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El Arquillo está al 65,8 por ciento de capacidad, el nivel más bajo al comenzar diciembre de los últimos seis años El Arquillo está al 65,8 por ciento de capacidad, el nivel más bajo al comenzar diciembre de los últimos seis años
Imagen del embalse del Arquillo a comienzos del mes de diciembre

El Arquillo está al 65,8 por ciento de capacidad, el nivel más bajo al comenzar diciembre de los últimos seis años

El embalse de San Blas está veinte puntos por encima de la reserva hídrica española y la del Júcar
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El embalse del Arquillo de San Blas, dependiente de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ), se encuentra a un 65,8% de su capacidad al comenzar diciembre y enfoca a ese nivel el fin de año. Es un porcentaje que está muy por encima de las reservas que arroja el conjunto de las cuencas hídricas españolas y en particular la del Júcar, que están veinte puntos por debajo de la presa turolense.

La presa de la pedanía de San Blas almacenaba en la noche del martes 13,82 hectómetros cúbicos de agua, lo que representa un 65,8% de la capacidad de almacenamiento que tiene este embalse. Ese nivel está 4,5 puntos por debajo de lo que lo estaba hace un año en estas mismas fechas, cuando la presa tenía almacenados 14,77 hectómetros cúbicos y estaba al 70,3% de su capacidad.

Aunque es el nivel más bajo de los últimos seis años al comenzar el mes de diciembre, se mantiene por encima del resto de embalses de la cuenca del Júcar, a la que pertenece. Ha ganado algo de agua con respecto a principios de noviembre, aunque muy poca, cuando tenía almacenados 13,79 hectómetros cúbicos.

Desde la gran sequía de 2017, este es el nivel más bajo que ha registrado el Arquillo al comenzar diciembre. En aquel año, el embalse llegó a situarse a tan solo el 16,16% de su capacidad, puesto que almacenaba únicamente 3,40 hectómetros cúbicos, cuando el volumen total que puede almacenar es de 21, tras meses sucesivos de descensos al no producirse precipitaciones.

Enero y febrero

En los meses de enero y febrero siguió bajando el nivel, aunque con la llegada de la primavera lo hicieron las lluvias y al ser una presa de laminado se llenó en poco tiempo. Desde entonces, el Arquillo no había estado tan bajo en el mes de diciembre, ya que en 2018 llegó a estar en ese periodo del año al 83% y el ejercicio siguiente al 80,28%. En 2020 volvió a situarse en el 83,14% y en diciembre de 2021 al 82,7%. En cambio, el año pasado al comenzar diciembre estaba ya por debajo de esos niveles y registraba un almacenamiento del 70,3%.

Aunque el nivel está mejor que en la mayoría de los embalses españoles, el presidente de la Confederación Hidrográfica del Júcar, Miguel Polo, en una entrevista publicada a principios de esta semana por este periódico, ya advertía que la falta de lluvias era preocupante.

En este sentido Polo comentaba que si bien estábamos en un periodo de sequía prolongada, “eso no se traduce en una situación de escasez, precisamente  porque tenemos sistemas de regulación, embalses o acuíferos que permiten tener agua de otros periodos anteriores y eso es lo que importa a efectos de los usuarios”.

El máximo responsable de la CHJ sí reconocía que “la verdad es que ya empieza a ser un poco preocupante porque estamos a comienzos de diciembre y en general no ha llovido nada en toda la demarcación hidrográfica del Júcar”.

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