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El exconcejal de Ciudadanos en Teruel dice que reconoció ser autor del hurto ante la víctima para evitar un escándalo El exconcejal de Ciudadanos en Teruel dice que reconoció ser autor del hurto ante la víctima para evitar un escándalo
El exconcejal Francisco Blas sentado en el banquillo de los acusados en el Juzgado de Instrucción número 1 de Teruel

El exconcejal de Ciudadanos en Teruel dice que reconoció ser autor del hurto ante la víctima para evitar un escándalo

Reitera que no cogió dinero del bolso, que es inocente y que se sintió presionado
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El exconcejal de Ciudadanos en el Ayuntamiento de Teruel, Francisco Blas, reiteró su inocencia al ser juzgado por un delito leve de hurto, tras ser acusado de quedarse con el dinero que había en un bolso perdido que cogió en Alcampo y que no entregó en el retén de la Policía Municipal hasta el día siguiente, once horas después de habérselo llevado. Blas reconoció en la vista oral celebrada en el Juzgado de Instrucción número 3 de Teruel que días después de presentarse la denuncia habló con la víctima en su despacho y le confesó que se había quedado con el dinero, además de pedirle perdón, pero que lo hizo para que se retirara la denuncia, no porque fuese verdad, evitando así que la noticia trascendiera y hubiese un escándalo porque la prensa estaba ya preguntando sobre estos hechos. Cuando trascendió la denuncia presentó la dimisión.

Blas se sentó en el banquillo de los acusados para defender su inocencia y aclarar que aunque se confesó culpable no lo es, y que aunque depositó en el juzgado el dinero supuestamente sustraído del bolso él en realidad no se quedó nada. Reiteró, como ya había dicho con anterioridad, que lo hizo porque estuvo mal aconsejado por su abogado, Manuel Gómez Palmeiro, que fue quien lo defendió en la vista oral.

Los argumentos del acusado no convencieron a la Fiscalía, que mantuvo su acusación por un delito leve de hurto y pidió la pena máxima que contempla el Código Penal, una multa de 3 meses a razón de 50 euros al día, es decir, 4.500 euros, además de la devolución del dinero que había en el bolso y que presuntamente se quedó, 140 euros.

La defensa solicitó la libre absolución puesto que el acusado manifestó no haber cogido el dinero. Alegó además que tuvo un “comportamiento normal” al coger un bolso que encontró perdido para llevarlo al retén de la Policía Local, aunque no lo hiciera en el acto. Argumentó que “no podemos decir si ese dinero existía o no” y ante la duda pidió que se tuviera en cuenta el principio del in dubio pro reo y que se fallara a favor del acusado exculpándole.

El ministerio público en cambio argumentó que las explicaciones dadas por el denunciado “carecen de toda lógica” y resultaban “inverosímiles”, puesto que no tenían la más mínima correlación, además de pretender cuestionar la credibilidad de la perjudicada con afirmaciones como que el dinero pudo cogerlo el marido. Argumentó en este sentido la fiscal que esa manifestación “excedía” el derecho de defensa para intentar exculparse del delito del que se le acusa.

Frente a las versiones que había dado el exconcejal hasta el día del juicio, se sumó algo que no había trascendido hasta ahora, y es que días después de que le denunciaran fue a ver a la víctima y le pidió perdón, confesando ser culpable y pidiéndole que retirara la denuncia.

La perjudicada declaró que eso ocurrió el viernes 15 de noviembre, y ante las dudas planteadas por la defensa de que hubiese sido en fechas posteriores, el juez intervino para aclarar que sí fue ese día, porque al bajar las escaleras del Palacio de Justicia se encontró con el letrado y el acusado y habló con ambos al conocerlos.

El abogado de la defensa argumentó también que el día 13 depositaron en el juzgado 250 euros -los hechos ocurrieron el sábado 9 de noviembre-, y la denunciante aclaró que una vez calculado lo que había gastado, la cantidad que le faltaba del bolso eran 140 euros. 

“No quiero ni más, ni menos”, dijo la víctima, argumentando que el último consumo que había hecho había sido en el bar de Alcampo, en donde estaba con su marido, y que había pagado ella con un billete de 50 euros una caña y un té, además de sacar un paquete de tabaco.  

Intentar evitar el juicio

Durante la vista quedó de manifiesto que desde el primer momento el denunciado y su abogado intentaron evitar que todo fuera a más para que no se celebrara un juicio, por lo que primero depositaron en el Juzgado el dinero supuestamente sustraído, y después intentaron que la denunciante retirara la denuncia para evitar un escándalo por tratarse de un cargo público en el Ayuntamiento de Teruel.

