Dos informes periciales sobre el móvil de Iranzo cuestionan la versión de los agentes que le acompañaron antes del triple crimen
Sostienen que no pudo estar donde afirmaron los guardias civilesLas localizaciones de posición GPS y de conexión a las torretas de telefonía del móvil de José Luis Iranzo cuestionan lo manifestado por los guardias civiles a los que acompañó el ganadero la tarde del 14 de diciembre de 2017 antes de ser asesinado por Igor El Ruso. Dos informes periciales del teléfono del fallecido indican que este no pudo estar en algunos de los lugares que los agentes sostienen que sí estuvo con ellos, y arrojan nuevas incógnitas sobre el operativo de seguridad previo al triple crimen que acabó con la vida del ganadero y de los guardias civiles Víctor Romero y Víctor Jesús Caballero aquel fatídico día.
Los dos informes periciales establecen las posiciones del móvil de Iranzo a partir de las estaciones base (BTS) con las que se conecta el teléfono para tener cobertura según su posición, y a través de las trazas GPS dejadas por las aplicaciones app y que permiten establecer también el recorrido que se ha hecho con el terminal telefónico.
Los mismos se realizaron en los años 2018 y 2019 pero no trascendieron a la opinión pública. Este periódico ha tenido acceso ahora a ellos y podrían ser determinantes para el procedimiento de reclamación patrimonial del Estado, pendiente de que haya sentencia firme por el triple asesinato, y que la legislación contempla para aquellos casos en los que haya habido un funcionamiento anormal de los servicios públicos, en este caso de la seguridad ciudadana por cómo se gestionó esta situación entre los nueves días que mediaron entre el tiroteo de Albalate y el triple crimen de Andorra.
Ambos informes, realizados por peritos diferentes y contrastados además con una simulación con otro móvil para comprobar el posicionamiento del GPS en el trayecto, coinciden en que es “totalmente imposible” que el ganadero hiciera el recorrido que los guardias civiles aseguran que hizo.
Estos peritajes no llegaron a verse en el juicio contra Igor El Ruso por el triple crimen celebrado en abril, ya que la causa era por los delitos de sangre y no por la forma como se llevó a cabo el operativo de seguridad desde que nueve días antes se hubiese producido el tiroteo de Albalate del Arzobispo, en el que resultaron heridas dos personas a manos del mismo delincuente.
Aun así, el abogado de la familia Iranzo, Enrique Trebolle, intentó profundizar durante su interrogatorio en cómo se habían desarrollado las horas previas al triple crimen cuando el ganadero acompañó a la Guardia Civil en un reconocimiento del terreno en la zona de las cuevas de Valdoria.
Los agentes intentaban dar con el delincuente que estaba cometiendo robos en la zona, y que en ese momento ya se contemplaba que pudiera ser el mismo que el del tiroteo de Albalate. El letrado no pudo incidir en la vista sobre esta cuestión ni profundizar en las carencias y omisiones del operativo de búsqueda porque el presidente del Tribunal del Jurado, el magistrado Fermín Hernández, le llamó varias veces la atención y le urgió a que se centrara en lo que se estaba juzgando.
Aquella tarde del 14 de diciembre de 2017, la Guardia Civil pidió a Iranzo que les acompañara como buen conocedor de la zona, puesto que estaba cerca de su mas, porque querían hacer un reconocimiento del paraje conocido como las Cuevas de Valdoria.
El dispositivo estaba formado por el entonces capitán jefe de la Compañía de Alcañiz, el alférez de la misma, dos agentes del puesto de Andorra y dos miembros del equipo ROCA también de Alcañiz, Caballero y Romero, que fueron los que aquella tarde fueron asesinados por Igor El Ruso tras haber matado previamente a Iranzo.
Reconocimiento del terreno
Los seis agentes llevaban chalecos antibala, no así el ganadero, que según las declaraciones de los cuatro guardias civiles que relataron después cómo se había desarrollado el reconocimiento del terreno, les condujo al lugar conocido como Matapuerco, en el que dejaron los tres vehículos: Iranzo conducía el suyo y los agentes iban repartidos en otros dos del instituto armado aunque sin distintivos policiales.
