El Fondo de Inversiones de Teruel impulsa la mejora de la gestión forestal sostenible a través de una plataforma digital
El proyecto lo desarrollará la Ciudad y Comunidad de Albarracín y pretende convertirse en un modelo de economía circularEl Fondo de Inversiones de Teruel (Fite) va a impulsar un proyecto de gestión forestal sostenible a través de una plataforma digital que mejore la gestión de los montes de la Ciudad y Comunidad de Albarracín, y que acabe convirtiéndose en un modelo de economía circular exportable a otros lugares mediante la creación de redes de calor y la gestión centralizada de todo tipo de recursos, no solo los madereros, sino también los aprovechamientos micológicos, la caza y otros ligados al turismo como la escalada.
El proyecto está financiado con cargo al Fite de 2020 y se denomina Movilización de recursos forestales, culturales y patrimoniales en los montes de utilidad pública de la Comunidad de Albarracín. El director provincial del Departamento de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente del Gobierno de Aragón en Teruel, Pedro Polo, asegura que “la Ciudad y Comunidad de Albarracín es el mayor propietario forestal público de Aragón”, de donde sale en torno al 25 o el 30 por ciento de la madera de los aprovechamientos públicos de Aragón.
“La idea es hacer un ejemplo de economía circular real”, cuenta el director provincial, quien precisa que no solo se mejorará la gestión administrativa de los aprovechamientos madereros a través de una plataforma digital, sino de los recursos propios de que se dispone impulsando iniciativas como la creación de una Red de Calor, que comenzará con un proyecto piloto para dotar de calefacción a los edificios de la Comunidad de Albarracín.
Subvención
La orden por la que se concede la subvención directa de 325.000 euros para desarrollar este proyecto se publicó el pasado 22 de octubre en el Boletín Oficial de Aragón. Su destinatario es la Comunidad de Albarracín y permitirá la creación de una entidad que administre los recursos forestales de los montes de utilidad pública de esta figura que se remonta a la Edad Media.
Actualmente la gestión de los montes de la Ciudad y Comunidad de Albarracín se realiza mediante métodos antiguos que no dotan de fluidez a los procesos, cuando la figura que se plantea pretende agilizar el mismo y poder cumplir así con los planes de planificación forestal intentando sacar más aprovechamientos forestales, dentro de los planificados, que a su vez limpien los bosques y se haga una labor preventiva contra los incendios.
Hoy día se queda más madera en los montes de la que se debería sacar a través de los instrumentos de gestión que existen, y de cuya planificación se encarga la Administración autonómica, pero en cambio no sale toda por una cuestión técnica. El modelo que se propone crear con este proyecto agilizaría los procesos y facilitaría su adjudicación.
Pedro Polo aclara que “no se va a sacar ni más madera ni se van a sobrepastorear los montes”, sino a cumplir con la planificación que se ha hecho desde la Administración para “gestionar estos recursos y salvaguardar los bosques”.
“Todos estos montes tienen un plan de gestión forestal sostenible, que lo que hace es asegurar la persistencia y la mejora del bosque, porque si lo dejas solo va a estar sucio, la madera va a crecer y colapsar, no dejará espacio para que crezcan nuevos árboles y el pasto va a desaparecer porque todo será arbusto al no haber nadie que lo paste”, explica Polo, quien aclara que los planes que se hacen sirven para gestionar en el tiempo y en el espacio “cuáles son las actuaciones que tiene que haber, y eso hace que el bosque esté limpio”.
El problema que ha habido es que en los últimos años se han hecho menos aprovechamientos, con lo cual “hay que cortar más madera porque llevamos como treinta años que no se extrae del monte, hay una carga de combustible brutal y si hay una chispa se preparan los megaincendios que hemos tenido este verano”, comenta el director provincial de Agricultura.
Recursos y limpieza
El reto es que los ayuntamientos puedan disponer de más recursos mediante esta gestión sostenible de los bosques, además de tenerlos limpios. A través de la figura de nueva creación que se pretende impulsar con esta subvención se quieren agilizar los procesos para sacar a concurso los aprovechamientos.
Se trata de crear una entidad gestora administrativa en colaboración con la administración forestal y las entidades locales. Polo considera que eso puede ser el germen de un futuro consorcio forestal o como quiera denominarse, al que se puedan ir sumando ayuntamientos y particulares para ofertar los recursos de que dispongan.
Para ello se pretende crear una plataforma digital de información y gestión de recursos forestales, que permita disponer de un sitio centralizado para la compra-venta. Eso favorecería las transacciones y la solidez de los precios. Sería una plataforma comercial en la que de modo continuo y actualizado se ofertarían los productos forestales, gestionada por los propietarios y con el apoyo de la administración forestal.
Polo considera que no solo primaría el valor precio, sino también la posibilidad de que se puedan adjudicar contratos de proximidad para reducir la huella de carbono. “Ese escaparate pretende favorecer la comercialización del producto”, explica.
A esa misma plataforma se podría después incorporar la gestión de otros recursos como los permisos de la reserva de caza, los tickets de recogida de setas o de turismo de escalada. “Creemos que es la forma de gestionar el monte a futuro con transparencia de forma activa, sacando su rendimiento económico y cumpliendo con los hitos de la gestión forestal sostenible”, manifiesta Polo, quien incide en que se trata de montes que están todos ordenados y planificados.
Al final se trataría de exportar ese modelo a otras partes de la provincia de Teruel y al conjunto de Aragón. Un modelo que se basaría primero en “que se ordenen los montes y luego que el propietario se haga valer de estas plataformas y de los recursos que tiene para poder gestionarlos”.
A ello se suma la creación de una Red de Calor piloto en Tramacastilla, con la intención de ir extendiéndola. Consistiría en suministrar calefacción a los propios edificios de la Comunidad de Albarracín mediante una caldera que se abasteciese con recursos de la zona. La idea es que la biomasa extraída de las actuaciones selvícolas de la gestión forestal sostenible de los montes de la comarca sea empleada allí mismo para la calefacción; un modelo que podría ir extendiéndose y al que más adelante se podrían sumar instituciones y particulares también para disponer de una fuente de calor comunitaria en los inviernos.
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