Un grupo de niños en la Mokowe Mentally Disabled School, en la isla de Lamu, situada al norte de Kenia. Be Social
Be Social da un paso más en la batalla contra la malnutrición
Los esfuerzos de la iniciativa, en la que participa la turolense Lucía Muñoz, permiten a los niños educarse a la vez que se nutren
La ONG Be Social, de la que forma parte la turolense Lucía Muñoz, ha puesto en marcha un proyecto destinado a ayudar a la población infantil de la isla de Lamu, situada al norte de Kenia. Su objetivo es poder aplicar un programa de nutrición en el Mokowe Mentally Disabled School, un colegio público para niños con capacidades especiales situado en el condado de Lamu. En el colegio habitan ciento doce niños y niñas con diversidad funcional, donde conviven junto al personal educativo formado por seis profesores
La isla de Lamu cuenta con una serie de problemas que afectan a la mayor parte de su población, con un índice del 65% de habitantes que viven en condiciones de pobreza y un 30% en estado de malnutrición, un dato que radica especialmente en una población infantil que se ve severamente afectada por la situación de precariedad en la que se encuentran.
La iniciativa surgió el año pasado, cuando la zaragozana Lourdes Méndez, una de las integrantes del proyecto, comenzó a observar en sus viajes a Kenia la situación de inestabilidad de la población infantil en la isla.
El territorio de Lamu cuenta con un 33% de niños y niñas que no asisten al colegio y que de esta forma no reciben una educación básica. Esto se debe a que muchos de los niños y niñas con diversidad funcional son mantenidos en sus casas a causa de la estigmatización social. Esto, sumado a la situación de pobreza y la falta de recursos impide a un tercio de la población infantil recibir una educación básica. Este es un problema que afecta a la sociedad de Kenia desde hace mucho tiempo y que a día de hoy permanece en el pensamiento de muchos de sus habitantes como un estigma.
Esto hace que la escuela de Mokowe se convierta en un lugar seguro para todos los niños y niñas, donde pueden sentirse aceptados y convivir, según Lucía Muñoz.
El objetivo de Be Social es alcanzar los índices de alimentación diaria mínima del 60% recomendada por la OMS. Para ello, el equipo cuenta con Dolores Silvestre, titular de la Facultad de Ciencias de la Salud de la CEU en Valencia. Con su ayuda, se pretende establecer un gallinero con treinta gallinas, algo para lo que necesitarían una inversión de 600 euros. Con el gallinero, pretenden suministrar verduras y huevos y del mismo modo establecer talleres ocupacionales.
El último de los logros de la iniciativa fue establecer un frigorífico completamente funcional en el centro educativo, lo que permite conservar y mantener los alimentos por mucho más tiempo.
Su próximo objetivo es construir una cocina completamente nueva y funcional, ya que ahora mismo el personal se ve obligado a cocinar en el suelo, lo que aumenta las posibilidades de intoxicación por carbón y de quemaduras en niños. Con los esfuerzos de Be Social, Lamu se encuentra cada vez más cerca de implantar un proyecto de nutrición viable para la población.
La isla de Lamu cuenta con una serie de problemas que afectan a la mayor parte de su población, con un índice del 65% de habitantes que viven en condiciones de pobreza y un 30% en estado de malnutrición, un dato que radica especialmente en una población infantil que se ve severamente afectada por la situación de precariedad en la que se encuentran.
La iniciativa surgió el año pasado, cuando la zaragozana Lourdes Méndez, una de las integrantes del proyecto, comenzó a observar en sus viajes a Kenia la situación de inestabilidad de la población infantil en la isla.
El territorio de Lamu cuenta con un 33% de niños y niñas que no asisten al colegio y que de esta forma no reciben una educación básica. Esto se debe a que muchos de los niños y niñas con diversidad funcional son mantenidos en sus casas a causa de la estigmatización social. Esto, sumado a la situación de pobreza y la falta de recursos impide a un tercio de la población infantil recibir una educación básica. Este es un problema que afecta a la sociedad de Kenia desde hace mucho tiempo y que a día de hoy permanece en el pensamiento de muchos de sus habitantes como un estigma.
Esto hace que la escuela de Mokowe se convierta en un lugar seguro para todos los niños y niñas, donde pueden sentirse aceptados y convivir, según Lucía Muñoz.
El objetivo de Be Social es alcanzar los índices de alimentación diaria mínima del 60% recomendada por la OMS. Para ello, el equipo cuenta con Dolores Silvestre, titular de la Facultad de Ciencias de la Salud de la CEU en Valencia. Con su ayuda, se pretende establecer un gallinero con treinta gallinas, algo para lo que necesitarían una inversión de 600 euros. Con el gallinero, pretenden suministrar verduras y huevos y del mismo modo establecer talleres ocupacionales.
El último de los logros de la iniciativa fue establecer un frigorífico completamente funcional en el centro educativo, lo que permite conservar y mantener los alimentos por mucho más tiempo.
Su próximo objetivo es construir una cocina completamente nueva y funcional, ya que ahora mismo el personal se ve obligado a cocinar en el suelo, lo que aumenta las posibilidades de intoxicación por carbón y de quemaduras en niños. Con los esfuerzos de Be Social, Lamu se encuentra cada vez más cerca de implantar un proyecto de nutrición viable para la población.
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