El Milagro cumple 25 años como referente de la hostelería en Teruel

El Grupo El Milagro celebra su 25 aniversario. Aunque el establecimiento se fundó en 1978, hace 39 años, fue en 1992 cuando cuatro jóvenes de entre 25 y 29 años se hicieron cargo de su gestión y ampliaron el negocio, hasta convertirlo en un referente del sector de la hostelería y la restauración en Teruel. 

“El mayor activo de El Milagro es la calidad del servicio y del producto y así nos lo han reconocido y nos lo han hecho saber nuestros clientes a lo largo de todos estos años”, asegura Pedro Tortajada, uno de sus socios fundadores. “En este cuarto de siglo, no hay ningún turolense que no haya pasado por sus salones. Seguimos aquí, con la misma ilusión y las mismas ganas que el primer día”, precisa.

Fue el 1 de noviembre de 1992 y en plena recesión económica tras la celebración de los Juegos Olímpicos en Barcelona y de la Exposición Universal en Sevilla, cuando los cuatro socios firmaron un contrato de alquiler o traspaso. Tres de ellos trabajaban como gestores en El Milagro mientras que el cuarto, Pedro Tortajada, lo hacía en la empresa de distribución Bebinter. “La relación profesional y personal entre los cuatro era buena y el propietario de Reshtovial, que se había hecho cargo de la gestión en 1990, nos la ofreció a nosotros”, añadió. Dos año más tarde, el 22 de diciembre de 1994, decidieron comprar el negocio.

En aquellos momentos, El Milagro ya era un referente para la hostelería aragonesa puesto que contaba con una de las áreas de servicio más grandes de la región, en la que cada año paraban más de medio millón de viajeros que utilizaban la N-234, que comunica el Levante con el Norte de España. 

Reforma integral

Por eso, en 2005 y ante la inminente apertura de casi 70 kilómetros de la autovía Mudéjar entre Santa Eulalia del Campo y Sarrión, que iba a alejar el tráfico de la puerta de su establecimiento y al mismo tiempo el 90% de su clientela, decidieron acometer una ambiciosa reforma para reorientar el negocio hacia la celebración de eventos y banquetes, además de mantener el servicio de menú del día y carta. 

En ese momento llevaron a cabo una reforma integral. Las 24 habitaciones dobles con que contaba El Milagro fueron suprimidas y en su lugar se habilitaron las dependencias para los empleados, incluidas las oficinas y la lavandería, una sala de reuniones o pequeños eventos y una zona de juegos infantiles. 

Los salones, que ya habían sido reformados en 1993, volvieron a actualizarse y además se acondicionó un jardín exterior de 2.000 metros cuadrados con una sala acristalada de 300 metros cuadrados.

Tortajada explica que las tendencias en la celebración de eventos han cambiado totalmente en los últimos años. “Cuando nos hicimos cargo de El Milagro, los banquetes de boda se hacían en mesas corridas y cada uno se sentaba donde quería o podía. En algunos casos se hacía baile después, pero no había costumbre de acompañarlo de barra libre, que era considerada un lujo”, precisa.

Actualmente, explica el responsable del establecimiento, la comida ha perdido protagonismo en este tipo de celebraciones mientras que cada vez toma más importancia los aperitivos en los jardines y la decoración y ambientación de los diferentes espacios. “La gente no solo busca un menú, sino todo lo que le rodea”, argumenta.

Hace una década, la crisis afectó al establecimiento, ya que se redujeron tanto el número de bodas como el de invitados a las mismas, y además surgió la competencia de la fincas rústicas para albergar estas celebraciones. “Esto nos estimula a continuar haciendo las cosas de forma diferente para seguir siendo una referencia para cualquier tipo de evento. Nos adaptamos e incluso nos adelantamos a las necesidades y gustos de los clientes”, dijo.

Al mismo tiempo, decidieron potenciar el servicio de cáterin que venían ofreciendo desde 1992. El Milagro ha suministrado en estos años a particulares, empresas e instituciones y ha representado a Aragón en numerosos eventos, incluidas las dos últimas ediciones de la Feria Internacional de Turismo (Fitur) que se celebra en Madrid. Su buen hacer en este campo les ha llevado incluso a recibir la felicitación de la Casa Real, a cuyos miembros han servido en sus visitas a la provincia.

Grupo hotelero

En su afán por estar siempre a la vanguardia, y ante el auge del turismo, constataron la necesidad de que la ciudad de Teruel contara con nuevas plazas hoteleras. De esta manera, crearon el grupo Baco Restauración, que comenzó con el hotel Plaza Boulevard en 1997. A este se sumaría el Torico Plaza en 2002, el Camarena Plaza un año después y el Botánicos en 2015, el mismo en que pusieron en marcha el restaurante El Mercao en la plaza de Los Amantes.

