El Arquillo, al 80,4% de su capacidad, atrae a numerosos visitantes de fuera de Teruel

La presa del Arquillo en la pedanía turolense de San Blas está al 80,4% de su capacidad al iniciar el mes de agosto y vuelve a ser un foco de atracción turística en esta época del año, puesto que la mayoría de los visitantes que recibe en estas semanas son de fuera de Teruel y se encuentran de vacaciones. El encargado del bar y el alquiler de barcas que hay en el embalse, Jesús García, asegura que esa es la tónica habitual en agosto, como se podía ver en una jornada en la que los termómetros superaron los 37º de temperatura, un calor que en el Arquillo se vio mitigado tanto por los chapuzones en el agua como por el viento que corría.

Entre quienes disfrutaban de la fresca a la sombra de los árboles y navegando por la presa en los patinetes y otro tipo de embarcaciones que se alquilan, la opinión que es el Arquillo es económico para pasar un día porque los precios están por debajo que en otros lugares, además de no estar masificado y tratarse de un entorno agradable.

El nivel del agua embalsada en esta presa, dependiente de la Confederación Hidrográfica del Júcar, está ligeramente por encima de la que tenía hace un año. En la tarde del miércoles registraba 16,88 Hm3 de agua, lo que supone que se encuentra a un 80,4% de su capacidad, cuando a principios de agosto de 2022 tenía embalsados 16,59 Hm3 y estaba al 79% de su capacidad de almacenado.

Es una buena reserva hídrica aunque es la más baja desde 2018, después de que el embalse se recuperase de la sequía extrema que había sufrido el año anterior y que diezmó el agua embalsada en el mes de agosto hasta dejarlo a menos del 30% de su capacidad. En agosto de 2018 aumentó ya hasta el 91%, y se mantuvo en porcentajes del 88%, el 94,5% y el 87,1% en los ejercicios posteriores, hasta que el año pasado arrancó ese mes al 79%, algo más de un punto por debajo de su estado actual.

La reserva hídrica en el conjunto de país se encuentra actualmente al 42,2%, según los datos facilitados por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco). Por cuencas, la del Júcar, a la que pertenece el embalse del Arquillo, está al 52,9%. La presa de la pedanía turolense de San Blas está por ello más de 27 puntos porcentuales por encima de la media de la cuenca del Júcar.

Además de la regulación hídrica que supone el Arquillo, tanto para los cultivos como para el abastecimiento de agua, la presa se ha convertido en un importante reclamo turístico para gente de otras provincias que acude de propio al embalse para bañarse, según pusieron de manifiesto algunos de los veraneantes que pasaban la jornada allí.

Así lo constató el encargado del bar que hay en el Arquillo, en el que se alquilan también patinetes y otro tipo de embarcaciones para poder disfrutar del agua. Jesús García explicó que la dinámica está siendo la de todos los años, de manera que en junio son los turolenses los que acuden de forma mayoritaria al pantano, mientras que en julio lo hacen tanto turistas como gente de Teruel, y en agosto la inmensa mayoría son veraneantes de fuera, como es el caso de Vicente, un vecino de Denia (Alicante) que desde hace diez años visita el Arquillo y se queda un par de días en la zona en su ruta veraniega hacia el norte del país.

Lugar más barato

El encargado de las barcas explicó que junio fue un mal mes por las tormentas y que en julio se ha recuperado gracias al sol, pero que ha notado el mes más tranquilo, a su juicio porque “hay menos dinero” del que se movió durante la pandemia. Todo ello a pesar de asegurar que los precios del Arquillo son “hasta tres veces más baratos que en la mayoría de los chiringuitos de las playas”, opinión que compartieron algunos de los veraneantes con los que habló este periódico.

García apeló a “cuidar” este sitio natural tan próximo a la capital, que además cuenta con el paseo fluvial del Guadalaviar hasta San Blas y en el que se pueden hacer varias vías ferratas. Consideró que este tipo de lugares no masificados en la España interior son un atractivo que hay que conservar.

Olga y Manuel, con su hijo Alex de 14 años, disfrutaban de los patinetes y la fresca tras haber viajado de propio desde un pueblo de Cuenca para pasar el día. Son de Barcelona y en Boniches, donde pasan el verano, unos amigos les hablaron del Arquillo. Olga destacó la limpieza del sitio, la calidad del agua y que no estuviese masificado, además de unos precios “razonables que no se pasan” y el “encanto” del lugar.

Isabel Ris, de Valencia, también pasaba el día en el Arquillo con su familia, a pesar de proceder de un lugar con playas. El problema es que no hay servicios, señaló, pero en cambio valoró la tranquilidad del sitio.

María Irma Patiño, de Cali (Colombia), acudió también al Arquillo con su familia a pasar el día. Sus familiares viven en Teruel y les recomendaron el lugar. Aseguró sentirse “maravillada” de que hubiera tan cerca de la ciudad un sitio “tan tranquilo” y con la calidad del agua al estar tan limpia.

Daniel Ortiz, su nieto, que también está pasando unos días de vacaciones, comentó que estaba todo “muy chévere”, y que cuando le habló su primo del lugar no imaginó que pudiera estar tan bien por la “facilidad de llegar y que no esté masificado”.

Entre los pocos turolenses que a mediodía del miércoles disfrutaban del Arquillo estaban Antonio y Corina, que comentaron que habían subido a dar una vuelta y a tomarse unas cervezas con el “fresquito” que hay allí. Corina aseguró que era un “lujazo” para los turolenses poder contar con un sitio así, que mucha gente de fuera ha descubierto porque se lo han comentado otras personas y acuden de propio. Antonio valoró que el lugar es un sitio “muy agradable” para pasar el día y disfrutar del agua.

El chiringuito y los patinetes estarán hasta las primeras semanas de septiembre si acompaña el tiempo, según indicó el encargado de los mismos, que aseguró que además de los fines de semana, de martes a jueves son los días con más afluencia de gente.