El I Congreso de Neuroatención desborda las expectativas que tenían los organizadores

El I Congreso Internacional de Neuroatención celebrado en Teruel ha superado las expectativas que tenían los organizadores, y su director, Sergio Morilla, indicó ayer tras la clausura que la intención es volver a repetirlo el próximo año tras la buena acogida que ha tenido. Los participantes se mostraron muy satisfechos con los contenidos y las herramientas  que les habían facilitado para reorientar la atención en su acontecer diario hacia sus vidas personales, en medio de un modelo social que con las redes desvía el interés de aquello que realmente es importante.

Tanto el director del congreso como Raquel Herrero, responsable de la secretaría técnica, valoraron la incidencia que habían tenido todas las actividades desarrolladas entre el jueves y el sábado. Herrero apuntó que habían participado en total en torno a 800 personas, de las cuales algo más de 600 eran alumnos de institutos que asistieron a talleres, y el resto gente que se había inscrito previamente para seguir las sesiones.

Valoraron también la procedencia de los participantes, que llegaron de sitios como Valencia, Madrid, Soria, Zaragoza y Málaga. Algunos para asistir a alguna jornada concreta y entre sesenta y setenta que lo hicieron durante los tres días: el primero estuvo dedicado al mundo empresarial, el segundo a la educación y sanidad y el tercero a la sociedad en general.

Organización

Morillo, que es presidente de la Asociación Aragonesa de Neuroatención, organizadora del congreso, comentó que habían conseguido la “unidad” del público y los ponentes al ofrecer una manera distinta de ver las cosas y prestar atención. “Lo que hace falta es más consciencia”, dijo Morillo al referirse a la necesidad de gestionar de manera diferente nuestras emociones.

“Si no atiendes lo que tienes es como estar ciego”, comentó el director del congreso, que consideró que en las tres sesiones se había trabajado con los sentidos y puesto de manifiesto que “la mayor ceguera es la del que no quiere ver”. Opinó que hay conciencia por parte de la gente de que “se nos está yendo la atención”, aunque no se sepa hacia dónde, y ante la buena respuesta mostró su certeza de que la iniciativa “se va a repetir”.

Raquel Herrero añadió que algunos participantes habían acudido desconociendo de qué iba el congreso y acabaron valorando  “la importancia de enfocar nuestra atención en nuestras vidas”. Así lo apreciaron algunas participantes que al terminar las sesiones se refirieron a lo “novedoso” y “original” de las propuestas y a las técnicas y herramientas que les habían facilitado.

En esa línea se pronunciaron Engelbert Márquez y Vanessa Espitia, una pareja procedente de Zaragoza que asistió los tres días y que aseguró que había sido “maravilloso”. Él incidió en las herramientas que había aprendido para que la tecnología y las redes sociales “no te coman el coco”, y ella explicó que les habían enseñado a “centrar la atención en la vida personal” y que había resultado “una experiencia hasta sanadora”. No conocían de antes Teruel y dijeron que lo habían vivido casi como un “retiro de fin de semana”.