Doce años de prisión por un delito de agresión sexual a una menor de 14
El procesado forzó a la víctima con violencia en una fiesta de los QuintosLa Audiencia Provincial de Teruel ha condenado a un joven a una pena de 12 años de prisión por un delito de agresión sexual a una menor que tenía 14 años en ese momento. Los hechos ocurrieron hace dos años, a principios de diciembre de 2022 durante la celebración de la fiesta de los Quintos en Alcorisa. El procesado, que tiene 23 años en la actualidad, forzó a la víctima con violencia en un paraje aislado tras abordarla de manera coercitiva cuando esta había salido del pabellón para orinar.
El fallo del tribunal impone también al acusado la libertad vigilada durante seis años una vez cumpla la pena privativa de libertad, y a no comunicarse ni acercarse a la víctima durante veinte años. También le condena a pagar las costas del juicio, a no ejercer ninguna actividad con menores durante 17 años, indemnizar al Salud por los costes de asistencia a la víctima, y a esta con 15.000 euros por los daños morales y perjuicios. La sentencia constata las graves afectaciones psicológicas sufridas.
La persona condenada es Amine G., según informó el Tribunal Superior de Justicia de Aragón, que está en prisión preventiva desde que ocurrió la agresión sexual, tras ser detenido por la Guardia Civil, ante la gravedad de los hechos y el riesgo de fuga por ser extranjero aunque en situación regular.
Agresor y víctima no se conocían previamente porque él no residía en el pueblo y acababa de llegar. La sentencia da por probado que el procesado la agredió sexualmente “aprovechando que la menor se encontraba sola y en un paraje aislado, para abordarla de manera coercitiva primero y luego abiertamente violenta, sujetándola del cuello, empujándola contra la pared y abriendo sus piernas”. Para demostrarlo, el fallo del tribunal se apoya en la declaración de la víctima, los testigos que vieron cómo la estaba forzando y las pruebas de laboratorio, que son contundentes puesto que los restos orgánicos hallados en las prendas íntimas de la menor y en sus vaqueros son compatibles con los del agresor. A eso se suman las múltiples lesiones que presentaba ella cuando fue atendida en el Hospital de Alcañiz nada más cometerse el delito. Lesiones consistentes en diversos hematomas en los muslos, próximos a la zona genital y “compatible con intento de apertura” de las piernas, así como en glúteo izquierdo y en la zona del antebrazo izquierdo, codo, parte posterior de la cabeza y cuello, que el informe forense atribuye a un forcejeo ante la negativa de la víctima tal como declaró esta.
El acusado negó en cambio que hubiese pasado nada de eso, dijo que no habían mantenido relaciones sexuales, que solo se habían besado y que la acompañó a orinar porque se lo pidió ella. Sobre la forma como los encontraron, después de que la víctima pidiera ayuda y acudiese su hermana y una amiga, dijo que estaba muy borracho y que la menor le había pedido que le ayudara a subir el pantalón.
Frente a esta declaración, el tribunal de la Audiencia es contundente al incidir en que el relato de la menor es “congruente, persistente y fiable”, sumado al de los testigos, mientras que lo manifestado por el procesado era “incongruente”, además de ser incompatible “con los hallazgos biológicos plasmados en el informe pericial, de donde se desprende la presencia de fluido seminal” en la ropa de la víctima, así como “distintas lesiones” en su cuerpo.