Dos fuentes ornamentales de Teruel serán recuperadas para su uso por la ciudadanía

Dos históricas fuentes ornamentales de la capital turolense serán recuperadas este próximo año para el disfrute de turolenses y visitantes. Situadas junto a dos importantes templos de la capital, la catedral y la iglesia de los Franciscanos, la fuente de la casa del deán y la de los doce chorros van a ser intervenidas tanto por dentro como por fuera, ya que al deterioro patente de su aspecto exterior, se suma los daños internos provocados en la acometida y conducciones. Estas actuaciones son las primeras del convenio firmado el pasado mes de octubre entre el presidente de la Fundación Santa María de Albarracín, José Ángel Biel, y la alcaldesa de Teruel, Emma Buj,  para la restauración del patrimonio histórico artístico de la capital turolense.

Antonio Jiménez, gerente de la Fundación Santa María de Albarracín, indicó que en estas fuentes “lo que no se ve es tan importante o más que lo que se ve”. Según indicó, la fuente del Deán “tiene serios problemas en la cometida del agua”, lo que han afectado a la propia casa en cuyo interior se observó encharcamiento de agua.

Desde el pasado mes de octubre la fuente ha estado cerrada y se ha podido comprobar que el problema ha dejado de existir, porque el agua se ha secado, pero los problemas de humedad han afectado a los muros del edificio. Estas afecciones “hay que resolverlas”, comentó Jiménez, que explicó que se supo de ellas con motivo de los trabajos de restauración de la torre de la Catedral.

En estos últimos meses se ha trabajado en colaboración con el Departamento de Infraestructuras del Ayuntamiento de Teruel para “tomar el pulso a las fuentes” y ver cuáles eran los problemas que les afectaban no solo en su apariencia sino también en su interior.

Restauración

“Tenemos que empezar por ahí, por resolver lo que no se ve antes de pasar a la mano fina de la restauración”, comentó y reconoció que estos problemas internos de las fuentes han surgido después de redactar el proyecto de restauración. “Son problemas colaterales serios que hay que acometer en primer lugar”, afirmó.

Si en la fuente del Deán es un problema en la acometida, en el caso de la fuente de San Francisco, llama la atención la presión que sobre el monumento ejerce el muro sobre el que descansa la avenida Zaragoza, donde habrá que intervenir y excavar para comprobar el estado de la acometida que se sitúa debajo.
 

Esta fuente está afectada no solo por la presión de la carretera sino también por los diferentes niveles que ha ido alcanzando la plaza, lo que ha hecho que la altura de la fuente haya descendido y si nuestros antepasados cogían agua con facilidad, ahora hay que agacharse hasta el nivel de la pileta. Son bienes de primer orden que acaban “asfixiadas” por las intervenciones que a lo largo del tiempo se hacen a su alrededor, comentó Jiménez.

Y aquí habrá que levantar la parte de detrás de la fuente para ver los problemas internos y tratar de darles una solución. Los habrá porque las concentraciones de sales afloran al exterior por las filtraciones de humedad.

Los trabajos comenzarán en primavera porque, aunque ya se cuenta con los permisos para intervenir en las fuentes, los productos químicos son incompatibles con las temperaturas bajas y la intención de los responsables del Centro de Restauración de la Fundación Santa María de Albarracín es empezar en el mes de marzo, primero con las excavaciones y luego habrá que acometer la restauración de los exteriores.

Fundación Santa María

La Fundación Santa María de Albarracín ha hecho una primera valoración de estas intervenciones, que ascienden a 29.906 euros en el caso de la fuente de los Doce Chorros  y a 10.415 en la de la Casa del Deán pero ahora hará falta sumar los trabajos interiores en la acometida y canalización del agua.

Paralelamente, está en redacción el proyecto de la escalinata, donde también hay “un serio problema de humedades”, sobre todo en la zona más próxima a la sede territorial de la DGA.

Es muy complicado saber de dónde vienen esas humedades pero se va tratar de averiguar para intentar encontrar una solución o al menos mitigar los efectos. Por ello, a primeros de años bajar a las galerías intermedias del cuerpo de ascensores para estudiar sobre el terreno el problema.

La Fundación Santa María de Albarracín cuenta entre sus patronos con la Fundación Térvalis, que ha posibilitado que se firme este convenio para actuar en el patrimonio de Teruel.