El asociacionismo vecinal y cultural lanza una campaña de micromecenazgo

Ayúdanos a ayudar. Con ese lema, la Federación de Asociaciones Vecinales y Culturales (FAVC)  San Fernando de Teruel ha iniciado una campaña de micromecenazgo, para apostar por la cultura y la colaboración en cualquier lugar de la provincia, por pequeño que sea.

La Federación viene desarrollando una intensa labor de promoción del asociacionismo, de la participación ciudadana y del voluntariado social, desde el programa Acompañando-Teruel, en beneficio de las personas que atraviesan situaciones de aislamiento y soledad no deseada, a los festivales La plaza suena y Mi pueblo lee, que han llevado la música, la poesía y la literatura al corazón de los pueblos más pequeños, durante los meses de septiembre y octubre. Estos proyectos se han llevado a cabo gracias a la colaboración de otras asociaciones, de los Ayuntamientos y de las subvenciones, en estos últimos programas del Fondo de Cohesión Territorial, que gestiona la Dirección General de Ordenación del Territorio, del Gobierno de Aragón.

Pero no es suficiente. La Federación no siempre dispone de los recursos económicos para sufragar de forma adecuada estas actuaciones, que en sus primeras ediciones se han desarrollado con gran éxito. Por eso, piden una ayuda en forma de donativo, tanto a los particulares como a las empresas, dentro de la política de la Responsabilidad Social Corporativa. Unos y otros pueden beneficiarse de desgravación fiscal.

La Federación aglutina a 18 asociaciones vecinales del municipio de Teruel y a 34 en la provincia. Si alguien se pregunta por qué donar a la Federación, solo hay que echar un vistazo a los programas culturales que ha desarrollado a finales de verano y que se han extendido por 16 localidades, la más pequeña Armillas, de siete habitantes censados, y cuyo acto fue seguido por 70 personas. “Nuestras acciones son por y para la ciudadanía”, asegura el presidente de la Federación, Pepe Polo.

Y tienen una gran repercusión tanto entre los propios vecinos de las localidades a las que acuden con estos programas, que ven como positivos estos eventos y les sube la autoestima, como por su proyección exterior, a través de los medios de comunicación y de las redes sociales.

Apuesta

“Quien apuesta por la cultura deber apostar por ella en todos los lugares”, aseguraba el escritor Lorenzo Silva, que participó en la primera edición de Siete grandes para siete pequeños, como se llamó la primera edición de Mi pueblo lee, proyecto realizado en colaboración con la asociación Apadrina Un Olivo, de Oliete. Y así lo tuiteó, dando a conocer el nombre del pueblo de San Agustín a sus seguidores.

Hay mucho de colaboración ciudadana y de relación entre distintas asociaciones en estos programas, pero es necesario contar con liquidez para poder dar un paso más allá. El periplo de siete conocidos escritores por siete pueblos turolenses va a ser objeto de un documental que está rodando el director Patxi Uriz. Se rodó durante los fines de semana que estuvieron en la provincia, pero ahora es necesario completar este trabajo con la grabación de exteriores en diferentes épocas del año y captar, por ejemplo, el vareo de los olivos de Oliete.

El documental se presentará luego a diferentes festivales cinematográficos dando a conocer la vida en los pequeños municipios turolenses al exterior. En este caso, de Oliete, Huesa del Común, Libros, Lechago, Mas Blanco (San Agustín), Guadalaviar y El Castellar, por donde se desarrolló la primera edición de Mi pueblo lee en la provincia y por donde pasaron Cristina Fallarás, Víctor Árbol, Javier Sierra, Espido Freire, Lorenzo Silva, Marta Robles y Alejandro Palomas.

La II edición de La plaza suena llegó en esta ocasión a nueve localidades: Armillas, Villaspesa, Bueña, Perales, Camarillas, Jabaloyas, Cabra de Mora y Tramacastiel y se realizó también en septiembre y octubre, para poder optar a los fondos de cohesión. Covi Galeote y Manuel Izquierdo llevaron el espectáculo Una de cal y otra de arena a plazas donde llegó a haber más público que habitantes censados, como Armillas o Bueña.

Las ediciones de los dos programas han suscitado el interés de estos y de otros municipios por participar en próximos años, pero para que la rueda no pare es necesario un empujón económico.