El tercer libro de El Teruel que fue revive la ciudad de "más allá de los puentes"
El volumen se presentará el día 16 en el AyuntamientoEl tercer volumen de la serie iniciada en 2013 sobre El Teruel que fue se adentra esta vez en el período comprendido entre 1968 y 1975 para mostrar, a través de casi medio centenar de imágenes de diferentes procedencias, cómo se fue gestando una ciudad cuyas gentes comenzaban a irse “más allá de los puente”, tal y como señala Antonio Castellote en un texto que, a modo de prólogo, introduce al lector en el contenido del libro.
El trabajo de recopilación de fotos y encaje cronológico de las imágenes realizado por Juan Carlos Navarro, Agustín García y Fernando Hernández alcanza en este tercer libro de la serie un alto grado de precisión en la datación de contenidos, mucho más familiares para los turolenses que los libros anteriores, más alejados en el tiempo.
En total se han colocado, debidamente referenciadas, hasta 490 fotos de distintos tamaños en las que se puede comprobar “el desarrollo de la ciudad, cómo discurría la vida social y cultural de la época”, señala Fernando Hernández, que destaca especialmente la comprobación del inicio de la “transformación urbana” y la aparición del barrio del Esanche. El tercer volumen de esta serie ha llevado más de dos años de trabajo, respaldado eso sí con la “colaboración de mucha gente que ha querido abrir sus colecciones particulares” para colaborar en la confección del libro, apunta Hernández.
Ha sido, por otra parte, todo un acierto incorporar unos textos de Antonio Castellote que, como ya hizo en el volumen 2, introduce al lector curioso en el fondo de la cuestión: cómo eran y cómo vivían los turolenses de aquellos años. Castellote ayuda mucho a contextualizar las fotos que se ofrecen. Por eso, tal vez, la difusión y venta de estos libros está funcionando tan bien. Del segundo libro hubo que lanzar una segunda edición y para el tercer volumen se ha diseñado una tirada de mil ejemplares , tal y como cuenta Fernando Hernández.
Las imágenes recopiladas entre los años 1968 y 1975 están precedidas de un amplio texto firmado por Antonio Castellote que, bajo el título Niños jugando en la obra da una visión panorámica y particular de aquella ciudad que, unos veinte años después del final de una cruenta batalla de la Guerra Civil que la destrozó, inició un camino de modernización, que se desarrolló urbanísticamente y que ha dejado en la memoria de quienes la vivieron una paisaje lleno de nombres evocadores. Lugares, rincones, parajes y costumbres sociales se suceden sin solución de continuidad para gozo de todos aquellos que pudieron experimentar en carne propia aquel Teruel. Castellote explica en su texto, entre otras consideraciones, que aquella ciudad de 1968-1975 estaba llena de niños “sonrientes, sin las privaciones que pasaron sus padres ni el temor de sus hermanos mayores. Ese Teruel tenía dos colegios en los extremos urbanos, La Salle y Las Viñas, que “acogían muchachos de los barrios y de los pueblos de la provincia, muchos en régimen de internado”. Sobre algunas de las gentes de las fotos, Castellote también ve “el miedo y la soberbia, el triunfo y servilismo” propios del “canto del cisne del franquismo”.