Síguenos
El Maratón de Astropartículas deja su semilla entre los escolares de Teruel El Maratón de Astropartículas deja su semilla entre los escolares de Teruel
Luis del Peral, Jesús Varela, Eduardo Riaza y María Dolores Rodríguez Frías, durante la mesa redonda que se celebró en el colegio La Purísima de Teruel

El Maratón de Astropartículas deja su semilla entre los escolares de Teruel

La actividad de divulgación científica se clausuró tras tres días de actividades y talleres
banner click 236 banner 236

Una mesa redonda en la que intervinieron María Dolores Rodríguez Frías y Luis del Peral, de la Universidad de Alcalá de Henares, Jesús Varela, científico del Centro de Estudios de la Física del Cosmos de Aragón y Eduardo Riaza, director del Colegio La Purísima de Teruel, sirvió para clausurar el Maratón de Astropartículas que se ha celebrado durante esta semana en ese centro educativo turolense, además de los institutos Segundo de Chomón y Vega del Turia. 

Han sido tres días en los que, gracias a un proyecto financiado por la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología y enmarcado en la Semana de la Ciencia, varios investigadores del ámbito de la física y la astronomía, algunos de ellos turolenses, han organizado una serie de actividades y charlas, dirigidas a estudiantes de 13 a 18 años, “con el objetivo de despertar vocaciones científicas y mostrar a los niños y las niñas que la ciencia no es algo aburrido, sino una actividad necesaria y apasionante”, como explicó María Dolores Rodríguez Frías, catedrática de Física Atómica, Molecular y Nuclear de la Universidad de Alcalá y coordinadora de este Maratón de Astropartículas, que celebró sus tres primeras ediciones en Huesca, en Barco de Ávila y en Compostela, y que todavía tendría una quinta prevista, en Gandía, a expensas de lo que permita la evolución a corto plazo de la pandemia. 

Jesús Varela, investigador del Cefca y responsable de su Unidad de Procesado y Archivo de Datos, explicó que durante la ponencia que ofreció durante la mañana del viernes, titulada Hablemos de ciencia, “los chavales ya tienen ciertos conocimientos, y he aprendido algunas cosas que me han parecido interesantes. Cuando les he preguntado qué imagen les parecía que estaban dando los científicos en estos tiempo de coronavirus, que cada día parece que cambian de opinión,  me han dicho que, al final, los investigadores van cambiando sus certezas a medida que van teniendo más información. Me ha sorprendido porque es justo lo que yo pienso, y tengo la sensación de que no es lo que se transmite, tengo la sensación de que a veces se cree que la ciencia tiene que darte la respuesta definitiva enseguida”. 

Tanto Rodríguez Frías como Luis del Peral, los científicos desplazados a Teruel desde la Universidad de Alcalá, se mostraron muy satisfechos por el maratón, pese a las limitaciones de aforos que ha impuesto el Covid-19. 

“Creo que los jóvenes han mostrado mucho interés y se han llevado la idea que queríamos transmitirles”, aseguró Del Peral, “Es importante que conozcan nuestra actividad, y que los científicos no somos personas especiales, o locos que estamos encerrados en nuestro laboratorio intentando dominar el mundo, sino que somos personas corrientes como el resto”. 

Varela compartió esa visión y afirmó que hay que romper los mitos negativos sobre la ciencia, pero también las idealizaciones. “Los científicos no somos magos, sino personas que investigan y tienen que ir cambiando las afirmaciones que hacen en función de los datos y las certezas”. 

Eduardo Riaza, director del Colegio La Purísima que acogió la primera y la última de las sesiones del Maratón, abogó además por romper la dicotomía que existe entre las ciencias y las letras, como si fueran campos irreconciliables. “Cuando uno repasa la lista de los grandes científicos del siglo XX, comprueba que no eran personas aisladas en su ámbito, sino que eran cultos, tocaban instrumentos musicales  y eran muy creativos”. 

Maribel Aguilar, guía Star-Light que también ha participado en el maratón, afirmó que ni siquiera es necesario tener muy claro a los 13 años si uno quiere dedicarse a la ciencia para ser un investigador brillante en el futuro. “Es muy bonito tener una vocación, pero también no tenerla, porque así tu abanico es muy amplio. Las vocaciones a veces surgen a medida que uno se va desarrollando”. En este sentido, recordó como a ella misma le metió el gusanillo por el cielo nocturno su profesora de literatura, Carmen Romero, que por la tarde les explicaba astronomía. “Recuerdo que nos decía que mirar al cielo es mirar al pasado”. 

Maribel Aguilar aseguró además que la ciencia vive un momento dulce en Teruel, “porque tenemos Dinópolis, el Cefca o el aeropuerto que también acoge proyectos de índole científica. En ese sentido, es fácil sentirse atraído por la ciencia aquí”.

Muchos de los grandes astrofísicos españoles, como la propia Rodríguez Frías y muchos otros, proceden de las Islas Canarias, donde se encuentra el Instituto de Astrofísica de Canarias, uno de los más importantes del mundo. En este sentido, Jesús Varela explicó que el objetivo del Cefca debería ser que eso mismo ocurriera en Teruel, donde se encuentra el Observatorio de Javalambre. “Evidentemente no a corto plazo, pero poco a poco estamos formando a nuevos investigadores. De hecho uno de los ponentes de estas jornadas, David Izquierdo, ayer mismo (por el jueves) leyó su tesis y se convirtió en doctor. Teruel no podrá competir en cosas generales, pero con cosas tan específicas como la astrofísica, estoy seguro que sí”. 

Luis de Peral coincidió con el investigador del Cefca: “Teruel tiene su observatorio y un cielo excepcional para la observación, Zaragoza tiene un importante grupo de físicos y en Huesca tiene el laboratorio subterráneo de Canfranc. Así que en realidad todo Aragón tiene los mimbres necesarios. Yo espero que Javalambre sea la semilla para que en Teruel ocurra lo que pasó en Canarias, que a partir de esos buenos cielos prácticamente todas las islas se han convertido en grandes observatorios, y eso ha fomentado multitud de vocaciones astrofísicas”.