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El Observatorio de Javalambre lleva ya catalogados 10 millones de objetos celestes con su cartografiado
En 2018 se hará ciencia con el T250 y se instalará la cámara JPCam de 1.200 millones de píxelesEl Observatorio Astrofísico de Javalambre (OAJ) lleva ya catalogados 10 millones de objetos celestes con el telescopio T80, el de menores dimensiones del Pico del Buitre y con el que se trabaja en el proyecto científico J-PLUS. Es el primer cartografiado que está realizando el Centro de Estudios de Física del Cosmos de Aragón (Cefca).
El director del Cefca, Javier Cenarro, ha destacado la calidad de los datos que se han empezado a ofrecer a la comunidad científica desde último trimestre del año pasado, y ha asegurado que 2018 será el año del telescopio de dos metros y medio de diámetro, el T250, con el que se va a empezar a hacer ciencia de manera inminente y que a final del ejercicio se prevé que tenga acoplada ya la cámara JPCam de 1.200 millones de píxeles, especialmente diseñada para este instrumento de observación astrofísica.
Cenarro ha hecho una valoración “muy positiva” de lo que ha sido el año 2017 para la actividad científica del Cefca, después de que en otoño se dieran a conocer los primeros datos científicos completamente calibrados de los cartografiados que se están haciendo desde el Pico del Buitre, y que han puesto de manifiesto la calidad tanto de los equipos de observación y de todo el instrumental como del trabajo de preparación de los mismos.
Los resultados de toda esa información comenzarán a dar sus frutos durante el primer semestre de este año con la publicación de artículos científicos basados en esos datos, después de que en septiembre pasado el Cefca hiciera una primera difusión de los mismos de forma abierta a toda la comunidad científica.
Ahora el instituto astrofísico prepara una nueva presentación después de que a finales de 2017 llevase cartografiados más de 1.000 grados cuadrados del cielo con el T80, lo que equivale a unos 10 millones de objetos celestes catalogados con calidad y perfectamente calibrados, según ha explicado el director del Cefca.
Parte de esa información se liberará a la comunidad científica en próximas fechas a través de una presentación que abarcará unos 500 grados cuadrados, lo que supone ya un gran campo, después de que la que se hizo a comienzos del otoño a modo de primera presentación abarcase solo 36 grados.
El responsable del Cefca explicó que 2018 será, además, el año en que el T250 comenzará a ofrecer datos científicos una vez que en febrero de 2017 se recibiera la primera luz con ese equipo y se haya estado trabajando durante todo este tiempo en el calibrado y preparación de la primera cámara con la que se va a trabajar.
Se trata de la Pathfinder, denominada así por ser la de primera luz, y con la que se va a hacer durante el primer semestre de este año un proyecto científico que han denominado “mini J-PAS”, al tratarse de una fase previa del cartografiado que se hará a partir de 2019 cuando esté instalada la cámara definitiva, la JPCam.
La previsión es que los seis primeros meses de este año se dediquen a trabajar en modo científico con la Pathfinder, cubriendo menos grados de lo que hará en el futuro la JPCam, pero empleando ya todos los filtros disponibles, que es una de las grandes novedades del proyecto J-PAS por la gran cantidad de información que arrojará este cartografiado.
Segundo semestre
Será ya en el segundo semestre del año cuando se acometa otro momento cumbre en la explotación científica de los equipos del OAJ, puesto que se procederá al aluminizado del espejo del T250 y a la instalación de la cámara definitiva de gran campo, la JPCam.
Cenarro aseguró que 2018 “va a ser fundamentalmente el año del dos y medio (T250), que en 2017 tuvo su primera luz y se ha trabajado mucho y muy duro en optimizar a nivel de ingeniería todos los subsistemas que conforman el telescopio”.
A este respecto recordó que primero se ha montado la Pathfinder, que es como se llama a la cámara de primera luz, “y estamos ya a punto, en cuanto podamos, de empezar a trabajar en modo científico”. Explicó que en esa primera fase pueden ocurrir cosas porque se trata de un sistema nuevo “que por mucho que hayamos hecho lo estamos probando todavía, pero ya estamos en el momento en el cual la parte de ingeniería podemos darla por suficientemente buena como para empezar a hacer ciencia”.
