El Ayuntamiento de Teruel no renuncia a hacer pozos de sondeo a pesar de las lluvias
Se cumple un año de las restricciones por sequía que duraron seis mesesUn año después de que se aplicaran las primeras medidas restrictivas por la sequía en la ciudad de Teruel la situación no tiene nada que ver gracias a las lluvias primaverales y estivales pero el Ayuntamiento quiere ser previsor y no renuncia a realizar pozos de investigación y sondeo que permita hacer frente a otro episodio como el que se vivió entre octubre de 2017 y marzo de 2018.
El concejal de Medio Ambiente, Julio Esteban (PAR), recordó que con la colaboración del gabinete geológico de la Diputación de Teruel se realizó un estudio para ver la posibilidad de hacer pozos en la zona de la Fuente Cerrada y el puerto de Escandón, que ahora han pasado a los servicios municipales para ser informados.
Esteban destacó la importancia de poder captar agua si hiciera falta en esta zona, ya que actualmente el agua proviene del embalse del Arquillo y los Pozos de Caudé y si es necesario, como ocurrió hace unos meses, de los Pozos de San Blas. Todos ellos se nutren de aguas de la Sierra de Albarracín. Proyectar otro pozo en el Puerto de Escandón supondría captar agua de otra cuenca, por lo que si hay sequía en la Sierra de Albarracín no tiene por qué reproducirse en otra zona.
Esteban reconoció que con la llegada de las lluvias la situación ha cambiado aunque “hay que ir sin prisas pero sin pausas” y buscar alternativas para los actuales abastecimientos.
El embalse del Arquillo se encuentra actualmente en su máximo de capacidad, con 18,37 hectómetros cúbicos de agua embalsada de un total de 21, que por motivos de seguridad nunca se dejaría alcanzar. Esto supone un 85,7% cuando el año pasado en esta misma semana solo estaba al 19% y la media de la última década es de 63,33%.
A pesar de esta inmejorable situación, “no se va a parar”, afirmó el concejal y la intención es hacer tres pozos de investigación para poder hacer sondeos en el más idóneo.
Actualmente la ciudad se abastece en su mayoría del embalse del Arquillo y también de los Pozos de Caudé. Durante el verano también se ha utilizado agua de los Pozos de San Blas, un recurso al que se acude todos los veranos debido a que el volumen de agua que se consume es mayor. El año pasado por estas fechas, sin embargo, la Confederación Hidrográfica del Júcar estableció el nivel de prealerta para Teruel dentro del Plan de Emergencia y fue necesario reducir al 50% la aportación que se hacía desde el pantano de San Blas. Para el resto se utilizaron sus pozos, lo que suponía además un mayor gasto energético.
A principios de año además se probó durante un mes si la ciudad se podía abastecer solo mediante estos pozos por si la sequía se agravaba tanto que no se podía utilizar agua del Arquillo. Pero después de 21 meses de descenso continuado a partir de marzo regresaron las lluvias y con ellas cesaron las alarmas. El 17 de abril la CHJ, en su comisión de desembalse, tomó la decisión de volver a la normalidad y permitir que el agua de la ciudad procediera prácticamente en su totalidad del Arquillo.
Atrás quedaron entonces las restricciones tomadas por el comité de la sequía, cuya primera reunión tuvo lugar el 25 de octubre en el Ayuntamiento. Se permitió de nuevo que de todas las fuentes públicas de la ciudad manara agua -solo se había salvado la del Torico- y se volvió a poder realizar el baldeo en las calles de Teruel y el riego de parques y jardines.