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El investigador turolense Jorge Sanz busca claves sobre el alzhéimer en Stanford El investigador turolense Jorge Sanz busca claves sobre el alzhéimer en Stanford
El turolense Jorge Sanz está realizando un contrato postdoctoral en la Universidad de Stanford, en Estados Unidos

El investigador turolense Jorge Sanz busca claves sobre el alzhéimer en Stanford

Tras su tesis sobre factores biológicos del envejecimiento, trabaja en un proyecto en EEUU
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El joven investigador turolense Jorge Sanz acaba de iniciar un nuevo reto en su trayectoria profesional que le ha llevado a Estados Unidos, donde va a indagar sobre los mecanismos que afectan a las neuronas en enfermedades como el alzhéimer.

La tesis doctoral de este graduado en Medicina, que desarrolló en la Universidad de Valencia, se centraba en el envejecimiento, que estudió desde un punto de vista básico, desde la Biología. Trabajó con células madre para analizar los factores que pueden contribuir a mejorar los parámetros relacionados con el envejecimiento.

Actualmente, Sanz forma parte del Departamento de Patología de la Universidad de Stanford (California) como investigador postdoctoral en el grupo liderado por la doctora Inma Cobos, profesora de ese departamento y neuropatóloga. Lleva poco más de un mes en este centro estadounidense y su contrato es inicialmente por dos años, si bien existe la posibilidad de extenderlo hasta cinco años.

“Mientras que mi investigación previa en la Universidad de Valencia se centraba en el envejecimiento, en Stanford se centra en las enfermedades neurodegenerativas, como el alzhéimer, algo bastante relacionado”, explicó Sanz a este periódico.

El científico turolense -que además estaba realizando su formación como médico interno residente en Cardiología ya que consiguió el sexto puesto del examen MIR en 2021- detalló que  ahora forma parte de un proyecto financiado por el National Institutes of Health (NIH) que cuenta con la colaboración de investigadores de diversas instituciones de Estados Unidos.

El objetivo principal de este equipo es comprender qué hace vulnerables a las neuronas en estas enfermedades, según explicó Sanz.

El año pasado, tras finalizar su tesis doctoral y publicar los resultados, le surgieron varias oportunidades de colaboración a nivel internacional. A través de un contacto se enteró de que estaban buscando un investigador postdoctoral para este proyecto en EEUU y les mandó su currículum. Tras dos entrevistas le ofrecieron el contrato. “Fue algo difícil tomar la decisión de marcharme tan lejos y dejar la residencia que estaba haciendo, pero era una gran oportunidad”, relató el joven médico.

Jorge Sanz destacó que está siendo una gran experiencia. “Me siento afortunado de poder dedicarme a lo que me apasiona y aprender en uno de los mejores entornos del mundo para la investigación. Aquí puedes aprender una infinidad de cosas en muy poco tiempo”, subrayó Sanz.

El investigador resaltó que este proyecto no solo le abre las puertas a un mundo “de recursos y tecnología de vanguardia”, si no que, además, puede colaborar y conocer a expertos de todos los ámbitos científicos que se encuentran en el campus o en el mismo edificio donde desarrolla su labor.

“Tener la posibilidad de desarrollar un proyecto aquí es muy motivador, además, todo el conocimiento y experiencia que adquiera aquí seguro que me servirá de cara a mi futuro como investigador y docente”, estimó.

Jorge Sanz explicó que su idea es desarrollar este proyecto y formarse en Stanford como investigador postdoctoral, para después volver a España y continuar con su carrera investigadora y docente.

Sobre este primer mes en Estados Unidos, Sanz aseguró que  ha ido muy bien, aunque la burocracia de los primeros días se le ha hecho pesada, si bien desde la universidad le han puesto todo muy fácil. El turolense señala que lo más difícil ha sido encontrar un lugar asequible donde vivir, porque esta zona (Silicon Valley) es una de las más caras en todo Estados Unidos, pero ha encontrado algo aceptable. “Yo nunca había estado en Estados Unidos y se nota el cambio cultural, pero lo cierto es que tanto en la universidad como en la zona hay una población internacional muy importante, al final los europeos siempre nos acabamos juntando”, comentó.

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