Además, en 2006 entraron a formar parte del consejo de administración de Dinópolis. “Compramos acciones con la idea de ayudar a desarrollar el parque e incluso nos tuvimos que hacer cargo inicialmente del servicio de restauración porque un mes antes de su apertura no había quien lo hiciera”, explica.

Al respecto de estos movimientos, Tortajada indica: “Vimos que Teruel podía crecer gracias al turismo y nuestras inversiones fueron la punta de lanza para que otros empresarios se decidieran a emprender más negocios de hostelería y restauración. Desde nuestra posición, siempre hemos colaborado con las instituciones en el lanzamiento turístico de Teruel y estamos orgullosos de ello”.

Asimismo, han participado en varios momentos en empresas del ramo y han gestionado, entre otros, el albergue de Camarena y el restaurante de Fuente Cerrada, y han atendido la restauración en las pistas de esquí. También se han hecho cargo de fincas para eventos y fueron los primeros en servir bodas en los jardines de San Pedro.

A pesar de todos estos cambios, El Milagro no ha perdido su esencia y sigue ofreciendo desde un menú sencillo para los pasajeros de un autobús hasta el banquete más sofisticado. 

En estos 25 años, El Milagro ha dado a sus propietarios “muchísimas alegrías y palos muy gordos”, explica Tortajada. Tras la pronta salida de la empresa de uno de los cuatro socios iniciales, Pedro Tortajada, Fernando Cánovas y Juan Antonio Buendía continuaron juntos hasta que éste último falleció en 2015. Su esposa, Begoña Tortajada, ocupa ahora su puesto en la sociedad.

El fallecimiento de Buendía les hizo “replantearse” su frenética actividad empresarial. “Su muerte nos hizo repensar un poco todas las cosas. Nuestra capacidad de gestión con él era mayor e incluso anímicamente perdimos las ganas de mantener tantos proyectos en marcha”. Por eso, actualmente su gestión se centra en El Milagro, al frente del cuál se sitúa Tortajada; El Mercado, a cargo de Fernando Cánovas; y el hotel Torico Plaza, que dirige Alicia Fuertes; además del servicio de cáterin. Para atender todos estos frentes, cuentan con una plantilla de 45 personas, que se amplía tanto los fines de semana como en el periodo estival.

Agradecidos a la clientela

Además de los turolenses que han acudido a sus salones a celebrar bodas, bautizos, comuniones, cenas de empresa o cualquier otro evento, por El Milagro han pasado muchos personajes ilustres del mundo de la política, la cultura y el deporte.

Además de servir el cáterin en las visitas de los miembros de la Casa Real a la provincia, también han atendido al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, o al candidato socialista Pedro Sánchez, además de a los sucesivos presidentes del Gobierno de Aragón.

Recientemente, atendieron a Alaska o a los componentes de grupos como La Unión o El sueño de Morfeo.

Equipos de fútbol recibieron el Real Zaragoza o el Valencia CF siempre han hecho parada en El Milagro y otro de sus asiduos era Miguel Induráin en sus desplazamientos de Navarra a Alicante.

Los socios de El Milagro están agradecidos por cada uno de los clientes a los que han atendido en estos 25 años. En su opinión, El Milagro ha tratado de atender de la mejor manera posible a todos ellos y, como respuesta, consideran que su trabajo es “muy valorado” por los turolenses. Asimismo, están muy satisfechos del papel que ha jugado el conjunto de los trabajadores que han pasado por el establecimiento. “Los empleados son la columna vertebral del negocio y la base de nuestro éxito y la mayoría de ellos lleva trabajando con nosotros muchos años”, explica Tortajada. 

Además de por la fidelidad de los clientes, el trabajo de El Milagro también se ha visto reconocido por numerosas distinciones, entre las que destaca el Premio Empresa Teruel recibido en 2010. Asimismo, han recibido la ’T’ de calidad que otorga la Diputación de Teruel, menciones turísticas del Gobierno de Aragón y premios en varios concursos gastronómicos.

Tortajada sostiene que “El Milagro es un bien para Teruel” porque es capaz de dar respuesta a situaciones extremas. Así, han colaborado con Protección Civil para atender a las personas atrapadas en la autovía a causa de la nieve o al personal encargado de la extinción de incendios, han prestado menaje a asociaciones, han patrocinado equipos deportivos, e incluso han ayudado con comida a familias que sabían que tenían dificultades económicas. “Hemos procurado ser solidarios y comprensivos y eso también nos reconforta”, indica el responsable de El Milagro. 

Asimismo, el restaurante se ha volcado con la promoción de los productos de la tierra, como el Jamón de Teruel. Por ejemplo, indica Tortajada, fue el primero en realizar jornadas gastronómicas en torno al ternasco de Aragón.