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El embalse del Arquillo de San Blas, una refrescante playa de Teruel para este raro verano El embalse del Arquillo de San Blas, una refrescante playa de Teruel para este raro verano
Las barquitas a pedales o tomar el sol en los salientes de las rocas es una de las maneras de refrescarse este verano para los turolenses. EFE/Antonio García

El embalse del Arquillo de San Blas, una refrescante playa de Teruel para este raro verano

Amigos, parejas o familias enteras pasan el día bañándose, en las barquitas, o en los salientes de las rocas
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El Embalse del Arquillo de San Blas se convierte cada verano en la playa de los turolenses, un espacio al que acuden grupos de amigos, parejas o familias para pasar el día en las barquitas, a la sombra de los árboles o en los propios salientes de las rocas, desde donde los más atrevidos saltan al agua.

Apenas veinte minutos separan la capital turolense de este complejo natural, al que se accede a través de una sinuosa y estrecha carretera que da comienzo en el barrio pedáneo de San Blas, y que es un continuo ir y venir de vehículos durante estos días, así como de ciclistas o senderistas que buscan un respiro a las altas temperaturas que superan los 30 grados en Teruel.

La popularidad acompaña al embalse del Arquillo de San Blas, que cada año reúne a un mayor número de personas, llegando a superar el centenar diariamente e incluso alcanzando las doscientas durante el fin de semana, tal y como explica a Efe uno de los dueños del quiosco-bar, Jesús García. Jesús, que regenta el establecimiento con su hermano Ángel, señala que este año ha notado un incremento de personas en el complejo natural, aunque reconoce que desconoce si ese aumento se debe a que los turolenses han viajado menos por el coronavirus o por la dinámica que llevan desde hace varios años en el que el embalse ha ido ganando popularidad.

El quiosco-bar ofrece bebidas y aperitivos, además de las barcas a pedales y kayaks, en los que la mayoría de las personas cargan bebida y comida para pasar el día en el interior del embalse, donde también se pueden bañar. Este verano, marcado por la pandemia de la Covid-19, las medidas que tienen que tomar en el establecimiento son excepcionales, como la continua desinfección de la barra, las mesas y las barcas que ofrecen, además del uso de mascarilla en todo momento hasta que se abandona el embarcadero.

"Mira, yo vengo porque se está muy tranquilo, y ahora además con el coronavirus no quieres ir a una piscina con gente porque da un poquito de miedo, prefiero venir aquí. Me cojo una barquita y, cuando se empieza a ir el calor, nos ponemos en las mesas a tomar algo o jugar a las cartas", dice Ana, mientras espera en la cola del quiosco-bar a ser atendida. Su amiga Sandra comparte opinión, aunque matiza que ella prefiere coger el kayak cuando puede o tomar el sol en las rocas y coincide en que al caer el sol "lo mejor" es tomar algo en las mesas habilitadas en la sombra: "Es un plan muy completo porque incluso se puede hacer la ruta senderista que hay por el cauce del río".

Mientras ellas hablan, un padre con su hijo recoge el tique en la barra para alquilar un kayak, y otros dos grupos de jóvenes, cargados con neveras y toallas, se suman a la cola para reservar unas barcas a pedales.

El plan de pasar el día en el embalse del Arquillo de San Blas es ideal para los turolenses, que disfrutan del complejo natural como si de la playa de su ciudad se tratara.