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El Jardín de Cátale, un buen ejemplo de recuperación de solares en el Centro Histórico de Teruel El Jardín de Cátale, un buen ejemplo de recuperación de solares en el Centro Histórico de Teruel
El Jardín de Cátale ofrece vistas a los torreones del ábside de la iglesia mudéjar de San Pedro, patrimonio de la Unesco

El Jardín de Cátale, un buen ejemplo de recuperación de solares en el Centro Histórico de Teruel

La iniciativa privada da el paso con la apertura de una terraza con eventos sociales y culturales
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El Jardín de Cátale abrió recientemente sus puertas y lo hizo demostrando que se puede recuperar un solar cerrando durante décadas para darle una nueva vida y abrirlo a la sociedad turolense como un punto de referencia cultural en un entorno privilegiado. Apenas a unos pasos de la iglesia de San Pedro, desde su interior se puede disfrutar de unas vistas inéditas de los torreones mudéjares del ábside del templo, uno de los más antiguos y más fotografiados de la ciudad.

Cruzar su puerta es además viajar en el tiempo y encontrarse con un rincón que bien podría estar en una calle de Albarracín o de algunos de los pueblos de la provincia que conservan su sabor histórico.

Durante años la tapia de la calle Muñoz Degrain ha permanecido cerrada al público. Tan solo una ailantos sobrepasaban por encima de la pared. El arquitecto Amador Guillén tuvo la oportunidad de ver lo que había en su interior y planeó la transformación de un huerto abandonado en un espacio abierto al público. Habló con los propietarios del solar y los convenció para poder llevar a cabo esta recuperación. Esto fue antes de la pandemia y ha habido que esperar a que volviera la normalidad para poder desarrollar el proyecto.

Ahora es ya una realidad y el pasado mes de junio abrió sus puertas al público convirtiéndose en un ejemplo de cómo se puede recuperar un solar desde la iniciativa privada que contrasta con el abandono que se aprecia en algunas parcelas en las calles del casco antiguo de Teruel.

Aunque el Ayuntamiento aprobó diferentes iniciativas para acondicionar solares en la anterior legislatura todavía no se han puesto en marcha. La última de estas iniciativas se aprobó en pleno en noviembre de 2022  -a propuesta de Ganar- y el objetivo era desarrollar un proyecto de muralismo en solares en desuso y unos meses antes se abordó otra propuesta, en ese caso presentada por EMT, para redactar una ordenanza reguladora por la que se cree un registro municipal de solares y edificaciones ruinosas para impulsar el cumplimiento de lo establecido en la legislación estatal y autonómica en el área declarada como Conjunto Histórico de Teruel, que está protegido como Bien de Interés Cultural.

No obstante, desde 2006 existe una ordenanza que establece las condiciones de ornato público de las fachadas o espacios visibles desde la vía pública para las edificaciones del Conjunto Histórico de Teruel y su entorno para que se mantengan en buenas condiciones y adecentadas.

Además, el avance del nuevo Plan General de Ordenación Urbana recoge la puesta en valor del patrimonio cultural de la ciudad y su entorno y el caso del Jardín de Cátale sería un claro caso de recuperación del entorno.

Presentación de productos naturales en el Jardín de Cátale, el pasado mes de junio

Oferta cultural

La apertura al público de este establecimiento aumenta asimismo la oferta cultural de la ciudad no solo por poder disfrutar de un entorno con vistas a un edificio que forma parte del Patrimonio Mundial de la Unesco como es San Pedro, sino también porque su responsable, Lorena Guerrero, es una dinamizadora cultural que quiere atraer hasta el escenario del Jardín de Cátale una amplia oferta cultural, que va desde la música clásica hasta el hip hop.

Música y fotógrafa pretende llevar hasta el Jardín de Cátale actuaciones y eventos que amplíen la oferta existente en el Centro Histórico turolense, pero la música además va a ser un ingrediente básico en este establecimiento al aire libre y se va a cuidar mucho para ofrecer un ambiente agradable donde poder estar. “Para mí tan importante es la calidad como la cualidad”, dice Guerrero, que, como en Cataleya, quiere que en El Jardín haya una conexión con el arte y dar una oferta de calidad tanto en escultura, como en pintura, fotografía o música.

