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El Museo de Teruel restaura la fachada principal de su sede El Museo de Teruel restaura la fachada principal de su sede
Joaquín Juste, flanqueado por Juan Carlos Gracia Suso y Jaime Vicente, ante los andamios instalados en el Museo

El Museo de Teruel restaura la fachada principal de su sede

Las obras están presupuestadas en 155.000 euros y tendrán una duración de tres meses y medio
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El Museo de Teruel ha comenzado la restauración de la fachada principal de su sede, el mejor edificio renacentista de la ciudad, construido en 1592 para albergar las instituciones de la Comunidad de Teruel. Se trata de una edificación que mantiene visibles un gran número de las vicisitudes vividas a lo largo de la historia y que debido al paso del tiempo, a las condiciones medioambientales y la acción humana, se han producido una serie de daños y patologías que requerían de una actuación restauradora.

Por ese motivo se ha comenzado la actuación en la fachada del edificio ubicado en la plaza de Fray Anselmo Polanco. Para ello se va a destinar una cuantía total de 155.772,08 euros, pertenecientes al Fondo de Inversiones de Teruel, y se va a desarrollar una labor restauradora durante los próximos tres meses y medio aproximadamente, sin que se vea afectada la actividad normal del Museo de Teruel salvo los eventos que tradicionalmente se realizaban desde los balcones. Una tarea que va a llevar a cabo la empresa Artyco.

Con esta actuación, "la Diputación Provincial de Teruel sigue adelante con su objetivo primordial de mejorar y conservar en las mejores condiciones posibles la sede del Museo de Teruel y también toda la colección que posee tanto en esas instalaciones como en las naves ubicadas en el Polígono de la Paz, así como en seguir trabajando y avanzando en la futura ampliación del centro expositivo de la capital", según informa la institución en una nota de prensa.

Con el objetivo de conocer en primera persona las actuaciones que se van a acometer en todo este tiempo, se han desplazado hasta las instalaciones del espacio expositivo perteneciente a la Diputación Provincial de Teruel su vicepresidente primero, Joaquín Juste, y el diputado delegado del Museo, Juan Carlos Gracia Suso. Ambos han estado acompañados por el director del centro cultural, Jaime Vicente.

Según ha relatado el diputado delegado, el objetivo primordial de esta actuación es “conseguir que la fachada luzca con todo su esplendor”. Un propósito integrado dentro del conjunto de labores que “de manera regular y constante” está llevando a cabo el Museo de Teruel con el propósito de “velar por el patrimonio de toda la provincia, en el que se encuentra sin lugar a dudas este edificio”.

Tal y como ha detallado, la intervención que se desarrollará los próximos tres meses y medio “pondrá también el foco en eliminar aquellos materiales que se utilizaban hace años y que no eran los más propicios para realizar este tipo de restauraciones”, sustituyéndolos por “otro tipo de técnicas, procedimientos y utillajes más adecuados a los cánones actuales y a la época de la que data el edificio”.

Al respecto, Jaime Vicente ha complementado que el resultado final de la actuación será disponer de una fachada “completamente saneada y restaurada” pero “manteniendo las huellas de la historia”. “No planteamos una intervención que rehaga todos los elementos que faltan, todas las estrías desgastadas y que dé como resultado una fachada recién hecha -ha agregado- sino que el propósito es dejar al descubierto la huella de la historia y que este edificio del siglo XVI, el más emblemático de tipología civil existente en nuestra ciudad, evidencie que ha tenido una serie de incidencias a lo largo de la historia pero que, a la vez, está en perfecto estado de conservación y no posee ningún elemento que provoque su degradación”.

Se trata, en resumen y según las palabras del director del Museo de Teruel, de realizar una restauración “integral” de la fachada para “atajar las causas que están provocando su deterioro y también reparar los daños provocados por el paso del tiempo y por la acción humana”. Y es, a su vez, una actuación encaminada a “integrar completamente el edificio en la visita que los turistas realizan a nuestra ciudad” ya que “con la intervención en la Catedral y el entorno de Teruel, la fachada empezaba a plantear problemas de índole estético”.

