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DIARIO DE TERUEL regala el lunes el especial de la revista ‘Turolenses’ de la Batalla de Teruel DIARIO DE TERUEL regala el lunes el especial de la revista ‘Turolenses’ de la Batalla de Teruel
Entrada del ejército republicano en Teruel, durante diciembre de 1937

DIARIO DE TERUEL regala el lunes el especial de la revista ‘Turolenses’ de la Batalla de Teruel

El IET publicó la revista con abundante información y reportajes sobre la contienda
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DIARIO DE TERUEL distribuirá gratuitamente con el periódico del lunes 22 de febrero el número especial de la revista Turolenses, editada por el Instituto de Estudios Turolenses, dedicada a la Batalla de Teruel. Se trata de la primera entrega gratuita de una serie que tendrá lugar los lunes, hasta el 7 de julio, en las que este rotativo distribuirá 16 de las publicaciones del IET relativas a la difusión del patrimonio material e histórico de la provincia de Teruel, en concreto dos números de la revista Turolenses y catorce de las Cartillas Turolenses.

La publicación que inaugura la serie es el número especial que la revista Turolenses dedicado a la Batalla de Teruel, precisamente el mismo día, 22 de febrero, que finalizó la contienda hace 83 años.  

Es el número once de la revista editada por el IET, que salió a la calle en mayo del 2018 con motivo de la conmemoración del 80 aniversario de la Batalla de Teruel. Se trata de un excepcional número especial de 64 páginas dedicadas en exclusiva a analizar diferentes aspectos del episodio bélico de la Guerra Civil, uno de los decisivos en la contienda por varias razones –entre ellos que ralentizó la ofensiva contra Madrid, que supuso uno de los mayores éxitos, aunque efímero, de las tropas republicanas, y también que marcó un punto de inflexión a partir del cual el signo de la guerra civil fue decantándose cada vez más a favor de los sublevados–, además de una adenda con abundante material fotográfico, parte del cual permanecía inédito en fondos de la Biblioteca Nacional de España, de particulares o de fotoperiodistas como Agustí Centelles o Luis Vidal Corella. 

Participan en la revista autores como Alfonso Casas, Antonio Castellote, Luis del Romero, Ernesto Utrillas, Fernando Burillo, Toni Losantos, José María Maldonado, Assumpta Castillo, Javier Alquézar, Irene Murillo, Santiago Arizmendiarreta, Magí Crusells o Joan Santacana Mestre.

Dossier sobre la batalla

El grueso de la revista está formado por un dossier en el que diferentes especialistas abordan la Batalla de Teruel desde el ámbito histórico. En él, Alfonso Casas recuerda que este episodio “llevó hasta todos los puntos del planeta el nombre de esta ciudad y los territorios que la rodean. Ningún otro acontecimiento en estas tierras ha alcanzado las dimensiones y la trascendencia que supusieron aquellos dramáticos hechos”. 

Durante dos heladores meses, entre diciembre de 1937 y febrero de 1938, los dos ejércitos desplegaron un potencial bélico hasta entonces inédito para disputarse una ciudad con escaso valor estratégico. Las tropas se batieron en campo abierto pero también en el interior de la ciudad, casa por casa, lo que provocó una cantidad de bajas y de penurias entre la población civil dramáticas. Estos factores, entre otros, provocaron que la prensa de las futuras potencias aliadas y las del eje pusieran su mira en Teruel, como un pequeño laboratorio de la crisis bélica que poco después azotaría toda Europa. 

El 15 de diciembre de 1937 tres Cuerpos de Ejército de la República, unos 80.000 hombres, se ponen en marcha en una ofensiva hacia Teruel cuyo objetivo era posponer el inminente ataque franquista sobre Madrid.

Los 7.000 combatientes defensores, a las órdenes de d’Harcourt, van retrocediendo para hacerse fuertes en el núcleo urbano. El 19 de diciembre los primeros soldados fieles a la República entran en el Arrabal de la ciudad.

La defensa se hace fuerte en la Comandancia Militar, en la plaza San Juan, y también en el Seminario, último bastión que terminará por caer. 

Franco renuncia al ataque sobre Madrid y envía dos Cuerpos de Ejército para romper el cerco sobre Teruel. El 31 de diciembre el que dirige el General Varela ya tiene el Seminario, que sigue resistiendo, a la vista. 

 En Teruel se dan dos cercos simultáneos; el primero republicano, en torno a dos focos de resistencia lleno de civiles heridos que resiste a duras penas, y el segundo, el de las tropas de Franco que por razones que todavía levantan polémicas históricas no se decide a atacar. El 31 de diciembre las fuerzas republicanas abandonan durante algunas horas sus posiciones presas del pánico, pero ante la pasividad franquista recuperan poco después la situación, con la ciudad paralizada por una fuerte nevada. 

El 7 de diciembre Rey d’Harcourt rinde la plaza y el 8 cesan los últimos focos de resistencia en el Seminario y el Convento de Santa Clara. Se inicia una ambiciosa evacuación de civiles hacia Valencia, mientras la prensa internacional se hace eco de la victoria antifascista en todo el mundo. 

El 17 de enero, tras intenso fuego de bombardeo, cuatro divisiones franquistas se lanzan al asalto de las líneas republicanas en el Alto de las Celadas y el Muletón. A finales de este mes Teruel está seriamente comprometida, y la República intenta cortar las líneas de suministro recuperando Singra y los Altos de las Celadas. Las dos operaciones fracasan y diezman las tropas republicanas. 

El 5 de febrero Franco lanza la breve ofensiva conocida como la Batalla del Alfambra, en la que los defensores son rodeados en Sierra Palomera. Aranda continúa su avance cruzando el río Alfambra el día 17 y uniéndose a las del general Varela. La 46 División que defiende el Teruel republicano ha quedado aislada y el 22 de febrero de 1938 las unidades franquistas entran definitivamente en la ciudad. 

Los 70 días de batalla dejaron Teruel prácticamente arrasada, con el 95% de sus edificios afectados, 60.000 bajas en ambos ejércitos y un Ejército Popular cuyo declive quedaría de manifiesto pocos meses después, a partir de la Batalla del Ebro. 

Diferentes ámbitos 

La revista Turolenses además analiza el papel que jugaron los reporteros internacionales en la contienda, se entrevista a Matilde Esteban, que con 17 años tuvo que enfrentarse a la guerra, y todavía recuerda hechos, sensaciones y experiencias de las que no aparecen en los libros de historia.  

La revista también ofrece un artículo sobre los grafitis que dejaron los voluntarios de la Brigada Lincoln en las estaciones ferroviarias de la línea nonata Teruel-Alcañiz, así como la intervención de estas tropas, que se denominaron Brigadas Internacionales, en la Batalla de Teruel llegadas desde el Bajo Aragón. 

La revista hace una referencia al proyecto artístico Caminantes del Regreso, de Lucía Villarroya, sobre la memoria histórica inspirado en su propia familia, su padre y su madre, que con menos de tres años fueron evacuados de Teruel tras el éxito del asedio republicano, y a temas varios de interés siempre con la Guerra Civil en el centro, como el centro expositivo del Refugio Antiaéreo de Alcañiz, la figura del escritor y activista Max Aub, las colectividades agrarias en la provincia, la evacuación del patrimonio artístico de Teruel y la represión. 

Además Joan Santacana Maestre, autor del primer proyecto museístico del Memorial por la Paz de Teruel, muestra los principios de un proyecto expositivo que concibió para “poner fin de una vez a la Guerra de España”.