El Rey Don Jaime es recibido en Teruel entre vítores y los habitadores de la villa le rinden vasallaje

El viaje en el tiempo que con motivo de Las Bodas de Isabel de Segura hace la ciudad de Teruel permitió la noche del viernes conocer cómo era la vida del siglo XIII en esta villa con una intensa tarde en la que las representaciones teatrales animaron las principales plazas  y donde la alegría de la celebración se sintió en cada rincón con los desfiles y una visita real muy especial.

La llegada del Rey Jaime I, el rey niño que este año es interpretado por el jovencísimo Diego Miedes, despertó el interés de turolenses y visitantes. Montado a caballo, la comitiva real partió sobre las 20.00 horas desde el campamento militar recreacionista situado en el Parque de los Fueros y recorrió las calles José Torán, Viaducto Viejo, plaza y calle San Juan hasta llegar a la plaza del Torico.

Al encuentro de Don Jaime acudieron los grupos de la Federación de las Bodas de Isabel de Segura, en el Desfile de los Habitadores de la Villa y realizaron el vasallaje y sus ofrendas ante el monarca en la plaza del Torico.

Un tercio

Alrededor de un tercio de los grupos de la Federación, un total de 62, participaron en este desfile que salió de la zona de la Ronda, el Tozal y la plaza del Mercado. Se trata de una excelente oportunidad de conocer los oficios, órdenes religiosas y militares, el Concejo, los barrios y parroquias, así como las familias y las gentes que vivían en el Teruel del Medievo.

En esta ocasión, en representación de los oficios estuvieron presentes los aguadores, argentariis et aurifabris, barberos, baxadores-tundidores, carniceros de la villa, cofradía de los santos médicos, la casa de oficios, esquiladores, exeas, ganaderos, horneros-panaderos, la taberna vieja, el mesón de Pedro Lamata, pastores, pelaires, pintores, el estudio de la villa, tejedores, tenderos, vinateros, volateros y yugueros.

 

Los almogávares, la orden de San Salvador y los Trebuchetarius mostraron el lado más guerrero de la vida en esta época. También se pudo conocer cómo eran la Iglesia con los monjes mártires y el Hospital de San Juan. Entre los barrios y parroquias estuvieron presentes el barrio de la Judería, la calle de Los Ricos Hombres y las parroquias de San Martín y San Pedro. El pueblo llano, las gens, participó en el desfile con la Datura Stramonium, El Común y Peregrini.

Las familias de la villa que acudieron a prestar sus respetos a Don Jaime fueron Beni-Racín, los López de Varea, los Oteyza y  los Segura.

El Concejo asistió a este acto con los alcaldes, los amigos del Sayón, caballeros de la Sierra, cabrerizos, cerrajeros, guaytas, jurados, la Esculca, procuradores y recaudadores.

Los grupos viven este acto como uno de los momentos centrales de la fiesta ya que es la oportunidad de visibilizar su labor de estudio de la sociedad de la época que se plasma por las calles de la ciudad.

Los almogávares eran los encargados de abrir el Desfile de los habitantes de la villa, algo que para los integrantes de este grupo era “especial”, según relataba Olga López, una de ellas que explicó que habían incorporado tambores para simbolizar “la fuerza de la batalla”. “Es importante colaborar en este acto”, añadía la almogávar.

Participación

La participación en este acto es un momento de encuentro entre los miembros de los grupos. En El Común van viendo edición tras edición cómo crecido sus hijos a los que han querido transmitir esta fiesta desde bien pequeños. “Llevamos con jaima desde 2006, algunos somos de Teruel pero no vivimos aquí y volvemos cada año para disfrutar Las Bodas de Isabel”, comentó Mercedes Díaz, una de las componentes de El Común que aseguró que “es emocionante “ participar en esta comitiva que sigue tanta gente.

La Orden del Salvador de Monreal es uno de los grupos más veteranos y en cuanto les dijeron que si este año formarían parte del desfile tuvieron claro que lo harían. “Llevábamos varios años sin participar y enseguida dijimos que sí porque hay que colaborar con estos actos, además somos el grupo más numeroso con casi un centenar de miembros”, explicaron Juanma y Gabriel.

Además, a lo largo de todo el fin de semana estos y otros grupos organizan diferentes actos que contribuyen a esa recreación. Así, en la mañana de ayer se pudo disfrutar de un taller de caracterización en el Hospital de Leprosos, en la plaza San Juan; ver los utensilios de los barberos en la ronda Ambeles o una exposición de calderos de la mano de los Caldereros, en la plaza del Obispado.

Por la noche, sobre las 21.30 horas, una de las citas más tradicionales fue el Capítulo de la Orden del Temple, organizado por la Encomienda Templaria y Hospitalaria, en la plaza de la Catedral.

Las propuestas continuarán hoy con degustaciones, exhibiciones o juegos tradicionales en las jaimas de los diferentes grupos.

Vítores para el Rey Jaime

El Rey Don Jaime llegó a la plaza del Torico a lomos de su caballo acompañado de su séquito y recibió el cariño de todo Teruel con vítores de: ¡Viva el Rey de Aragón!

Acompañado por el Tenente, Doña Elfa y el Obispo de Albarracín recibió los respetos de los militares, gremios, familias y parroquias de la villa.

El Rey Jaime no quiso el discurso que le habían preparado y él mismo expresó lo orgulloso que se sentía de estar en Teruel y animó a todos los caballeros a estar con él.

Las escenas del programa de Las Bodas de Isabel continuaron por la tarde con pequeñas píldoras teatrales con un toque cómico que de nuevo muestran la vida en el Medievo como Doncellas y Donceles, Los siete pecados capitales, Disputa de dueñas: Sigena versus Burbáguena o Tumulto en las casicas del burdel, que se realizaron a lo largo de la tarde en la plaza de la Catedral.

La ambientación se complementa también con los puestos del mercado medieval y las danzas. La actividad llega, además, a la zona de la Escalinata, pensada especialmente para los más pequeños como una zona más tranquila y al parque de Los Fueros, donde están instalados los grupos recreacionistas que visitan la ciudad.