Baltasar, Gaspar y Melchor visitan a los niños de la provincia a bordo de sus carrozas

La noche del 5 de enero desborda magia. Y es que, como por arte de magia, Sus Majestades Melchor, Gaspar y Baltasar recorrerán en el estrecho margen de unas pocas horas, las calles de buena parte de los municipios de la provincia para llevar a los niños turolenses un poco de ilusión y dar por cerradas las fiestas.

A bordo de suntuosas carrozas decoradas con sonido e iluminación en una larga comitiva, dentro de una locomotora de más de cien años empleada en la extracción de carbón en la cuenca minera turolense, o los tres magos, hombro con hombro, subidos en un mismo remolque del pueblo decorado con espumillón, el penúltimo episodio de las fiestas navideñas dará paso a los nervios de la madrugada y a las sonrisas y el sonido de rasgar el papel de regalo de la mañana antes de que el miércoles los chiquillos regresen al cole y el martes los padres vuelvan a atender sus obligaciones cotidianas.

En localidades como Andorra, Calanda o Calamocha, entre otras muchas, la cabalgata de Reyes se ha convertido en un derroche de imaginación con amplio despliegue tanto humano como material.

 

La decoración de las carrozas de los tres magos cambia cada año en Andorra. La de esta ocasión lucía los nombres de cada uno de los magos de Oriente, acompañado distintos elementos de decoración. La música fue también protagonista de esta comitiva andorrana con los acordes de la banda municipal de música, una batukada y los dulzaineros de La Martingala. Además, también se sumaron a la cabalgata la comparsa de gigantes y cabezudos, una colección de vehículos clásicos y, debutando en esta edición, una serie de figuras flotantes y un desfile de niños disfrazados bailando zumba. Tras el periplo por las calles del municipio, Sus Majestades recibieron a los niños en el polideportivo municipal.

La primera parada de los magos en Calamocha fue el Ayuntamiento donde el alcalde, Manuel Rando, y miembros de la corporación les dieron la bienvenida a la capital del Jiloca. Desde allí, arrancó la comitiva para recorrer algunas de las principales calles del municipio en una cabalgata en la que la música y la iluminación son protagonistas. El desfile llegó hasta el recinto ferial donde los Reyes fueron entregando un regalo a aquellos chiquillos que se habían inscrito antes.

En Utrillas, la máquina de vapor Hulla Nº1 fue la encargada de trasladar a los magos hasta el anden de Santa Bárbara, junto a las antiguas escuelas, donde fueron recibidos por un nutrido grupo de vecinos de la villa minera. Para anunciar la llegada de estos invitados tan especiales se encendió un castillo de fuegos artificiales, que se lanzó desde el campo de tiro. El desfile, organizado por el Ayuntamiento de Utrillas y la Asociación Cultural Virgen del Rosario de la localidad, contó con la colaboración de la Asociación MueveT, la Asociación de Personas Mayores, el Motoclub Villa de Utrillas, la Asociación de Mujeres y la Asociación de Amas de Casa, que participaron en el desfile.

 

En su paso por Alcorisa, los Reyes comenzaron su recorrido en la residencia de mayores para, a continuación, subirse a las carrozas que protagonizaron la cabalgata alcorisana.

Los tres Reyes Magos, cada uno en una carroza, recorrieron las calles de Mora de Rubielos acompañados de otra más del Club de Patinaje. También estuvieron acompañados de la Asociación de Bombos, la banda de música, la asociación jotera, el grupo de teatro local, las peñas taurinas y voluntarios de Protección Civil y Bomberos. Cuando la comitiva llegó a la iglesia y al Cine-Teatro, Sus Majestades entregaron regalos a los vecinos más jóvenes.

Los Reyes también pasaron por Arcos de las Salinas para recorrer el tramo entre la ermita de San Roque y la iglesia de la Asunción.

En Rubielos de Mora, Sus Majestades recorrieron las calles de la villa para cerrar su periplo entregando un juguete a cada uno de los niños de hasta 12 años empadronados en el municipio, dentro de la campaña a la que se sumó el ayuntamiento hace unos años Ningún Niño sin Juguete.

 

El chocolate caliente sirvió para endulzar aún más la tarde en Monreal del Campo, donde la cabalgata, organizada por el Ayuntamiento, la Asociación Cultural Virgen del Carmen y los quintos partió a las 17:30 desde la casa consistorial.

Los quintos de Santa Eulalia fueron los encargados de organizar la llegada de los Reyes al pueblo. Los magos visitaron las calles del municipio a bordo de tres remolques profusamente decorados en las que viajaron acompañados de cuatro pajes y más voluntarios para repartir más de 150 bolsas de golosinas entre los asistentes.

Cuevas Labradas fue uno de los primeros destinos de Sus Majestades, que regresaron al municipio a mediodía, después de mucho tiempo sin celebrar cabalgata, para recorrer sus calles en un remolque decorado con una Estrella de Belén a cada lado y tapizado con telas nobles que era tirado por un tractos rotulado con un cartel en el frontal en el que se podía leer “Reyes Magos”.

Dejar atrás las tormentas

Los Reyes Magos estuvieron en Montalbán, después de que la localidad hubiera resultado arrasada por la dana el pasado 29 de octubre. Los magos llegaron desde el Oeste acompañados de una Estrella de Belén, las motos del Motoclub Despiste y vehículos de Bomberos y de Protección Civil, mientras sonaban los acordes interpretados por la banda municipal de música. Melchor, Gaspar y Baltasar llegaron al edificio Itaca para, allí, entregar un regalo a cada niño inscrito.

 

En Báguena, tratando de dejar atrás los episodios de tormentas de agosto y septiembre, los vecinos se reunieron a las 15:30 en el pabellón para ultimar los preparativos de la cabalgata, prevista para las 18:00 horas. A bordo de la Carroza Real, los magos recorrieron las calles de Báguena hasta llegar a la iglesia, donde ofrecieron regalos a los pequeños que previamente habían depositado su carta en el buzón habilitado por el Ayuntamiento.

También Burbáguena recibió la visita de los magos.

Las estaciones de esquí turolenses también disfrutaron de la presencia de los magos que, en esta ocasión, no dudaron en calzarse un par de esquís para disfrutar de unas bajadas por la mañana aprovechando las buenas condiciones de la nieve en los más de 7 kilómetros esquiables de Javalambre y los 10 de Valdelinares, en las dos con nieve polvo-dura.