El paso por Teruel del corredor Cantábrico-Mediterráneo afronta un otoño muy caliente
El empujón y la apuesta que hace ahora Valencia por esta infraestructura la situarán en el centro de la acción política y social tras el paréntesis vacacionalAl ferrocarril turolense le aguarda un otoño caliente después de que en la pasada primavera la Comisión Europea lo excluyera del Reglamento CEF para el próximo periodo 2021-2027, que es el que rige la financiación comunitaria a las principales redes de comunicación transeuropeas. La movilización de la Comunidad Valenciana y el cambio de ministro en la cartera de Fomento, que es valenciano, pueden ser clave para que esta infraestructura vuelva a entrar dentro de la planificación de Bruselas, de donde nunca debería haber salido. La sociedad civil ya prepara una gran manifestación para comienzos del otoño, y esta vez la protesta se hará en Valencia, donde el sector empresarial está volcado por completo con esta reivindicación, empezando por la Autoridad Portuaria de Valencia y algunas de las grandes empresas de Sagunto.
Teruel se juega el futuro del tren en los próximos meses, pero Valencia se juega mucho más después de que en el Reglamento CEF para el periodo 2021-2027 haya quedado excluido tanto del corredor ferroviario Cantábrico-Mediterráneo como de su conexión con el corredor Atlántico, fundamentales para potenciar sus puertos y favorecer el desarrollo económico de esa Comunidad Autónoma.
La reacción durante el último mes a la exclusión del tramo Zaragoza-Teruel-Sagunto del corredor Cantábrico-Mediterráneo ha sido rotunda, cuando el tramo que va de la Y Vasca a Zaragoza se mantiene en el Reglamento CEF para después conectar desde la capital aragonesa con Tarragona.
La batuta en esta ocasión la lleva además la Comunidad Valenciana a través del movimiento vecinal, que fue quien lanzó la convocatoria de una gran movilización ciudadana en la capital del Turia que se empezará a pergeñar a finales de este mes, y que está previsto que tenga lugar entre la última quincena de septiembre y la primera de octubre.
Valencia no quiere perder la oportunidad para el desarrollo que supone el ferrocarril, y es la que más fuerza tiene ahora para evitar que de rebote Teruel se quede también fuera del corredor ferroviario Cantábrico-Mediterráneo, un eje de alta capacidad que se incluyó a mediados de la década pasada en los planes ministeriales de Fomento como una infraestructura de carácter estatal que rompía la distribución radial de las redes ferroviarias, pero que se planteó para compensar a la provincia turolense de su exclusión del AVE Madrid-Cuenca-Valencia.
Mientras el corredor Cantábrico-Mediterráneo sigue sirviendo a los partidos políticos que han gobernado en España para continuar lanzándose los trastos a la cabeza, por primera vez la sociedad civil y el mundo empresarial se han movilizado al unísono para luchar, codo con codo, por esta infraestructura.
Su exclusión de las redes transeuropeas del mecanismo de financiación de la Unión Europea cogió por sorpresa tanto en Teruel como en Valencia, si bien fue en la provincia levantina donde levantaron con más fuerza la voz al principio.
Sin primeras reacciones
El Ministerio de Fomento dio a conocer el pasado 6 de junio la propuesta de revisión del Mecanismo Conectar Europa (CEF) donde se recogían los corredores incluidos en el reglamento comunitario. A pesar de ser excluido el Cantábrico-Mediterráneo a su paso por Teruel en el tramo que va de Zaragoza a Sagunto, Fomento aseguró entonces que Bruselas había aceptado la propuesta hecha por España. El anuncio se produjo en pleno cambio de gobierno a raíz de la moción de censura de Pedro Sánchez a Mariano Rajoy, y pasaron dos semanas hasta que se produjeron las primeras reacciones.
Fueron prácticamente a la par tanto en Teruel como en Valencia, aunque fue la reacción del presidente de la Autoridad Portuaria de Valencia (APV), Aurelio Martínez, la que más eco tuvo y la que desencadenó una reacción en cadena que llevó a los gobiernos autonómicos de Aragón y Valencia, así como al central, a comprometerse a trabajar para que Bruselas reconsidere la propuesta que ha hecho e incluya también el corredor Cantábrico-Mediterráneo a su paso por Teruel en el Reglamento CEF.
Más que incluirlo consistiría en no sacarlo de donde ya estaba, puesto que obras como las que se están haciendo en estos momentos en la línea, algunas de las cuales son en realidad de mantenimiento, están cofinanciadas por el Mecanismo Conectar Europa y podrán seguir estándolo hasta dentro de dos años y medio por lo menos. A partir de 2021, todo dependerá de que la Comisión Europea reconsidere su postura y este corredor por Teruel pueda seguir formando parte de ese mecanismo financiero. De momento, la comisaria de Transporte de la UE, Violeta Bulc, se ha comprometido a estudiarlo a petición del nuevo ministro de Fomento, el valenciano José Luis Ábalos.