Desde allí todos iniciaron el descenso por un barranco y los cuatro agentes coincidieron en declarar, tanto durante la instrucción como en el juicio, que al llegar a la senda que conducía a las cuevas de Valdoria, el capitán dijo a Iranzo que había finalizado su actuación y que regresase al sitio donde habían estacionado los vehículos con los dos agentes ROCA para reencontrarse después en otro punto de recogida.
Al punto de recogida que señalaron los agentes se llega, desde la zona de Matapuerco donde estaban estacionados los vehículos, volviendo a salir a la carretera A-223 para continuar por ella en dirección a Albalate del Arzobispo hasta el punto kilométrico 24.500, desde donde se toma un desvío a la izquierda por la ruta senderista hasta una explanada que era el supuesto punto de encuentro para la recogida.
Lo que revelan los informes periciales es que los datos de localización del móvil de Iranzo no indican que hubiese estado a esas horas en ese sitio a partir de los registros de las torres de comunicación con las que su teléfono se estuvo conectando aquella tarde.
Los peritos de los dos informes realizados a iniciativa de la representación legal de la familia Iranzo, concluyen que en todo el supuesto trayecto que hizo Iranzo con los guardias civiles su móvil debería haberse conectado a cuatro torres BTS de telefonía móvil, pero solo lo hizo con dos.
Su móvil no captó las señales BTS en la bajada del barranco y tampoco en la zona de la explanada del estacionamiento donde los guardias dicen que habían quedado como punto de recogida. Uno de los informes realizados en junio de 2018 indica que es “totalmente imposible” que Iranzo “realizara el trayecto” hasta ese punto de recogida porque no hay en el móvil conexiones a las torres de comunicación BTS que dan cobertura a esa zona.
En febrero de 2019 se realizó otro peritaje con dos peritos informáticos para ver las trazas GPS dejadas por el móvil de Iranzo que habían quedado almacenadas en su teléfono el día 14 de diciembre de 2017. Además, al mes siguiente se hizo otra prueba para comprobar los datos de posicionamiento GPS con otro móvil de la misma marca y modelo, que corroboraron los resultados iniciales.
El informe certifica que “difícilmente pudo hacer” el trayecto para ir al punto de recogida que dicen los agentes, “dado que encontraríamos puntos de localización GPS de su terminal” la tarde de ese día, lo que no ocurre. Además, constata que el móvil fue portado por Iranzo en todo momento porque aparecen mensajes cruzados a través de la aplicación whatsapp.
Además, a las 17:52:28 horas el terminal de teléfono sitúa a Iranzo en la zona de Matapuerco, cuando los guardias civiles aseguran que se despidieron en el otro punto de recogida sobre las 18 horas, y es imposible desplazarse en coche de uno a otro sitio tan rápido.
La representación legal de la familia Iranzo siempre ha considerado que no haber acompañado al ganadero hasta el Mas del Saso para prestarle seguridad fue temerario. A ello se suma ahora que lo declarado por los guardias civiles se contradiga con los datos de localización del móvil de Iranzo, lo que arroja una nueva incógnita. Este periódico contactó ayer con Trebolle pero no se pronunció al respecto.
Una incógnita que arroja más dudas sobre cómo funcionó el operativo
La contradicción entre lo que dicen los agentes de la Guardia Civil que esa tarde estuvieron con Iranzo, y los datos de localización que aporta el móvil del ganadero asesinado arrojan una incógnita más que se suma a las existentes sobre cómo funcionó el operativo de seguridad desde que se produjo el tiroteo de Albalate nueve días antes del triple asesinato. Desde que se cometió el crimen la sociedad ha exigido saber toda la verdad y por qué no se activaron las alarmas desde el mismo 5 de diciembre de 2017.
En el juicio celebrado en abril, las acusaciones incidieron también en sus intervenciones en el operativo de seguridad que se desplegó, por considerarlo insuficiente cuando había indicios, como el uso de munición italiana no utilizada en España en el tiroteo de Albalate o que se hubiese estado buscando en el país a Igor El Ruso.
Ahora se suma la incógnita de los datos de localización del móvil de Iranzo. Durante el juicio contra Igor El Ruso, el capitán de Alcañiz manifestó que era “totalmente falso” que se hubiesen despedido del ganadero en la zona del Matapuerco, como le insinuó el abogado de la familia. Entonces no había trascendido la existencia de los peritajes con la geolocalización del móvil. A qué se debe esa contradicción es otra respuesta que se suma a las muchas que se vienen planteando desde 2017.
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