CV19 FAB-Teruel hace más de 4.500 pantallas para plantar cara al contagio del virus
En dos meses los ‘coronamakers’ turolenses fabrican componentes para protección con impresoras 3DCon el inicio de la fase 1 de desescalada los establecimientos públicos han abierto sus puertas y detrás de sus mostradores hay profesionales atendiendo al público con diferentes medidas de seguridad, entre ellas máscaras de protección. Muchas de las que se pueden ver en Teruel estos días han sido fabricadas por el CV19 FAB-Teruel, un grupo que forma parte de Coronavirus Makers Aragón y Makers Covida, a nivel nacional. Es solo la punta del iceberg del trabajo realizado durante estos dos meses. Sus pantallas protegieron primero a sanitarios y fuerzas de seguridad no solo de Teruel y provincia sino también de provincias limítrofes.
En este tiempo han conseguido más de 4.500 unidades, muchas montadas en el momento crudo de la crisis, cuando era imposible encontrarlas en el mercado y las administraciones no suministraban a sus empleados.
Unos días antes de que se declara el estado de alarma en España y viendo lo que estaba pasando en Italia los coronamakers se pusieron manos a la obra y se fueron organizando a nivel provincial, autonómico y nacional.
CV19 FAB-Teruel ha reunido durante este tiempo a más de una veintena de personas que, equipadas con impresoras 3D, han fabricado no solo las diademas necesarias para montar las pantallas sino también otros productos que se demandaron por parte de los sanitarios como piezas para adaptar máscaras de esnórquel y que se pudieron utilizar en ventilación no invasiva o como EPI de máxima seguridad, de los que se han entregado más de un centrar y hay otras 50 preparadas.
También se elaboraron válvulas peep, un suministro para bombear oxígeno y unas tiras llamadas salva orejas, para sujetar las gomas de las mascarillas y que no produzcan rozaduras en personas que las tienen que llevar durante mucho tiempo como los sanitarios. Han llegado a fabricar más de 2.500.
Colaboradores
Para poder hacer todos estos artículos hacía falta material que llegó a los makers gracias a una red de colaboradores cada vez más extensa. Entre ellos figuran Plásticos Escanero, Térvalis, el Ayuntamiento de Teruel, Media Markt, Spainsnow, el Centro Comercial Abierto, EstilArte, Folder y “un sinfín de pequeños particulares o empresas que nos han ayudado con todo cariño” como indica el coordinador del grupo, José Ángel Fernández.
El grupo tenía claro que no quería tocar dinero y así a todos estos colaboradores les indicaban qué es lo que necesitaban para que lo adquirieran y así poder seguir con la labor que han desempeñado durante todo este tiempo. Del transporte y la logística del material y el producto una vez acabado se encargaron la Policía Nacional, la Policía Loca, la Guardia Civil y transportes Callizo.
Gracias a ellos, máscaras, pantallas o tiras han llegado a sus destinatarios no solo en Teruel ciudad, sino también de diferentes comarcas y municipios próximos de otras provincias como Checa o Molina de Aragón y a otros lugares de España.
El hospital Obispo Polanco de Teruel ha recibido muchos de estos dispositivos, pero también han viajado al hospital Santa Bárbara de Soria, con 200 dispositivos. Incluso dos se enviaron al Gregorio Marañón de Madrid.
Centros de salud y asistenciales, policías y guardias civiles, residencias de ancianos, farmacias, ayuntamientos, asociaciones, profesionales y comercios han recibido también las pantallas de CV19 FAB-Teruel.
Y si al principio fueron los contactos personales los que permitieron comenzar a trabajar, enseguida se creó un grupo de Telegram para contactar con los coronamakers. Facebook y un formulario digital permitieron canalizar los pedidos y toda la información que se iba generando. Y ha servido también para dar las gracias. Sanitarios que han visto cómo estos materiales han hecho más fácil su trabajo, en momentos tan complicados han explicado lo que supuesto para ellos.
Materias primas
La impresión de estas piezas no deja de ser un sistema rudimentario mediante una máquinas que la pandemia ha puesto en valor. Con una bovina de hilo de plástico PLA de un kilo se pueden hacer las diademas para fabricar 20 pantallas, que se tienen que montar con las láminas de PVC y unas gomas o bridas, que en proporción resultan más caras que el resto de componentes.
