Gabriel Liscano descansa apoyado sobre un coche tras ser localizado en las proximidades de Villastar, en una foto publicada por su familia en redes sociales
Aparece en buen estado cerca de Villastar el hombre desaparecido desde el viernes en Teruel
La familia agradece la labor de los equipos de búsqueda
El hombre de 68 años de edad que permanecía desaparecido desde este viernes tras salir de casa para pasear, fue hallado este domingo al mediodía en buen estado de salud en un paraje ubicado entre El Campillo y Villastar, informó la familia y corroboró la Delegación del Gobierno en Aragón. Gabriel Liscano, de origen colombiano, comenzó a caminar entre los barrios turolenses de El Jorgito y El Pinar de La Muela, pero se desorientó y fue encontrado este domingo sobre las 13:30 horas por la copropietaria de la ganadería Evaristo López, María Lorenzo Milla, cuando iba a echar a las vacas, según dijo su hijo, Óscar Liscano.
El dispositivo de búsqueda de la Policía Nacional, en el que colaboraban familiares y amigos, había reanudado la búsqueda por la mañana pero sin ninguna referencia sobre el camino que había tomado Liscano, que además salió sin teléfono ni documentación.
El hombre llevaba mes y medio en Teruel, donde residen sus hijos, una ciudad en la que previamente tan sólo había estado un mes hace dos años. Todas las mañanas salía a caminar por el cerro de Santa Bárbara hasta que descubrió la presencia de ganado en La Muela y le gustaba acercarse a verlo, según su hijo.
Por eso, él recorrió la zona el sábado por la tarde y regresó la mañana del domingo. Y fue estando allí cuando recibió la llamada de María Lorenzo informándole de que había encontrado a su padre y le envió un audio para que comprobara que estaba bien.
El hombre tan sólo presentaba un corte en la muñeca de una caída y contó a su familia que la primera noche, tras desorientarse, se resguardó en un corral abandonado, mientras que la segunda se quedó debajo de un pino después de caminar durante horas y las bajas temperaturas apenas le dejaron dormir. La familia lo llevó a casa para que pudiera asearse, descansar y comer. Óscar Liscano comentó a su padre que, a diferencia de en Colombia, “donde te pueden dar cobijo en cualquier finca, aquí hay muchos sitios desolados y, si llega la noche y no has vuelto, comienza la preocupación”. Además, dio las gracias por las numerosas muestras de apoyo.
El dispositivo de búsqueda de la Policía Nacional, en el que colaboraban familiares y amigos, había reanudado la búsqueda por la mañana pero sin ninguna referencia sobre el camino que había tomado Liscano, que además salió sin teléfono ni documentación.
El hombre llevaba mes y medio en Teruel, donde residen sus hijos, una ciudad en la que previamente tan sólo había estado un mes hace dos años. Todas las mañanas salía a caminar por el cerro de Santa Bárbara hasta que descubrió la presencia de ganado en La Muela y le gustaba acercarse a verlo, según su hijo.
Por eso, él recorrió la zona el sábado por la tarde y regresó la mañana del domingo. Y fue estando allí cuando recibió la llamada de María Lorenzo informándole de que había encontrado a su padre y le envió un audio para que comprobara que estaba bien.
El hombre tan sólo presentaba un corte en la muñeca de una caída y contó a su familia que la primera noche, tras desorientarse, se resguardó en un corral abandonado, mientras que la segunda se quedó debajo de un pino después de caminar durante horas y las bajas temperaturas apenas le dejaron dormir. La familia lo llevó a casa para que pudiera asearse, descansar y comer. Óscar Liscano comentó a su padre que, a diferencia de en Colombia, “donde te pueden dar cobijo en cualquier finca, aquí hay muchos sitios desolados y, si llega la noche y no has vuelto, comienza la preocupación”. Además, dio las gracias por las numerosas muestras de apoyo.