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El fiscal solicita 4 años de prisión para un hombre por abusar sexualmente de la hija de su pareja, una niña de once años El fiscal solicita 4 años de prisión para un hombre por abusar sexualmente de la hija de su pareja, una niña de once años
Palacio de Justicia de Teruel, sede de la Audiencia Provincial

El fiscal solicita 4 años de prisión para un hombre por abusar sexualmente de la hija de su pareja, una niña de once años

Los hechos ocurrieron en 2005
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La Fiscalía pidió una pena de 4 años y un día de prisión para un hombre acusado de un delito de abusos sexuales contra una menor de 11 años ocurrido en una pedanía de un pueblo turolense. Los hechos tuvieron lugar en 2005, aunque la víctima no lo denunció hasta once años después, a raíz de someterse a una terapia cuando ya había alcanzado la mayoría de edad. El acusado era entonces la pareja sentimental de la madre de la niña, con quien llegó a tener un hijo, antes de que se separaran.

La niña que sufrió presuntamente los abusos sexuales era fruto de una relación anterior de la madre y convivían en una pedanía aislada de un pequeño municipio turolense, según se puso de manifiesto durante el juicio celebrado en la Audiencia Provincial de Teruel, que lo dejó visto para sentencia.

El hombre negó que abusara de la menor y argumentó que fue una “confusión” porque la niña se metió de noche en la cama de la pareja, ya que solía tener miedo de dormir sola, y la tocó creyendo que era su compañera sentimental. El abogado de la defensa pidió la libre absolución por entender que no había prueba de cargo y que todo fue una malinterpretación de la menor.

En cambio la Fiscalía, única acusación personada en el caso, pidió la condena para el acusado por un delito de abusos sexuales, incidiendo en que existió una relación de superioridad, y por el que pidió una pena de prisión de 4 años y un día, además de la prohibición de acercarse a ella o intentar comunicarse por cualquier medio durante un tiempo de cinco años y un día, así como una indemnización de 3.000 euros por los daños morales causados.

Los hechos ocurrieron en diciembre de 2005 en el domicilio familiar, aunque la denuncia no se presentó hasta 2016 cuando la muchacha tenía 21 años de edad, y lo hizo en Barcelona, donde reside actualmente. La ley prevé que estos delitos no prescriban hasta diez años después de haber cumplido la mayoría de edad, aunque hay presentado un anteproyecto de ley para ampliar ese tiempo.

La víctima declaró en el juicio oral, sin mantener contacto visual con el acusado tal como pidió, que de noche fue a acostarse al lado de su madre, que dormía con su padrastro, y que cuando estaba durmiendo se sintió incómoda hasta que comprobó que la pareja de su progenitora le estaba tocando sus partes íntimas. Aseguró que le tocó los órganos genitales y que “fue traumático” para ella, por lo que salió corriendo a su cama.

A raíz de ese incidente la madre echó a su pareja de la casa, aunque regresó al poco tiempo. La mujer aseguró ayer en la vista que decidió “apostar por crear una familia” y quiso tirar adelante pese a ese suceso porque estaba convencida entonces de que lo ocurrido había sido un “error muy grave, pero puntual” de su pareja, con quien acababa de tener un hijo.

El acusado, durante su declaración en el juicio, aseguró que “no hubo ningún intento de abuso sexual”, que la niña se metió en la cama de noche sin que él se diera cuenta y que fue a abrazar y a tocar a su pareja sin darse cuenta de que quien estaba allí era la menor, que tenía entonces once años. Dijo que se sorprendió y que se sintió mal. 

El hombre aclaró que la madre le preguntó y que él se lo explicó así, motivo por el cual volvieron a vivir juntos tras separarse un tiempo. En cambio, durante la vista oral, la madre aseguró que él nunca había dicho antes que había confundido a la niña con ella, y se sorprendió al escucharlo a preguntas del ministerio público.

El fiscal hizo observar al acusado que la primera vez que fue citado por estos hechos lo negó todo, y que después dio esa otra versión. Ayer el hombre aclaró que lo hizo porque el abogado que tenía entonces le recomendó eso y que “no hubo ningún intento de abuso sexual”.

La familia siguió viviendo junta después de aquello hasta que la relación terminó de deteriorarse, yéndose a vivir a Barcelona y separándose. Fue allí donde la muchacha presentó la denuncia en los mossos en 2016. 

En la vista la madre aseguró que “nunca fue una relación feliz” y que él le llegó a decir tiempo después que había abusado más veces de la niña. Una terapeuta que los trató declaró como testigo en el juicio que en una sesión con ellos él había dicho que forma espontánea que había abusado de la menor, y otro profesional comentó que el acusado dijo en una terapia que hubo “acercamientos” con la niña.