El Hospital Obispo Polanco de Teruel ha hecho unas cuatro operaciones semanales durante el estado de alarma
El servicio de Oncología se ha adaptado para dar la mayor seguridad a sus pacientesDurante las cinco semanas del estado de alerta sanitaria, la epidemia ha obligado a los hospitales aragoneses a reorganizarse para ser capaces de atender a los pacientes de coronavirus. Se ha reducido la atención ordinaria, pero aquello que no puede esperar se ha seguido haciendo con las modificaciones necesarias para garantizar la seguridad. En el Hospital Obispo Polanco de Teruel, servicios como Cirugía y Oncología trabajan intensamente para que los pacientes tengan el mejor tratamiento. Las intervenciones quirúrgicas se han limitado a las más urgentes y para aquellos pacientes oncológicos que no era imprescindible acudir a la consulta se ha realizado atención telefónica.
El Obispo Polanco ha operado a unos cuatro pacientes semanales, frente a la veintena de un periodo normal. El jefe de Cirugía de este hospital, Antonio Minguillón, asegura que las intervenciones que eran improrrogables se han hecho, principalmente, los tumores.
“Esta pandemia nos llegó por sorpresa y hemos tenido que adaptarnos. Se ha reducido la actividad quirúrgica para liberar recursos para poder atender la posible avalancha de pacientes de Covid-19”, explicó el doctor Minguillón.
Aunque los quirófanos son siempre uno de los espacios donde más énfasis se hace en la asepsia, se han extremado las medidas de precaución para evitar contagios y se ha intentado reducir al máximo el tiempo de hospitalización posterior.
El jefe de Cirugía confía en que de forma paulatina se pueda ampliar la actividad quirúrgica y que entonces se priorizarán a aquellos pacientes que lleven más tiempo esperando.
Oncología
Los enfermos de cáncer son uno de los colectivos vulnerables ante el coronavirus porque su sistema inmunitario puede estar debilitado, por ello el servicio de Oncología de hospital turolense ha adoptado una serie de medidas para garantizar los tratamientos que no pueden esperar y hacerlo de forma segura.
Una de las primeras medidas adoptadas ha sido la de realizar telefónicamente todas las consultas de revisión que se podían hacer de esta forma y gestionar desde el propio servicio las pruebas complementarias para evitar desplazamientos para pedir citas. Las primeras consultas tienen que hacerse de forma presencial y se han reorganizado los espacios para cumplir con las medidas de seguridad, además del uso de mascarillas y todas las medidas de higiene necesarias.
En los primeros quince días también se retrasaron aquellos tratamientos de quimioterapia que se podían hacer pero se han retomado y todos los pacientes reciben la terapia que necesitan y se han dejado 2 metros de sillón a sillón.
“Hemos estudiado paciente a paciente, de forma individualizada las medidas más beneficiosas para cada uno”, explicó la jefa del servicio de Oncología del Obispo Polanco, Ana Ferrer que insiste en que no se ha demorado ningún tratamiento curativo.
“La gente está preocupada por el confinamiento y por si se le va a ofrecer todo el tratamiento y nosotros les explicamos que se ofrecen todas las oportunidades y también el abordaje psicológico con el contacto permanente con la AECC”, aseguró la doctora Ferrer.
La oncóloga reconoce que las consultas telefónicas no siempre son fáciles, sobre todo cuando hay malas noticias que dar y que es duro para el enfermo y para el médico. “Estamos acostumbrados al cara a cara con el paciente y hacerlo por teléfono deja una sensación agridulce sabemos que los estamos protegiendo pero es más deshumanizado. Para mí es una de las peores sensaciones que se tenido a lo largo de mi carrera”, comentó Ana Ferrer.
Desde el servicio de Oncología también se recuerda todas las recomendaciones para prevenir el contagio, como quedarse en casa y la higiene. Ferrer asegura que son muy buenos pacientes y tienen claro que sus defensas pueden estar bajas y se cuidan todo lo que pueden.