De Alcalá de Henares a Teruel pasando por Seúl tras los agujeros negros supermasivos
El investigador David Fernández inicia su carrera profesional en el Cefca publicando en ‘Nature’Teruel y sus instituciones científicas tienen el suficiente atractivo como para captar talento porque su potencial es grande, a pesar de ser lugares pequeños. Lo demuestran jóvenes investigadores como David Fernández Gil, un investigador predoctoral del Centro de Estudios de Física del Cosmos de Aragón (Cefca) que acaba de iniciar su carrera científica publicando en Nature Astronomy un artículo revelador sobre los agujeros negros supermasivos y su relación con las galaxias que los albergan. Procedente de Alcalá de Henares, llegó hace un año a Teruel tras pasar por Seúl, en Corea del Sur, siguiendo el rastro de estas regiones del espacio en las que la gravedad es tan fuerte que ni la luz puede escapar de ellas y que es uno de los ámbitos de la astrofísica que más llama la atención entre el público en general.
Mencionar la palabra agujero negro suscita la curiosidad de cualquier persona aunque cueste hacerse una idea de lo que son estas regiones del espacio con tanta concentración de energía. David Fernández convive con ellos y les ha seguido la pista desde Occidente hasta Oriente, que es el periplo que ha recorrido en su más que breve trayectoria como investigador para acabar recalando en el Cefca con el fin de estudiar en profundidad aquellos agujeros negros que se conocen como supermasivos por la gran masa que concentran.
Fernández, a sus 26 años, tiene por delante una carrera científica más que prometedora y es que no todo del mundo tiene ni la fortuna ni el mérito de iniciar su trayectoria publicando su primer trabajo en una revista de referencia mundial como es Nature, para muchos la más importante de ciencia.
Él lo hizo a finales del año pasado por una investigación que inició en Corea del Sur y que continúa desarrollando ahora en el Cefca, donde recaló hace un año exactamente tras conseguir una beca predoctoral de cuatro años del Gobierno de Aragón.
Para entender el contenido de su investigación, Fernández pide imaginarse un disco CD, cuyo agujero central sería el agujero negro supermasivo y se correspondería con lo que los científicos llaman “disco de acrecimiento”. Es tal la masa que concentran que “a veces brilla más que la galaxia donde está”.
“Lo que vemos es únicamente el brillo de su núcleo, se ve casi como si fuese una estrella por su brillo”, explica el investigador predoctoral, que aclara que en ocasiones también emiten chorros de partículas muy potentes “que salen despedidos a velocidades cercanas a la luz”.
Precisa que el gas que orbita cerca del agujero negro lleva tal velocidad de giro que eso impide que caiga dentro del agujero negro, se comprime, la presión crece y “lo que a veces ocurre es que aumenta tanto que las partículas salen disparadas, en vez de hacia dentro del agujero en una dirección perpendicular a este disco de acrecimiento”.
Es lo que se ha demostrado en el artículo publicado en Nature por David Fernández junto con los científicos de la Universidad de Sejong en Seúl (Corea del Sur), Jeffrey Hodgson y Benjamin L’Huillier. Se trata de chorros que son muy energéticos pero que no se ven con la luz visible, y que han tenido que ser observados con longitudes de onda diferentes como rayos X y ondas de radio. “En mi doctorado me estoy centrando en observarlos con las ondas de radio”, comenta.
Incidencia en las galaxias
Este fenómeno tiene una especial incidencia en las galaxias que albergan estos agujeros negros supermasivos, explica el investigador, puesto que estarían expulsando fuera de las galaxias el gas que necesitarían para seguir formando estrellas. “Creemos que les está impidiendo rejuvenecerse porque no pueden formar nuevas estrellas”, precisa.
El artículo que ha publicado en Nature es fruto de los trabajos de investigación que inició en Corea del Sur cuando trabajaba allí, y que ahora sigue desarrollando en el Cefca en Teruel desde hace un año.
Pese a su juventud se ha adentrado en uno de los terrenos de la astrofísica más apasionantes que existen y nunca imaginó que tras una estancia de investigación de un año en Corea del Sur acabase continuando esta labor tan cerca de su casa, con todas las posibilidades que ofrece el Cefca para hacerlo desde Teruel.
David Fernández conocía Teruel de haber estado varias veces de niño en Dinópolis, aunque desconocía el Cefca hasta que se presentó a la beca. Vio que buscaban un perfil que se adecuaba al suyo por su trabajo de investigación con agujeros supermasivos. Para entonces ya había regresado a España y vio la oportunidad de seguir investigando aquí algo que había iniciado a miles de kilómetros durante su estancia en Corea del Sur.
Nacido en Alcalá de Henares hace 26 años, Fernández hizo el grado de Física y el máster en Astrofísica en la Universidad Complutense de Madrid. Acabó el máster en el año 2021 y después, por mediación de un profesor suyo, se fue a la Universidad de Sejong, donde estuvo trabajando un año bajo la supervisión de los dos científicos que ahora han publicado con él el artículo en Nature.
“Estuve un año y decidí volver a España porque prefería investigar más cerca de casa, si no en España, al menos en Europa”, comenta. Siguió colaborando con ellos a distancia a la espera de tener una oportunidad, que surgió a mediados de 2023 cuando vio el anuncio del Cefca que ofertaba una beca predoctoral del Gobierno de Aragón.
“Vi que era muy similar al proyecto de Corea del Sur, no exactamente igual, pero relacionado también con el tema de los agujeros negros supermasivos y cómo afectan a la galaxia donde habitan, me interesó mucho y me presenté”, comenta.
Se entrevistó con los que serían sus tutores y la ganó. Desde hace un año desarrolla su trabajo en el Cefca y tiene como directores de tesis a Juan Antonio Fernández Ontiveros y Carlos López San Juan. Asegura que ha sido una oportunidad de seguir investigando sin tener que estar tan lejos de casa como cuando se instaló en Corea del Sur a miles de kilómetros de distancia. Considera que el Cefca y Teruel tienen todo lo que necesita un investigador, con un centro científico “muy activo y muy internacional, porque aquí tenemos compañeros de todas partes del mundo”.
Poder estar cerca de casa desarrollando una investigación de ese calado asegura que es un lujo, y haber publicado en Nature su primer artículo científico es algo a lo que no da crédito. “No me lo creo todavía, pero soy consciente de que es algo que me ayudará mucho y me abrirá muchas puertas en el futuro, eso espero al menos”, concluye.
Buen lugar para trabajar
Haber recalado en un lugar pequeño como Teruel para iniciar su carrera de investigador ha sorprendido al propio David Fernández, que no conocía el Cefca antes de que le concedieran la beca predoctoral para hacer su tesis sobre los agujeros negros supermasivos. Acostumbrado a los lugares grandes, le ha llamado la atención lo cómodo que es vivir y hacer ciencia en un sitio pequeño como Teruel, que no desmerece la calidad de su investigación ni mucho menos el trabajo que hacen sus compañeros.
“Tenemos en el Cefca una actividad científica muy productiva, y todos los investigadores que hay aquí saben muchísimo de su campo, como mis directores de tesis, con los que estoy muy a gusto”, comenta Fernández durante una pausa en su trabajo, atento a dos pantallas que son un continuo fluir de datos solo inteligibles para mentes privilegiadas como quienes se dedican a la astrofísica.
El joven investigador destaca que en el Cefca le han acogido “muy bien”, como uno más del equipo, y que no se arrepiente de haber seguido la carrera de Física. “La astrofísica para mí es lo que más me pone en mi sitio”, afirma.