Denuncian la situación crítica de las unidades de dolor por falta de medios y especialistas: en Teruel no hay consulta todos los días
XVI Congreso de la Sociedad Española del DolorLas unidades de dolor de los hospitales aragoneses se encuentran en una situación "crítica" por falta de medios y especialistas, lo que ha provocado un aumento en la lista de espera y, por ende, un deterioro de la salud de estos pacientes que requieren un diagnóstico precoz para su recuperación. En el hospital de Teruel la jubilación del médico que llevaba esta unidad dejó a la provincia sin esta especialidad. Ahora se ha vuelto a poner en marcha, pero es "volver a comenzar de nuevo y sin que haya consulta todos los días", ha lamentado.
Así se ha puesto de manifiesto en el XVI Congreso de la Sociedad Española del Dolor que se celebra en el Palacio de Congresos de Zaragoza con la participación de cerca de mil científicos y expertos procedentes de distintos puntos de España.
El dolor crónico, que afecta en Aragón al 17 % de la población, es decir a 225.000 aragoneses, puede estar asociado a otras patologías como el cáncer o la artritis, o manifestarse en forma de cefaleas, fibromialgia, lumbalgia o dolor de espalda mantenido en el tiempo.
La comunidad científica reconoce este tipo de dolor como un grave problema de salud pública debido al impacto que tiene en la vida del paciente.
Pero falta una mayor concienciación por parte del sistema sanitario, que conlleve un aumento de los recursos, ha explicado en rueda de prensa el presidente de la Sociedad Española del Dolor (SED), Juan Antonio Micó.
De hecho, desde esta organización aseguran que el tratamiento del dolor supondría un ahorro considerable para el Sistema Nacional de Salud, ya que el coste anual del dolor no tratado "alcanza los 20.000 millones de euros al año".
Pero pese a ser uno de los principales motivos por el que los pacientes acuden al médico, las unidades de dolor en España no están lo suficientemente dotadas para atender estos casos, que además van en aumento debido al envejecimiento de la población.
De los más de 830 hospitales que hay en España, sólo existen 180 unidades de dolor, y no todas tienen los mismos recursos, ha detallado Micó.
En Aragón la situación de estas unidades es "insostenible", según la presidenta del Comité Organizador del Congreso y médico especialista de la unidad del dolor en el Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa de Zaragoza.
Rodrigo ha explicado que en esta unidad la lista de espera ha pasado de un mes a un año y medio en tan solo diez meses, debido a una reducción de plantilla del 50 %.
De los cuatro médicos especialistas que atendían esta unidad ahora sólo hay dos médicos. "Uno se ha jubilado y otro tiene una baja larga que no se ha cubierto", ha relatado Rodrigo.
Aunque se volviera a una plantilla de cuatro médicos se tardaría tiempo en absorber la lista de espera generada durante este tiempo, ha añadido.
La situación es similar en el resto de unidades del dolor, a excepción de la del Hospital Universitario Miguel Servet donde la demora no ha aumentado.
En el Hospital Royo Villanova sólo hay un especialista, mientras que en Teruel la jubilación del médico que llevaba esta unidad dejó a la provincia sin esta especialidad. Ahora se ha vuelto a poner en marcha, pero es "volver a comenzar de nuevo y sin que haya consulta todos los días", ha lamentado.
Mientras, en Huesca sólo hay un rehabilitador a "tiempo parcial", ha puntualizado.
Rodrigo ha insistido en las consecuencias que esta lista de espera tiene para los pacientes, ya que el tratamiento precoz favorece la recuperación. "No es lo mismo tratar un dolor lumbar de diez años que cogerlo con tiempo", ha indicado.
Las reivindicaciones de los médicos para estas unidades se centran sobre todo en crear equipos multidisciplinares, formados por distintos especialistas, desde anestesistas, psiquiatras, terapéuticas y rehabilitadores, para tratar el dolor de una forma integral.
Exigen también que estas unidades no dependan de otros servicios hospitalarios, sino que sean independientes para poder gestionar sus recursos, y que los médicos que trabajan en ellas lo hagan a tiempo completo.
La falta de recursos en estas unidades del dolor ha llevado a los pacientes afectados a crear una plataforma y a pedir amparo al Justicia de Aragón.