La reacción a la exclusión de esta parte del corredor de las redes transeuropeas partió, no obstante, de la sociedad civil y empresarial. Lo hizo a la par, tímidamente en la Plataforma en Defensa del Ferrocarril celebrada el 21 de junio en Teruel, y con una contundencia como no se conocía hasta entonces por parte de la Autoridad Portuaria de Valencia (APV) ese mismo día.
Tras la celebración del consejo de administración de la APV el 21 de julio, su presidente, Aurelio Martínez, denunció la exclusión de Valencia de las redes transeuropeas de mercancías por ferrocarril en la programación europea, que calificó de “insulto a la inteligencia” y que desencadenó una serie de reacciones políticas.
Tanto el presidente valenciano como el aragonés, Ximo Puig y Javier Lambán, se pronunciaron de forma inequívoca por el Cantábrico-Mediterráneo por Teruel e incluso escenificaron su indignación en una reunión celebrada en la capital turolense en plenas fiestas, aunque sin contar con la sociedad civil.
Posteriormente, el nuevo ministro de Fomento también fue contundente a la hora de pronunciarse a favor de esta infraestructura y pedir a Europa que reconsiderase su decisión de excluir a Teruel y Valencia de las redes transeuropeas.
Pero a diferencia de otras ocasiones, la voz cantante esta vez no la han llevado los políticos, sino la sociedad civil y las organizaciones empresariales y sindicales, que han impulsado varias reuniones para hacer un frente común y han sido las que han empezado a movilizar a los ciudadanos para salir nuevamente a la calle en defensa de su futuro, o lo que es lo mismo, del ferrocarril como una infraestructura ligada al desarrollo de un territorio.
Valencia empuja
En esta ocasión Teruel no está sola y la Comunidad Valenciana es la primera interesada en no quedarse atrás, puesto que tal como lo ha planificado la Comisión Europea, el Levante se ha quedado fuera por ahora del desarrollo que puede suponer esta infraestructura, puesto que el Reglamento CEF no contempla la conexión de Valencia ni con el corredor Cantábrico-Mediterráneo ni con el Atlántico. Eso supone un varapalo muy grande para el desarrollo de los puertos valencianos y por tanto un revés para el desarrollo empresarial de la zona.
De ahí que la Autoridad Portuaria de Valencia y empresas importantes como Arcelor, Gonvarri y Fertiberia se hayan sumado al lobby creado a finales del mes pasado en Sagunto con los agentes sociales para reivindicar esta infraestructura, y que se hayan incrementado las sinergias con la sociedad civil a través de las asociaciones de vecinos, que son las que están impulsando nuevas movilizaciones para reivindicar el ferrocarril.
Un hecho sintomático de cómo el sector empresarial ha encontrado en la sociedad civil y el movimiento ciudadano un aliado frente a las instituciones políticas, es que el presidente de la APV anunciara públicamente la intención de estudiar la creación de un puerto seco en Teruel tras la reunión que mantuvo con las federaciones de vecinos de Aragón y de la Comunidad Valenciana, en lugar de hacerlo con algún representante institucional como suele ser habitual con este tipo de anuncios.
Sociedad civil
Días después, el consejero de Presidencia del Gobierno de Aragón viajó a Valencia para entrevistarse con el presidente de la APV y conocer sus intenciones de crear un puerto seco en Teruel, pero fueron en cambio los vecinos los primeros en conocerlo.
Eso indica que algo está cambiando y que más allá de la interlocución con la clase política y de asistir al cruce de acusaciones entre el PP y el PSOE sobre lo que han hecho o dejado de hacer por el ferrocarril, la sociedad civil se está moviendo ya a otro nivel y va a ser la que prepare un otoño caliente con este asunto, a las puertas además de las elecciones municipales, autonómicas y europeas que hay previstas celebrar el próximo año, y con el patio político estatal muy revuelto.
Una línea gafada
La línea ferroviaria de Teruel, al margen del abandono histórico que ha sufrido desde los años 80, parece gafada. Desde el sector ferroviario se bromea incluso al afirmar que “Adif tiene mala suerte”, porque en la línea están pasando las cosas más inauditas que puedan imaginarse, pese al afán del administrador ferroviario de transmitir una idea de normalidad.
Los continuos problemas estallan cada dos por tres y tienen más eco que las actuaciones que se están haciendo en la línea, que de momento están paliando la falta de mantenimiento. Trenes de viajeros que se quedan sin combustible, averías que dejan convoyes varados en medio de la nada y que cortan la circulación, o lo más sorprendente sucedido días atrás, vagones con ruedas cuadradas que fueron machacando la vía a su paso hasta que fueron apartados en Teruel. Ver para creer.