 

Labores restauradoras

La fachada principal del edificio es el elemento más destacado de dicha edificación, ya que transmitía toda la importancia y la significación de la institución a la que albergaba. Aunque el interior experimentó notables cambios a lo largo de los siglos, relacionados fundamentalmente con sus distintos usos, la fachada principal no sufrió grandes modificaciones hasta el siglo XX. Las incidencias conocidas más importantes están relacionadas con la Guerra Civil, debido a las encarnizadas batallas que tuvieron como escenario la capital turolense entre diciembre de 1937 y febrero de 1938.

La Casa de la Comunidad también se vio afectada en esos meses por el impacto de los proyectiles, siendo especialmente dañada la parte alta del edificio, concretamente la logia, la que quedó prácticamente destruida, exceptuando un tramo con dos arcos de la esquina derecha que permaneció en pie. El impacto también destruyó la parte central de la cornisa y su alero.

En ese estado permaneció la logia hasta que la Diputación Provincial compró el edificio en el año 1973, momento a partir del cual se comenzaron a hacer las gestiones necesarias para su restauración, que partiendo de un pequeño presupuesto inicial, se intervino para consolidar lo que quedaba de la logia que se hallaba en un precario estado de conservación. 

Desde el año 1978, en el que el edificio quedó liberado de los inquilinos que lo ocuparon durante un largo periodo de tiempo, se procedió a las primeras intervenciones en el edificio, primero con la restauración de la cubierta y después con las demoliciones de toda la tabiquería que se había ido levantando para compartimentar los espacios de los distintos habitantes que habían utilizado la casa. También se eliminaron los vanos de las fachadas laterales que se habían abierto profusamente. 

A partir del año 1981 se pudo comenzar plenamente a la restauración y la rehabilitación del edificio, dándose por terminada en el año 1985, iniciándose entonces los trabajos museográficos que concluyeron, con la inauguración de la nueve sede del Museo, el 2 de marzo de 1987. 

El paso del tiempo y las condiciones meteorológicas, unidas a la acción del hombre, han hecho necesario que se acometan labores de restauración, destinadas a resolver una serie de patologías que actualmente posee la fachada. Entre ellas figura la acumulación de una pátina de enmugrecimiento, especialmente en las zonas protegidas del agua de lluvia, y la formación de una "costra negra", retirada casi de forma completa en la restauración de los años 80, pero presente en algunos puntos de los frontones y cornisas.

También presenta escorrentías que han provocado grietas y falta de mortero en las juntas, así como fisuras y grietas provocadas por un cambio en la distribución de pesos tras la restauración de la logia y las fracturas y desplacaciones, algunas reparadas en los años 80 con resinas cuyo envejecimiento aconseja su sustitución por materiales más idóneos.

La fachada también está afectada por ataques biológicos de escasa importancia, pero que pueden favorecer la penetración de agua al interior.

Además, en intervenciones previas se aplicaron tratamientos y materiales inadecuados (resinas, morteros de cemento, reintegraciones de piedra, etc.).

Suciedad y oxidación de elementos metálicos en rejas y balcones y falta de protección de elementos de carpintería completan la relación de daños que presenta el exterior del Museo.

Para poner freno a esos deterioros, se van a aplicar una serie de tratamientos que consiste básicamente en el desmontaje de la cubierta existente bajo la logia y construcción de una nueva con la pendiente y saliente de alereo adecuada, la prelimpieza mediante aspiración y cepillado para eliminar polvo, tierras y restos orgánicos, la eliminación de reintegraciones inadecuadas y la limpieza selectiva, respetando la pátina original donde se conserva, mediante microproyección y uso de láser.

Además, se procederá a la retirada de restos inadecuados de enlucidos y retacados de juntas, la limpieza de restos biológicos y tratamiento con biocidas, el cosido y sellado de fragmentos pétreos de grietas y fisuras y el refuerzo de juntas con mortero de cal. También se abordará la reposición de volumen en los elementos de piedra en las zonas donde haya habido pérdida de materiales.

La limpieza y aplicación de productos de inhibición y protección de elementos metálicos en balcones y rejas, la limpieza y restauración de la puerta principal y la protección general de toda la fachada completarán la intervención.