La denunciante declaró que cuando el abogado fue a hablar con ella para encontrar una solución le dijo que esta debía ser con arreglo a la ley y “con la verdad por delante”, y que a los pocos minutos se personó el denunciado en su despacho para reconocer su autoría. 

“Él reconoció que el dinero se lo había quedado, que lo sentía muchísimo, que estaba arrepentido y que no lo volvería a hacer”, declaró la perjudicada. En ese encuentro el acusado le entregó también un boleto de la Once en compensación de otro que llevaba en el bolso. Le preguntó qué había hecho con él y le contestó que lo había roto porque de haber tocado, si lo hubiese cobrado “le hubieran descubierto”.

Las cámaras de seguridad del Alcampo registraron cómo el matrimonio olvidaba el bolso en el carro de la compra al salir del supermercado, y unos tres minutos después una persona lo cogía y se lo llevaba. Cuando la propietaria se percató, regresó a por él, preguntó en Alcampo y los hechos se pusieron en conocimiento de la Policía Nacional. Al revisar el vídeo de las cámaras de seguridad se identificó ya a Francisco Blas como la persona que lo había cogido. Era la noche del sábado día 9, y hasta el día siguiente no lo llevó al retén de la Policía Local.

Sin explicación lógica

Blas explicó que metió el bolso en su coche y lo dejó aparcado toda la noche en la calle, aunque el vehículo no presenta signos de haber sido forzado. Reconoció que desconocía por qué no lo entregó en el acto en Alcampo sino que lo llevó al retén municipal al día siguiente, domingo, porque tenía que pasar por allí y esa noche tuvo que dar una medicina a su hijo. A preguntas del juez negó que hubiera cogido nada del bolso y sobre la ausencia del dinero dijo: “Explicación lógica no puedo dar ninguna” porque todo se había desarrollado en “extrañas circunstancias”.

En cuanto al hecho de haber reconocido ante la denunciante que se quedó con el dinero y pedirle perdón, el exconcejal manifestó que lo hizo para que no tuvieran proyección pública este asunto. “Desde mi posición de cargo público, si salía a la prensa me iba a afectar”, declaró. Añadió que su abogado le dijo que si pedía perdón se retiraba la denuncia, porque “la prensa estaba ya por ahí preguntando”, y que su trabajo y el “pan de sus hijos” dependía de que se retirara la misma. Aclaró que por ese motivo se autoinculpó en privado ante la denunciante, a pesar de no haber cogido el dinero ni el cupón de la Once, y que había obrado así “de una manera desesperada” porque no quería arruinarse la vida como finalmente ocurrió.

La denunciante explicó que el acusado cuando fue a verla reconoció el hurto y le dijo que “en algún momento a veces uno se encuentra con dificultades económicas y da un mal paso”, mientras que el abogado de la defensa aclaró que cuando Francisco Blas pidió perdón a la denunciante y reconoció que se quedó el dinero lo hizo de “una manera absolutamente temblorosa y casi forzado” porque confiaba en que “luego se iba a retirar la denuncia”. 

Ni carnaza ni morbo en un asunto que resulta muy incómodo para todos

Por enésima vez se volvió a criticar a la prensa y a responsabilizarla por la trascendencia y las repercusiones que ha tenido la denuncia por hurto contra Francisco Blas. La prensa lo único que ha hecho es informar sobre unos hechos que han sucedido, que el ahora exconcejal fue denunciado por hurto, y ahora deberá ser la Justicia la que dicte sentencia. No es cuestión de que la prensa haya “hecho carnaza”, que no la ha hecho, ni que a los periodistas les interese este asunto por lo “morboso” del mismo, como se manifestó el viernes desde diferentes ámbitos. Por el contrario, se reconoció que era un asunto muy incómodo para todos.

La clave la dio la Fiscalía, que pidió la pena máxima prevista en el Código Penal para este tipo de delitos leves -antes considerados faltas- que se castigan únicamente con multa y la reparación del daño causado.

La representante del ministerio público argumentó que la versión exculpatoria del acusado carecía de “verosimilitud” y de “credibilidad” rozando incluso “las malas formas” al tratar de afirmar que la denunciante miente al decir que llevaba dinero en la cartera. Además argumentó que estaba justificada la pena que pedía puesto que el ilícito penal lo había cometido un cargo público, “que debería ser ejemplar a la hora de respetar las normas”.

A preguntas del juez el acusado explicó que antes de dimitir tenía un sueldo de 43.000 euros al año y ahora percibe 1.200 euros al mes en el paro.