“El 2018 ha de ser el año en el cual hagamos la primera ciencia con el telescopio T250 con la cámara Pathfinder, y para eso, a nivel científico y en toda la colaboración J-PAS, se ha definido ya un primer proyecto que llamamos mini J-PAS, que va a pretender observar con esta cámara unos pocos grados cuadrados del cielo, pero con todos los filtros”, explicó Cenarro.
El director del Cefca dijo que de esta manera se dispondrá de un “trocito del cielo” observado completamente con todos los filtros y con calidad científica. “Esos datos servirán para mostrar a la comunidad internacional lo que va a ser J-PAS y el potencial que va a tener este cartografiado”, precisó, algo que tienen intención de realizar durante el primer semestre de este año.
Aunque será un espacio muy pequeño del cielo el que se observe de esta manera, permitirá que los miembros de la colaboración científica puedan empezar a trabajar ya con datos reales. “Con esa información se podrá comprobar y demostrar que lo que se había previsto lo podemos hacer, y en definitiva es salir de nuevo a la comunidad internacional presentando el proyecto con datos reales del T250, algo que todavía no se ha hecho y va a ser muy importante”, precisó.
De esa forma podrán aparecer los primeros resultados científicos en la segunda mitad del año, mientras que de J-PLUS se podrán ver publicados en este semestre, una de las cuales ya ha sido aceptada por una revista. “Lo que esperamos para este año es un aumento significativo de publicaciones con los datos del T80”, comentó Cenarro.
A lo largo de este año se podrá activar también la cámara diseñada específicamente para el telescopio grande y que es única en el mundo, la JPCam. “Hay pendientes una serie de trabajos que no se han podido hacer porque apenas hemos tenido inversiones, pero con la llegada de los Fite vamos a poder retomar una serie de contratos que estaban pendientes para acabar unas puestas a punto de la cámara en el laboratorio”, explicó el científico.
Instalación de JPCam
Una vez cerrado ese proceso, Cenarro comentó que esperan que en la segunda mitad de este año JPCam se pueda llevar ya al telescopio para su instalación. “Eso va a ser una parte importante del trabajo, integrar la cámara porque va a exigir desmontar una parte del telescopio”, precisó.
En concreto se quitarán los espejos y se intentará aluminizar, que consiste en una limpieza y disponer una fina capa de aluminio a través de un instrumental especial con que cuenta el centro para el aluminizado. “Así tendremos los espejos en plena eficiencia cuando instalemos JPCam”, aclaró.
Con todo esto, la previsión es que a finales de 2018 el OAJ pueda disponer del telescopio T250 con JPCam instalada y lista para hacer ciencia. “Será a finales de este año o principios ya de 2019, porque habrá que hacer también una puesta a punto como se hizo con la Pathfinder, pero va a ser un hito importante que esperamos cumplir en 2018”, comentó.
Explotación científica
Para el director del Cefca, Javier Cenarro, el año recién acabado ha sido muy importante para el centro astrofísico puesto que ha supuesto iniciar la explotación científica de las instalaciones e instrumental de observación construido en el Pico del Buitre.
“Ha sido el año en el que hemos dado a conocer los primeros datos científicos tomados íntegramente desde el Observatorio de Javalambre, que han sido analizados por el personal del Cefca y que finalmente se han hecho públicos con la calidad que se esperaba”, afirmó Cenarro.
El director del centro consideró que el hito de 2017 en el observatorio era doble porque “de alguna manera hemos completado la cadena y la hemos cerrado”.
Explicó en este sentido que el Cefca había sido un proyecto en el que desde el primer momento se definieron “muy bien todos sus pasos, y la cadena se cierra cuando los datos del observatorio se han tomado con calidad, han llegado al centro de datos, y se han calibrado con un procesado complejo que también se ha desarrollado íntegramente en el centro y que ha demostrado que funciona, que estamos preparados, y que estamos ya analizando datos y llevándolos al nivel científico”.
A este respecto, Cenarro valoró que después de varios años de preparación y planificación, se haya cerrado el proceso, al menos con el T80, entrando ya en la fase de explotación científica.