El Consejo de la Unión Europea aboga por una mayor financiación al medio rural con problemas de despoblación
Un documento insta a tenerlo en cuenta en el próximo periodo de programaciónLas instituciones europeas parecen haber entendido el problema de la despoblación y las brechas existentes entre las zonas rurales y urbanas, y en un documento reciente aprobado por el Consejo de la Unión Europea se aboga por destinar una mayor financiación hacia estos territorios dentro de las políticas de cohesión. De hecho, se insta a tenerlo en cuenta de cara a la planificación del próximo periodo de programación de la UE. Por primera vez se incide en la necesidad de una especial atención a las realidades y necesidades de los territorios rurales más pequeños.
El documento fue aprobado a finales de noviembre, coincidiendo con la presidencia española de la UE, en el Consejo de Ministros de Agricultura y Pesca de la Unión Europea celebrado en Bruselas. El mismo recoge las conclusiones de la denominada Visión a largo plazo para las zonas rurales, cuyo documento inicial se presentó en 2021 y han ido refrendando distintas instituciones europeas hasta la fecha.
El último en hacerlo ha sido el Consejo de la Unión Europea, en cuyas conclusiones insta a la Comisión, que fue de donde partió la iniciativa, a hacer una estrategia rural para el conjunto de los países miembros “con un enfoque integral y flexible para abordar los diferentes desafíos y la diversidad de las zonas rurales”.
Le insta a maximizar el “potencial” y las “oportunidades” que pueden tener estas zonas, y pone especial énfasis para que la futura financiación de la UE, a nivel nacional, regional y local para el medio rural “refleje debidamente” el “papel fundamental” que desempeñan estos territorios “para hacer frente a los retos económicos, medioambientales y sociales a los que se enfrentan la UE y sus estados miembros, incluidos los creados por la situación geopolítica actual”.
En el punto 31 de la resolución acordada por el Consejo se subraya que además de la Política de Cohesión, la Política Agraria Común y los Planes Nacionales de Recuperación y Resiliencia, “todas las políticas pertinentes de la UE deberían, mejorando su coherencia y sinergias, participar y aportar recursos adecuados para apoyar a las zonas rurales”.
Invita para ello a la Comisión Europea a que cree un instrumento de seguimiento que permita “evaluar” la financiación comunitaria de apoyo a las zonas rurales “mediante todas las políticas e instrumentos pertinentes”. Asimismo, aboga por que al inicio de cada periodo de programación se establezca un “procedimiento para garantizar la complementariedad, la coherencia y las sinergias” de todas estas políticas sin incrementar la carga administrativa.
El Consejo se muestra asimismo partidario de la “importancia de adaptar las políticas y procedimientos existentes y futuros a las diversas realidades y necesidades de las comunidades rurales de pequeño tamaño”. Es la primera vez que se hace esta precisión por parte de la Unión Europea, que hasta la fecha englobaba dentro de un mismo paquete sus políticas hacia el medio rural, sin tener en cuenta el rasgo diferencial de los territorios más pequeños por sus dificultades específicas.
Llegada de fondos
Este es un problema que ha dificultado además la llegada de fondos comunitarios a las entidades locales más pequeñas, y en esa línea, el documento de conclusiones del Consejo sobre la visión de las zonas rurales insta a la Comisión Europea, así como a las Estados miembros y las autoridades regionales y locales, que “simplifiquen los procedimientos y requisitos para los beneficiarios con limitaciones de capacidad administrativa”. Incide en que el objetivo de esta manera es “facilitar la inversión aprovechando de manera óptima diferentes recursos nacionales y de la UE y el uso de instrumentos financieros” adecuados.
Las conclusiones aprobadas por el Consejo de la Unión Europea se producen tras un proceso que arrancó en el actual periodo comunitario y que llevó a la Comisión en junio de 2021 a publicar una comunicación titulada Una visión a largo plazo para las zonas rurales de la UE, cuya finalidad es conseguir antes de 2040 unos territorios rurales “más fuertes, conectados, resilientes y prósperos”.
El mismo establecía los desafíos de las zonas rurales, y dentro reconocía el problema de la despoblación en estos territorios, a la vez que incidía en las oportunidades de los mismos, y fijaba tanto un Plan de Acción Rural de la UE como un Pacto Rural con las acciones a desarrollar.
Con posterioridad, diferentes instituciones europeas se han pronunciado en esa línea. Primero tuvo lugar una resolución del Parlamento Europeo hace justamente un año, así como los dictámenes del Comité Europeo de las Regiones y del Comité Económico y Social Europeo.
A ello se han sumado otras resoluciones e informes como el de la Conferencia del Pacto Rural celebrada en Bruselas en junio de este año y el impulso del Grupo de Coordinación del Pacto Rural, al igual que la conferencia europea celebrada en Sigüenza (Guadalajara) el pasado mes de septiembre.
Las conclusiones del Consejo de la UE aprobadas ahora a través del informe que vio la luz el pasado 20 de noviembre insta a que un problema como este, con las múltiples dimensiones que tiene, tenga un planteamiento integrado que garantice por un lado que el mundo rural es escuchado en las instituciones, y que se mejore no solo la conectividad sino las competencias digitales en estos territorios, además de incidir en la importancia de que lleguen inversiones.
El relevo generacional, como vienen advirtiendo otros estudios e informes, es clave también, por lo que se insta a dar un mayor apoyo a los jóvenes en el territorio, de igual manera que se pide que la mujer tenga una mayor presencia como actor fundamental para el arraigo y la fijación de población.
Incide igualmente el documento del Consejo de la UE en el papel esencial que deben desarrollar las zonas rurales en la transición ecológica.
La juventud y las mujeres en el punto de atención de las políticas que deben impulsarse en el territorio
El documento de conclusiones sobre una visión rural a largo plazo elaborado por el Consejo de la Unión Europea vuelve a incidir, como así lo han hecho otros informes y resoluciones, en la importancia que la juventud y las mujeres tienen en el territorio y la necesidad de que haya políticas activas que impulsen a estos colectivos para la revitalización rural.
En el punto 18, el documento señala a este respecto la “especial importancia” del relevo generacional en las zonas rurales y en el sector agroalimentario. Invita para ello a los estados miembros a “apoyar activamente a los jóvenes ciudadanos rurales, entre otras cosas facilitando su acceso a la financiación y a la tierra, proporcionando empleo diverso y flexible y oportunidades de formación y educación”, además de involucrarlos “en el diseño de políticas y en los procesos locales de toma de decisiones”.
En cuanto al colectivo femenino, el documento de conclusiones señala que “las mujeres representan una fuerza impulsora importante para la prosperidad y la inclusión social en las zonas rurales”, pese a lo cual se enfrentan a desafíos adicionales y necesitan por ello “medidas de apoyo para integrarse mejor en el mercado laboral, aprovechar las oportunidades existentes y crear nuevas oportunidades de empleo e innovación”, así como su participación en la “toma de decisiones”. Valora por ello la inclusión de la igualdad de género en la nueva PAC.