El Cefca impulsa las vocaciones científicas con la formación de jóvenes investigadores
Dos graduados universitarios desarrollan proyectos en el centro de estudios de astrofísica de TeruelAdriana Nadal tiene solo 23 años y Pedro Hernández 24, y a pesar de su corta edad y de las dificultades que hoy día entraña en España emprender la carrera de investigador, están dispuestos a asumir el reto tras la experiencia que han vivido durante este verano en el Centro de Estudios de Física del Cosmos de Aragón (Cefca). Son los dos jóvenes universitarios recién graduados en Física que han gozado este año de las becas que esta institución científica turolense otorga para formar a jóvenes investigadores y animarlos a emprender esta carrera. Durante dos meses han desarrollado proyectos de investigación bajo la supervisión de tutores del Cefca, uno sobre el tratamiento de datos de las observaciones con los telescopios del Observatorio Astrofísico de Javalambre (OAJ) y otro sobre enanas blancas. Ambos coincidieron ayer en destacar que la experiencia les ha animado a seguir adelante.
Ser científico de carrera no es un camino de rosas en España. Alcanzar esa meta es larga y el recorrido muy sinuoso porque no siempre se llega a la meta ya que en el país sigue haciendo falta más apoyo a la ciencia y a quienes la hacen posible, los científicos. Por ese motivo, dentro de la actividad que desarrolla el Cefca está también el impulso a jóvenes investigadores a través de becas que les ayudan a una estancia de dos meses en Teruel para poder trabajar en sus instalaciones como un investigador más bajo la tutela de científicos del centro.
El director del Cefca, Javier Cenarro, explicó que se acoge a universitarios que están haciendo el máster o han acabado ya su formación en la Universidad y por tanto cuentan con una formación científica para poder desarrollar un trabajo de investigación.
El trabajo se propone desde el propio centro, se convocan las plazas y tras una selección los elegidos pasan dos meses en el Cefca desarrollándolo bajo la supervisión de tutores. Cuentan para ello con una ayuda de 750 euros mensuales y permite a los jóvenes universitarios tomar contacto con la realidad de la carrera de investigador.
“Dentro de nuestra labor como centro de investigación está también formar a futuros astrónomos en un sitio en el que cuentan con el conocimiento de los investigadores que estamos aquí y los medios de los que disponemos”, explicó Cenarro, que aseguró que es una forma de darles una “oportunidad”.
“Esperamos que con la experiencia salgan más ilusionados y más formados”, comentó Cenarro, quien precisó que a la vez, para el Cefca, supone plantear proyectos de investigación que “pueden ser útiles para avanzar en aspectos de nuestra ciencia cotidiana”. Son trabajos que se hacen con los datos obtenidos a través de los telescopios del OAJ y cuyo resultado se puede publicar en revistas científicas.
De hecho, tras la estancia de dos meses que han tenido Adriana y Pedro en Teruel, que finaliza hoy, van a seguir trabajando en sus proyectos para intentar sacar un paper, una publicación científica. Sus primeras conclusiones las presentaron a principios de esta semana a quienes han sido sus compañeros en el Cefca durante julio y agosto.
Ambos se muestran esperanzados en sacar adelante sus respectivas publicaciones científicos y aseguran que están ilusionados con el trabajo que han hecho y la posibilidad que han tenido de conocer también el funcionamiento del Observatorio de Javalambre. Adriana comenta que eso no es habitual, ya que lo frecuente es que el investigador no mantenga contacto con los observatorios desde los que se reciben los datos para su trabajo, mientras que ellos han podido conocer toda la cadena.
Pedro Hernández se graduó en Física en la Universidad de Murcia y ha hecho un máster en Astrofísica en la Universidad Complutense de Madrid. Su trabajo de investigación este verano, y para el que ha tenido de tutor al investigador del Cefca Mohammad Akhlaghi, ha consistido en estudiar los efectos que tiene la compresión de las imágenes que se toman en el observatorio para poder almacenarlas.
“No se ha estudiado que efecto tiene esta compresión en las imágenes, y es muy importante saberlo porque se puede perder información científica y habría que solucionarlo o pensar en usar otra estrategia”, explicó. Aunque sigue trabajando en ello y la investigación no está concluida, ha podido constatar que con los objetos más brillantes no hay problemas en principio, si bien en los menos brillantes se está viendo todavía si pudiera existir y cómo resolverlo.
Adriana Nadal se graduó en Física en la Universidad de Barcelona y en el mismo centro se ha sacado el máster de Astrofísica, Física de Partículas y Cosmología. Su trabajo, bajo la tutoría del científico del Cefca, Carlos López San Juan, se ha centrado en el estudio de las enanas blancas, que se forman cuando una estrella agota su combustible nuclear.
Datos inéditos del J-VAR
En concreto, la investigación ha permitido complementar un estudio que se hizo en el Cefca ampliándolo al rango del ultravioleta, mientras que en una segunda parte se ha estudiado la “variabilidad de las enanas blancas con los datos que se consiguen en el Observatorio de Javalambre”. Unos datos que presume que proceden del cartografiado J-VAR que se hace desde Javalambre y que ha sido la primera en poder utilizar porque todavía no se han hecho públicos. Sobre los resultados de su investigación afirmó que están por cerrar y que la intención es poder publicar un paper con lo obtenido.
Los dos coinciden en que ha sido una experiencia “muy positiva” porque les ha permitido aprender el uso de herramientas que podrán aplicar en futuros trabajos. En el caso de Pedro valora incluso que en estos meses haya podido colaborar con gente de Hong Kong.
Adriana aseguró que lo desarrollado durante este tiempo ha sido “muy positivo” en lo que es la parte científica, si bien ambos incidieron en el componente humano de la plantilla del Cefca al ser un centro de investigación pequeño en el que han podido establecer relaciones con todos sus miembros.
Los dos destacaron que aunque al hacer sus trabajos de fin de máster habían podido tener ya un contacto directo con lo que era la investigación científica, la experiencia en Teruel ha sido distinta porque han visto el día a día de cómo se trabaja en un centro de astrofísica.
Una experiencia que les ha animado a emprender la carrera de investigadores
Tras la experiencia de dos meses vivida en el Cefca, tanto Adriana Nadal como Pedro Hernández están animados a emprender la carrera de investigadores, y mientras ella va a comenzar ya su doctorado en cosmología, él está pendiente de hacerlo aunque tiene claro que lo hará en formación y evolución de galaxias.
“Estos dos meses en Teruel me han confirmado el camino que quería seguir”, afirmó Pedro, quien indicó que lo vivido le ha servido para “impulsar” su vocación científica. Y todo ello a pesar de lo difícil que resulta en España emprender una carrera como investigador, reconoce, puesto que las becas son escasas y los salarios regulares.
Adriana afirmó que este verano en el Cefca le ha permitido enfrentarse a la ciencia “sola por primera vez”, aunque con un tutor encima de ella. “Las sensaciones que he tenido me motivan a querer seguir en este carrera”, afirmó, ilusionada de poder sacar un paper con la investigación realizada durante el verano.
Aparte de su experiencia profesional y científica, ambos valoraron el “descubrimiento” que había supuesto para ellos conocer Teruel.