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El Evangelio vivo procesiona a lomos de la fe, la devoción y la tradición en Teruel en el Jueves Santo El Evangelio vivo procesiona a lomos de la fe, la devoción y la tradición en Teruel en el Jueves Santo
Nuestra Señora de la Esperanza a su paso por el Torico. Bykofoto/Antonio García

El Evangelio vivo procesiona a lomos de la fe, la devoción y la tradición en Teruel en el Jueves Santo

Seis cofrafías y 3.000 cofrades recorren las calles del Centro Histórico
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Hasta los sevillanos dejan estos días Sevilla para venir a Teruel a disfrutar de una Semana Santa más pequeñita, pero no menos espectacular como lo es la turolense. Y es que en la procesión de anoche que discurrió por las calles del Centro Histórico se podían escuchar distintos idiomas y acentos por la gran afluencia de turistas que se podía apreciar en las calles. Todo para presenciar algo más que un desfile procesional, todo un Evangelio vivo en imágenes que se reforzará hoy más con la salida de todas las cofradías, como destacó el presidente de la Junta de Hermandades, Jesús Jambrina.

Con razón la Semana Santa de Teruel está declarada de Interés Turístico Nacional, y el público que la siguió ayer por las calles era eso, nacional, porque la belleza de los pasos de las hermandades turolenses, la forma como son llevados y el sonido de sus tambores y bombos atrae, como reconocieron ayer algunos turistas. 

La procesión del Jueves Santo atrajo a numeroso público durante todo su recorrido desde la salida de los pasos de la iglesia de San Martín, con la participación de seis cofradías y de unos 3.000 cofrades, según estimó el presidente de la Junta de Hermandades. 

Los pasos que procesionaron ayer por las calles fueron los de la Entrada de Jesús en Jerusalén, Oración de Jesús en el Huerto, Jesús Atado a la Columna, Virgen de la Esperanza, Ecce Homo, Virgen Dolorosa, Jesús Nazareno, Nuestra Señora del Rosario y Cristo del Amor.

Para la de hoy, que volverá a estar presidida por el obispo de la Diócesis de Teruel y Albarracín y las autoridades, daldrán de nuevo las mismas cofradías además de los pasos del Descendimiento de la Cruz, María Santísima de las Angustias, Santo Sepulcro y Nuestra Señora de la Soledad. En total esta tarde habrá unos 4.500 cofrades procesionando.

Jambrina comentó que quienes participan en estas procesiones las viven con “emoción e ilusión”, aunque también con “nervios”, tanto por lo que supone para la fe como por la tradición que se muestra al turismo, cada vez mayor en estas fechas.

El presidente de la Junta de Cofradías y Hermandades de la Semana Santa de Teruel incidió además en que se trataba de un “turismo de calidad” que deja dinero en la ciudad. Pero Jambrina recalcó sobre todo el carácter religioso de las procesiones, porque a su juicio “lo que paseamos por Teruel no son imágenes sino el Evangelio vivo”. Algo sobre lo que manifestó que los peaneros “están convencidos y es lo que transmiten al resto de la gente”.

El recorrido de la procesión fue el mismo que el de otros años, al igual que lo será hoy, y la única novedad es que se habilitó una ambulancia por primera vez por si fuese necesaria.

Detrás de la procesión del Jueves Santo, al igual que de la que saldrá hoy, hay muchas horas de preparación y mucho cariño, además de fe o compromiso con una tradición que se hereda de generación en generación. Tambores y bombos, al igual que cornetas, se preparan con dedicación durante meses para llevar la emoción de las procesiones al público, y quienes portan los pasos también se preparan a conciencia, física y mentalmente, para cargar unos pasos cuyo peso supera la tonelada.

Los peaneros de cada cofradía y hermandad van accediendo en un riguroso orden a la iglesia de San Martín para sacar sus pasos en el orden que corresponde a la procesión. Es un momento en el que se aprecia la hermandad y el sentimiento entre ellos, que es lo que les da fuerza no solo para cargar a hombros las imágenes de los santos y las vírgenes, sino para darles vida con su movimiento.

José Ignacio, de la Cofradía de la Entrada de Jesús en Jerusalén, aseguró antes de salir que vive la procesión con “responsabilidad y orgullo” por la gente que aguarda fuera. Un público que acude ya de todas partes de España, hasta de Andalucía. “Que vengan a vernos es un orgullo y una responsabilidad para hacerlo bien”, apuntó.

Antonio, de la Cofradía de la Oración del Huerto, que fueron los segundos en salir, comentó también que vivía el momento con “mucha ilusión y mucha fe en Jesucristo”. Comentó que portaba el paso para “hacer un sacrificio, porque Jesús y la fe cristiana se lo merecen”. El paso, de 1.200 kilos, lo portaron entre 32 peaneros, para lo que más allá de lo que puedan prepararse físicamente, hace falta “fortaleza y mentalidad”, dijo.

Isabel y Manuel López sacaron los pasos de la Hermandad de Jesús Atado a la Columna y Nuestra Señora de la Esperanza. La primera no tenía palabras poco antes de salir a la calle para expresar lo que sentía. “Mucha emoción”, comentó, para añadir después lo importante que era “compartir y el sentimiento religioso”. El paso de la Virgen pesa los 1.400 kilos, mientras que el de Jesús se queda en una tonelada.

Manuel López, a sus 72 años, sigue acudiendo cada Semana Santa a participar como peanero. Lleva medio siglo en la Hermandad y 45 años de costalero. La edad no importa para portar el paso, sino la emoción porque se trata de una “tradición y un sentimiento religioso”, aseguró antes de salir.

Desde dentro

Menos años lleva Diego Hervás saliendo como peanero con la Hermandad de Nuestra Señora de la Villa Vieja y de la Sangre de Cristo, pero no por ello siente menos emoción. Lo decidió hace apenas un lustro porque le animó la familia y comenta que durante la procesión llevando al santo procura rezar. “Se vive mejor la procesión debajo del paso que fuera, verla desde dentro es precioso, aseguró.

Para Daniel Royo, del Nazareno y con nueve años procesionando como peanero, es un “orgullo colaborar para fomentar la cultura de la Semana Santa, que viene de muy antiguo, además de valorar sobre todo “el compañerismo de la gente”. Reconoceque es “muy emocionante” cuando cambian el paso y portan al Nazareno con la marga ligera. “Hay gente que viene a posta a verlo”, comenta.

Dionisio Pascual, de la Hermandad de Caballeros del Santo Sepulcro y Santísimo Cristo del Amor, última cofradía que salió ayer, habló también de “emoción” y “devoción”, y reconoció que no es lo mismo vivir la Semana Santa desde dentro que desde fuera.