Durante la primera semana de producción, gracias a la empresa oscense Plásticos Escanero, que sacó mil kilos del almacén, pudieron trabajar sin problemas. Luego, conforme crecía la demanda y la producción, hubo problemas durante unos 15 días hasta que comenzó a llegar material de más sitios.
Térvalis donó 25 kilos, acetatos y gomas. El CCA adquirió dos máquinas impresoras y ahora ha recibido pantallas para sus asociados. El Ayuntamiento de Teruel ha donado material por valor de 700 euros y esta semana recibió 300 pantallas, que serán distribuidas a personas que las necesiten por parte de la Policía Local. Desde el Campus de Teruel hicieron llevar todos los acetatos que había en el servicio de Reprografía y también colaboraron poniendo máquinas.
Son solo algunos ejemplos de cómo se ha podido obtener el material. Su transformación responde a horas y horas de trabajo pendientes de la impresora. Pero no se queda ahí. Las mejoras en los diseños se comparten a través de la red, para que makers de otros sitios puedan beneficiarse de esta labor solidaria.
“Cuando llevé las primeras cuatro pantallas al Salud no me imaginé que haría falta tantas ni que llegaríamos a más de 4.000”, confiesa Fernández, que asegura que ha sido un placer recibir el agradecimiento de toda la gente con la que han tratado, que cogían las piezas “como si fuera un regalo”, pero considera que a los que hay que estar agradecidos es a los sanitarios que son “los que se han jugado el tipo”.
Ahora, la fabricación irá bajando porque el coste de producción de una pantalla es superior al que cuesta adquirirla en una tienda. En una hora se hace una sola pantalla y luego está la labor manual de montarlas.
“Vamos agotando lo que queda esperando que se normalice la situación pero hemos llegado a trabajar 120 horas por semana y máquina”, apunta. Y aunque no hay que estar encima de la impresora tampoco se puede dejar porque puede alcanzar los 250 grados de temperatura.
Para la comunidad de coronamakers poder contribuir a frenar al coronavirus fabricando estos dispositivos ha sido “una gran motivación”, porque sentían que hacían algo útil y eso “animaba mucho”.
Ayudando a afrontar la desescalada de los negocios aragoneses
El colectivo de coronamakers de Aragón se ha lanzado a la tarea de dotar de pantallas protectoras a aquellos negocios, empresas y, en general, trabajadores, que debido al proceso de desescalada retomen su actividad y puedan precisar de ellas. Se denomina coronamakers a las personas usuarias de impresoras 3D y cortadoras láser que, en este caso, están uniendo fuerzas en la lucha contra la Covid-19 para fabricar los componentes de las pantallas que después son ensamblados por una serie de voluntarios en las instalaciones del Instituto Tecnológico de Aragón (ITAINNOVA), en Zaragoza. La coordinación y distribución las está llevando a cabo la Dirección General de Gobierno Abierto e Innovación Social del Departamento de Ciudadanía y Derechos Sociales del Gobierno de Aragón, en colaboración con Protección Civil. Hasta el momento, los coronamakers aragoneses han fabricado cerca de 33.000 pantallas durante el estado de alarma y ya se han registrado peticiones de 1.439 más por parte de organizaciones y empresas, según informó el Departamento.
“Una vez que las necesidades de los sectores prioritarios de sanidad y de servicios sociales se encuentran ya atendidas, se ha procedido a facilitar estas pantallas a otros colectivos que vuelven a su actividad en este momento, como pueden ser los centros de fisioterapia, comercios o escuelas de educación infantil, entre otros”, señala el jefe del servicio de Participación Ciudadana e Innovación Social, Carlos Oliván. Las tiendas, oficinas y establecimientos que quieran solicitar sus pantallas faciales deben enviar un correo a gobiernoabierto@aragon.es, donde indiquen el número de dispositivos, el nombre de la organización, su dirección y un teléfono.
“Estamos atendiendo las peticiones en función del stock de pantallas disponible y del ritmo de montaje, y siempre tenemos en cuenta la priorización de los sectores que están más en contacto con personas vulnerables”, matiza Oliván.