Recientemente se presentó una Ruta del Hierro para hacer por diferentes establecimientos y contemplar esculturas realizadas en hierro. Guerrero se muestra partidaria de seguir ese camino, colaborar y coordinarse con otros establecimientos para ofrecer un programa cultural a la ciudad complementario.

Clases de yoga

En ese objetivo de ofrecer una oferta complementaria en esta terreza, también se puede practicar yoga los martes por la mañana y los jueves por la tarde. “Hay gente que quiere hacer yoga al aire libre pero no en un sitio público y aquí pueden practicarlo en un recinto cerrado”, comenta. Pensando además en las personas que están pasando el verano en la ciudad o para quien disponga estos meses de más tiempo libre se pueden elegir clases sueltas o por meses, en colaboración con el centro Sambhava Hridaya.

Además de yoga, el Centro se ha convertido en punto de encuentro para desarrollar eventos, encuentros profesionales y talleres. Así, en estas pocas semanas, se ha desarrollado un taller de cosmética natural, un encuentro de hip hop, poesía instantánea o un café tertulia del grupo Enredadas y un taller de autoestima.

En cuanto a la oferta gastronómica, este negocio ha querido dar un paso más en la especialización ofertando pizzas sin gluten en exclusividad. “Todos nuestros ingredientes son sin gluten y para ello hicimos un curso con la asociación de celiacos de Teruel”, cuenta Lorena Guerrero.

La apertura de esta terraza viene a sumarse a otras iniciativas consolidadas ya en la ciudad de Teruel desde hace tiempo para poner en uso solares del Centro Histórico como por ejemplo la terraza del Flanagan’s o  la del Jardín de San Pedro, en este último caso perteneciente a una institución público privada omo es la Fundación Amantes de Teruel, cuya apertura se completa con una oferta cultural. Teruel replica así iniciativas puestas en marcha en otras ciudades para recuperar solares en los cascos históricos y darles un uso ciudadano pero todavía queda mucho por hacer y para ello es necesaria la implicación de la iniciativa pública y de la privada. El nuevo PGOU, que está previsto que se apruebe en unos meses, establece una serie de posibles áreas de intervención en el Centro Histórico de Teruel. Para una de esas áreas, entre las calles San Andrés y La Parra, se cuenta con fondos  europeos.

El arquitecto Amador Guillén

“Lo hemos querido rehabilitar en un ambiente rústico”

El arquitecto Amador Guillén, arquitecto rehabilitador del proyecto del Jardín de Cátale, explica que el criterio seguido para recuperar este espacio es el de “rehabilitar un ambiente rústico” y a la vez contribuir al “esponjamiento” del Centro Histórico que aparece reflejado ya en el  Plan Especial de Reforma Interior del Centro Histórico de Teruel.

Así las fachadas que dan a la terraza pertenecen a unas antiguas edificaciones cuya fachada principal se encuentra en la calle Aínsas  y fueron construidos entre el siglo XVII y XIX. Pertenecían a diferentes ampliaciones de una casa familiar que daban acceso a las cuadras, caballerizas y corrales además de a la bodega.

De esas estancias quedan todavía algunos restos que en los trabajos de recuperación se han querido mantener así como elementos como la red del gallinero, tinajas y damajuanas. Guillén cuenta que también hay un antiguo acceso a los pasadizos subterráneos que conectan con San Pedro. Para la apertura al público de este espacio se ha cubierto el suelo con gravillas y se han acondicionado las antiguas jardineras murales, con especies que ya había en el terreno como una parra y otras que esperan que vayan ofreciendo verdor a lo largo del año. El recinto se ha equipado con una plataforma para conciertos y dos accesos en la tapia que linda con la calle Muñoz Degrain porque el aforo del jardín está pensado para más de cien personas.