diferenciadas y cada paño está ocupado por una labor diferente.
Otros formatos
-Además de como muralista, ¿trabaja otros formatos?
-Empecé haciendo ilustración allá por 2016 y a hacer serigrafías. También hago viñeta y me interesa mucho el mundo del cómic. De hecho, estoy trabajando en uno. Me gusta diversificar y probar diferentes cosas y a raíz de la pandemia empezó a crecer la demanda de murales y a base de decir que sí he acabado tirando hacia eso.
-Decía que ésta ha sido la obra de mayores dimensiones que ha pintado. ¿Qué dificultades técnicas le planteó el trabajo?
-Sobre todo, hay que tener mucha precisión a la hora de encajar las figuras pero hay técnicas para hacerlo. Calcular las proporciones a ojo es dificilísimo porque porque lo que ves a la distancia a la que pintas está completamente deformado respecto a lo que se luego desde más lejos, que es el punto de vista que se busca. Hay que usar técnicas para conseguir trasladar las imágenes de manera exacta y abstraerte cuando estás pintando y confiar en tu técnica. Porque aunque en ese momento se ve una cara deforme, luego de lejos se va a ver correctamente. Eso era un reto. También, las técnicas de pintura han sido otro porque estaba habituada a pintar en formatos más pequeños. En los difuminados y las mezclas los pintarías en papel con un trazo de movimiento de muñeca, en un mural tan grande tiene un recorrido que implica incluso movimientos de grúa. Hay que jugar para mantener cierta frescura teniendo en cuenta que el trabajo lo estás haciendo incluso en días diferentes.
-¿Qué feedback ha tenido de los vecinos?
-Me han dicho cosas muy bonitas y les estoy muy agradecida. Han estado ahí, vigilándome, durante todo el proceso y he estado muy a gusto.
-Utiliza el sobrenombre de Nylon Silvestre. ¿A qué se refiere?
-Decidí a firmar como Nylon Silvestre hace algunos años porque no me siento cómoda utilizando mi nombre real. Fue a raíz de mi trabajo personal, porque aunque me gusta considerar lo que hago como un oficio, los murales los hago por encargo y estoy al servicio de lo que a los clientes les apetezca representar, en este caso, a la gente de Muniesa. Pero mi trabajo personal es muy diferente y tiene un poco al underground. En esa época mezclaba conceptualmente la naturaleza con elementos muy artificiales que podían llegar a ser desagradables. Nylon Silvestre era la síntesis de esas dos cosas. Viene de ahí, me gustó, y me lo he quedado.
-Además, está implicada en diferentes movimientos y colabora con colectivos como Mujeres Artistas Rurales o Domestyka, ha participado en actos contra la LGTBIfobia.
-Para mi es muy importante estar alineada con estas causas. Sobre todo la defensa del territorio y la dignidad de la diversidad y también con el mundo rural y el problema de la despoblación, que me preocupa y me importa mucho. Si a través de mi trabajo puedo aportar algo, estaré encantada.
-Le preocupa la despoblación. De hecho, usted misma tuvo que abandonar su Aliaga natal
-He salido muchas veces. Ahora vivo en Escuer, en la provincia de Huesca y que es una pedanía de Biescas. He vivido en muchos sitios diferentes pero todos muy pequeños. He vivido en Bezas, en Escuer, Santa Cruz de la Serós, Aliaga, Cuevas de Almudén. No formo parte del éxodo rural porque me voy pero a otro mundo rural.