Cáritas pide durante un acto en el Torico nuevas políticas de vivienda que lleguen a las personas sin hogar
Juan Marco plantea que hay que cambiar de modelo y fijarse en países como FinlandiaMáscaras blancas y siluetas de rostros humanos con sus nombres llenaron la plaza del Torico para lanzar un mensaje a toda la sociedad sobre la realidad de las 40.000 personas que viven en la calle en España. Cáritas organizó un flashmob con motivo del Día de las Personas sin Hogar y su director en Teruel, Juan Marco, reclamó un cambio real para lograr que la vivienda sea un derecho real para todos.
“Hay mucha gente que lo está pasando mal. Hay 40.000 personas sin hogar, 60.000 desahucios el año pasado, unas 800.000 familias con problemas de vivienda que mañana pueden estar en la calle y esto no puede seguir así. Llevamos muchos años pero esto no se soluciona. Lo que decimos es que habrá que tomar medidas distintas y la clave está en la vivienda”, señaló Marco quien recordó que la vivienda se ha convertido en un negocio, que los alquileres que parecía que podían ser una solución son carísimos y por tanto no dan respuesta. De hecho, el director de Cáritas comentó que actualmente desde esta entidad pagan más ayudas para alquiler y calefacción que hace cuatro años.
“La solución para las personas que están en la calle es tener un techo”, insistió Marco que explicó que hay países como, por ejemplo, Finlandia que ha reducido “el sinhogarismo” en casi un 60%. En este sentido lamentó que en otros países se haya avanzado mientras que en España se está igual que hace veinte años.
“La vivienda es un derecho y los derechos hay que pelearlos para ganarlos y eso es lo que pensamos. Las medidas provisionales como los albergues no han solucionado el problema, luego hay que pensar en otras cosas”, defendió el responsable de Cáritas.
En este sentido, Marco se mostró partidario de revisar lo que es la vivienda social. “El concepto de vivienda social se ha pervertido un poco. Ahora se hace poca vivienda social y la poca que hay, la gente más excluida no tiene ninguna capacidad de acceso. La clave está ahí, en compaginar medidas provisionales con medidas a más largo plazo que es cuando una persona, con tranquilidad, se puede ir reinsertando, puede ir accediendo al mercado de trabajo y puede consolidar su vida”, argumentó.
En cuanto a la situación de Teruel, Juan Marco indicó que la situación es menos grave que en otras ciudades porque “aún existe lo que se llama el colchón familias, que cada vez es menos mullido porque las familias aguantaron una crisis y gastaron ahí sus ahorros y ya no pueden mucho más”. Aunque eso no quiere decir que no existan problemas, de hecho dijo que tienen varios pisos en Teruel y Alcorisa y siempre están llenos.
El manifiesto
En el acto realizado en la plaza del Torico participaron voluntarios de Cáritas y alumnos del colegio Victoria Díez de la capital y se leyó un manifiesto en el que se apostó por “una sociedad más inclusiva que no deje en los márgenes a ningún ser humano”.
El texto también animaba a las entidades sociales a que trabajen en red para mejorar la labor que desarrollan y a los medios de comunicación a que “lideren una información sensible y no estereotipada” de la realidad de la gente que están en la calle.
Además, a las administraciones públicas les exigió que desarrollen políticas públicas de prevención que se anticipen a la pérdida del hogar y que para ello promuevan la creación de un parque de vivienda pública de alquiler social adecuado y facilitando el acceso a las personas en situación de mayor vulnerabilidad residencial.
Una novela para luchar contra la invisibilidad
En el marco de la jornada dedicada a las personas sin hogar, Cáritas organizó la presentación del libro Indigentes, de Gabriel Catalán López, que tuvo lugar en el Claustro del Obispado con la presencia del autor.
Indigentes es una novela en la que su protagonista, Jacinto, cuenta su vida y las causas que le llevaron a la mendicidad y la de otras 26 personas que va conociendo. Gabriel Catalán comentó que “está basada en hechos reales”, aunque de forma novelada, y aseguró que por muy dura que parezca la vida de cada personaje “la realidad aún es más cruda”.
El autor, en sus labores de voluntario, ha conocido a muchas personas sin hogar y con este libro ha pretendido “darle luz a la invisibilidad de estas personas y a la indiferencia de la sociedad”. Catalán comentó que esta es “cuestión social” y que se puede salir de ahí pero “hacen falta medidas”.